El Instituto Paranormal

Día 4: Salvada

Viernes 4 de septiembre, eran las 6:01AM y era como si todavía fuese de noche. El sueño abundaba en ese cuarto y no sabíamos que hacer, teníamos a el cadáver de Vanesa delante de nosotros y no sabíamos si reportarlo, enterrarlo o hacerlo cachitos. Yo sólo quería que esto acabara, así que me levanté y cogí la nota y los dados. Pero al levantarme del rincón donde estaba sentado con Daniela, veo a Aurora muy tranquila, o sea, se le acaba de morir una alumna al frente de ella y ella nada más estaba metiendo ropa en un maletín, que raro.
En fin, recojo la nota y los dados del suelo y procedo a leerla en voz alta.

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Felicidades a todos, acaban de pasar a la segunda fase.
Fase# 2: " Mío, Todo Mío "
Bien, como ya todos saben, de los ocho que habían al principio sólo quedáis seis. Así que en esta fase voy a dar la oportunidad de que uno de ustedes se salve. Por si no lo saben, hoy es viernes y los viernes hay un cambio de tutor, por lo que Aurora se irá a su casa todo el fin de semana...
-Mientras leía, logré darme cuenta del por qué de esa tranquilidad, lo que ella no sabía era que no tenía motivos y que las cosas no iban a ser tan fáciles para ella.
...Y como todos saben, las reglas dicen que ninguno puede salir de la Iglesia, pues a Aurora le voy a dar la oportunidad de salir y salvarse, con algunas condiciones claro.
1- No puedes avisar a nadie de esto, ni ahora, ni cuando te salves.
2- Cuando seas libre no puedes regresar a la Iglesia, creeme no te conviene
3- Debes dejar una nota en el despacho del rector, presentando tu dimisión
- Lo único que debes hacer es matar a la tutora que te va a relevar ¿ Fácil no ?
Después doy más instrucciones

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Aurora estaba confundida, ella quería salvarse, pero por otro lado era su deber cuidarnos. Ella sabía que la tutora de relevo venía en la hora de almuerzo y que antes de irse, ambas tenían que firmar unas actas, sería el momento perfecto para matarla; pero aún así estaba dudando. Todos estábamos mirándonos las caras y lo único que se me ocurrió fue leer el libro " Las Historias de La Merced ", ya iba por la mitad, me concentré y lo seguí leyendo; hacían referencia a un proyecto grandísimo, uno en el cual llebaban mucho tiempo esperando y que era muy peligroso. Estaban tratando de invocar a un demonio, a través de rituales, ouijas e incluso hasta por exorcismos. Yo estaba sudando, mis manos estaban heladas y mis ojeras eran enormes. Daniela se acerca a mi y me dice:
- ¿ Qué lees ?
- Un libro que cogí en la biblioteca, que trata de una iglesia que estaba construida justo donde estamos ahora y el fantasma de las notas, el cura, era un cura de esta iglesia que murió dentro de ella por causas desconocidas - Dije yo cerrando el libro, y Amelia al oirme se acerca y me dice:
- ¿ Eso es verdad Sergio ?
- Claro Amelia, mira este es el libro - Digo mientras le enseño el libro, y en eso Daniela un poco celosa me dice:
- Y si es verdad, ¿ Hay alguna forma de salvarnos ?
- A lo que yo respondo
- Si, hablan de una forma de librarse del demonio, pero aún no he llegado a esa parte.
Aurora termina de meter su ropa en la maleta y nos dice:
- Queridos alumnos, se que igual esto que voy a hacer no es nada honrado ni profesional y sé que nunca seré la misma después de esto pero... debo hacerlo si quiero vivir, así que lo único que os puedo decir es que se laven los dientes, bajen y desayunen, y sobre todo que en el momento en que yo ya no esté, hagan lo que él les pida y así igual logran salvarse.
Todos cumplimos su petición, para que almenos ella se quedara tranquila del todo, en eso ella recoge el cadáver de Vanesa y lo esconde en el otro cuarto. Pasó el tiempo y llegó la hora de almuerzo, la tutora de relevo había llegado y Aurora la estaba esperando en su despacho para supuestamente firmar las actas. Aurora no sabía que iba a hacer, ya que tenía varias opciones, entre ellas: coger unas tijeras del cajón y enterrarselas en su cuello, cortando su vena yugular y matándola; otra forma era apretar su cuello fuertemente y elevarla un poco hasta ahorcarla, pero la mejor forma era girar su cuello de forma paranormal matándola instantáneamente, así no sufriría y ella no pasaría tanto trabajo. Y así lo hizo, en cuanto entró la profesora, cerró la puerta y la mató, al caer su cadáver cayeron con ella dos notas, una era para ella y la otra era para nosotros, la de ella decía que antes de irse dejara la otra nota en la cama de ella, sin abrirla. Cumplió con su parte, dejó su carta de dimisión en la mesa del rector y salió del Instituto, un poco nerviosa, pero sin mirar atrás. Nosotros estábamos esperando a que llegara la tutora, pero ella no llegaba, ya nos habíamos imaginado que había pasado, así que fuimos para nuestro cuarto. Al llegar vimos la nota en la cama de Aurora, que estaba esperando a que la leyeramos. Esta decía:

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Hola, otra vez, como pudieron darse cuenta ya Aurora cumplió con su parte y es libre, y ustedes están sólos en la Iglesia. Faltan pocos días para que mi juego acabe, y en esos días harán las cosas de la escuela con total normalidad, y si todo sale bien, el lunes el juego habrá concluido. Vamos a pasar al juego que les tengo preparado para esta noche. Bien, con la muerte de mi segunda víctima dejé caer unos dados, cuyos dados se irán turnando. A ver, el juego es muy sencillo, cada uno tiene un número, que está tallado en una de las patas derechas de sus camas, el número 1 y 2 cogerán un dado cada uno y harán lo siguiente.
Son dos rondas en las que tiran el 1 y el 2, como todos saben los dados tienen seis caras, así que el número 1 será el primero, si este al tirar el dado le cae un número del 3-5, le pasará el dado al número que le toque y este procederá a tirar para así, depende el número que caiga definirá mi siguiente víctima, si le cae el 2 vuelve a tirar, si le cae el 6 tendrá la oportunidad de salvar a una de mis víctimas en este juego y en caso de que le caiga el mismo número, muere automáticamente. Con el número 2 se repite lo mismo, pero si le cae el número 6, pues este me obligará a matar a uno de ustedes al azar. ¿ Fácil no ? El juego se iniciará a las 12 en punto PM, se sentarán en círculo y encenderán dos velas. Que comience el juego.

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Al llegar al final de la nota, no nos detuvimos ni un segundo y todos corrimos a ver que número nos había tocado a cada uno. Andrés era el 1, Amelia el 2, Daniela era el 3, José el 4 y yo el 5. Todos miramos nuestras caras y nos recostamos a la pared a pensar ahí toda la tarde.