XXXI (Triginta Unus)

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La delgada línea entre la vida y la muerte, está jugando con una persona que se está convirtiendo en un confidente de nuestra familia, August Zatterland. El disparo que ha recibido en el tórax le está significando perder el movimiento de sus piernas o terminar en coma. Al momento de ingresar a casa, mis padres vieron el débil cuerpo sangrándose, buscaron la manera de detener el flujo – con los conocimientos básicos de medicina de mamá – se pudo salvar de morir en la sala principal. Incluso con la poca fuerza que lleva en el cuerpo, seguía preguntándose por Amelia – la estaba protegiendo – y la contención emocional de salvar una vida, le aseguro a mi madre que solo quería salvarla.

Gracias a la influencia de su familia y cercanía a Maggie Nash, nos instalaron en una clínica, en donde, pude ser atendido de forma inmediata. La bala no había perforado ningún órgano, ni tampoco tenía una gran profundidad para inducirme a una operación. Sin embargo, el chico está luchando con todas sus fuerzas, es quien sacaría a mi hermana de Australia – sigo sin entender las razones o el objetivo – mucho menos puedo lograr comprender la actitud de Oliver.

Jamás imagine que llegaría a dispararme, intentar lavarme el cerebro con sus mentiras u obligarme a pensar en sí mismo. Se que su mente no es ambiciosa, pero sabía que cuando algo quería y era rechazado insistía hasta lograrlo, y anoche lo hizo, secuestro a Amelia. Todas las pruebas encontradas en el armario de su habitación, implicaba cien por ciento a Oliver en absolutamente todo. La policía no ha querido decirnos que encontró menos entregar una respuesta concreta a la prensa.

Mi hermana estaba en todos los noticieros del país, era prioridad encontrarla. La mejor amiga de mi abuela, ha ofrecido una recompensa al saber información o ver algún movimiento sospechoso en gasolineras, restaurantes, entre otros lugares.

Ustedes se estarán preguntando, ¿Estoy enfadado? ¿Sintiendo culpa? No sabría ninguna respuesta para ambos cuestionamientos. Solo, estoy dolido. He llevado una vida criada a su lado, paralelamente teníamos pensamientos diferentes o chocábamos en ideales, pero fue mi hermano por mucho tiempo. Estuvo ahí, en el instante que sabía de mis sentimientos por Bobby, supo cubrir mis espaldas cuando escapaba de casa para ir a fiestas. Siempre fuimos muy unidos, y su obsesión por Amelia, nos está llevando a quebrar los lazos familiares y confianza que había desde que nuestros padres se conocieron.

Si observo el sol saliendo en medio de los edificios, ¿Cuándo aparecerá mi hermana por esa puerta? Nadie sabe de su paradero, ni tampoco hay señales del destino al que se dirigían.

Resiste Amelia, pronto te encontraremos.

Unos golpes en la puerta, quitaron los pensamientos existenciales de la cabeza. Mi esposo, venia con un ramo de rosas blanca – es muy sensible con estos temas – y solo se dedicó a entregarme un apretado abrazo de contención, eso lo necesitaba desde que perdí la conciencia tratando de salvar la vida de mi hermanita.

̶ ¿Cómo sigues? ¿Quieres que llame al doctor? – pone sus manos sobre mi rostro, está demasiado preocupado

̶ Amor, tranquilo. Estoy bien, solo quiero salir de aquí para ayudar a la policía – intente levantarme, pero aún no tengo la suficiente fuerza para estar de pie

̶ Mis padres te han enviado fuerza y están rezando por Amelia – con solo decir su nombre siente dolor

̶ Te prometo que ella está viva, es fuerte – busco su mirada – Amelia estará con nosotros, con un bebé muy hermoso y con su sencilla sonrisa.

̶ ¿Cómo te diste cuenta de las actitudes de Oliver? – sus dudas sobre mi actitud antes del incidente lo avalaron.

̶ Hace una semana, tuve una reunión con un detective privado. Debía descartar dudas, sus constantes mentiras, una tras otra. Su manera de evitar algunas preguntas y solo decir que mi hermana era prácticamente una prostituta frente a todos. Que solo quería ayudar, pero que ella no estaba dando su parte. Incluso, cuando estuvimos en Ibiza fue a visitarla y ella solo lo intentaba pedir ayuda, y eso lo descubrimos por las cámaras de seguridad que el propio detective pudo conseguir unas horas antes de todo lo pasado.

Amelia Walker, Revelación©  Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora