XXXVII (Triginta Septem)

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Matt

Maggie ha dejado todas las instrucciones que debo seguir antes de bajar a la primera planta y salón principal de su casa. Sabíamos que el impacto y reacción de los empleados, incluyendo a papá, iba a ser tan perturbador que ni él, ni ninguno de los empleados, obtendrían las respuestas de forma inmediata.

Antes de salir de mi cuarto, sólo observé. Veo un Matthew Nash, más maduro, menos rebelde y sumamente acordé a lo que mi clase -o elite como suelen conocernos - se sorprendiera de un regreso de películas.

Desde pies a cabeza, la vestimenta consistía en zapatillas casuales color blanco, un pantalón de tela semi formal en azul marino, una camisa blanca con detalles bordados en la zona del cuello y un saco estilo deportivo del mismo color del pantalón.

-Te ves hermoso - dijo Maggie poniendo sus manos en mis hombros, incluso es dos cabezas menos en altura - De aquí en adelante, debes mantenerte con esta plantilla, sé que odias y detestas este tipo de atuendos, pero si quieres cerrarle la boca a tu padre, o sea mi hijo... Es mejor que lo hagas con clase - guiña

Solté una pequeña risita.

- Está vez, sólo esta vez voy a oír tus consejos. Nada mejor que darle un poco de su propia medicina - comenté

- Lo que digas en esta casa, se quedará y no debe salir. Si Amelia sigue en coma, tendremos que solicitar confidencialidad a los empleados y si es necesario mantener una constante vigilancia- suspira

Un golpe en la puerta la quita de sus pensamientos, seguramente es Celia. Se acerca a la puerta para abrir un par de centímetros y ella no sospechara nada.

- Gracias Celia - vuelve a cerrar la puerta

- ¿Qué ha pasado?

-Tus padres están llegando. Lo otro, es mejor que el personal se mantenga actualizado sobre tu llegada. Podríamos evitar una filtración a la prensa y, por el momento no estamos listos para una.

El estómago lo tengo revuelto, tengo un asco horrendo con ganas de vomitar por el pánico.

Estoy listo para hacer la entrada sorpresiva a mi padre y su esposa - ella no es mi madre, jamás lo fue y lo será -. Y si la forma de decirle a todos que estoy de regreso (del infierno), sería más efectivo, más conveniente y mayor seguridad.

Sin embargo, no estoy para hacer declaraciones o explicaciones a terceros, porque la probabilidad de filtración, es demasiado alta. Y la televisión traerá a sus mayores periodistas intentando dejar mal escrito mi nombre o peor, estaría en grave líos si Amelia despierta y enciende la televisión.

Tampoco es una excelente ides hablar estos temas con los empleados de mi abuela, el cotilleo sobre la polémica, sumando el embarazo de Amelia y su futuro, quedaríamos de manos atadas. No puedo ni debo confiar en nadie, ni siquiera en mi propia sombra.

-Matt, tus padres están en el salón - comenta mi abuela delineando sus labios con brillos - Voy a bajar, ¿Vas enseguida?

-Dame unos minutos, necesito estar a solas.

Ella asiente, sabe que tengo los nervios del porte de un buque.

Inhale y exhale viendo al espejo, quisiera que muchas cosas no estuvieran sucediendo. Y pienso mucho en el pasado. Quizás mi presente no sería el mismo, tampoco tendría las mismas oportunidades menos hubiera conocido a Amelia. Si tendría el recuerdo completo y su viva imagen, porque tampoco tengo fotografías de mi madre.

Amelia Walker, Revelación©  Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora