2da Carta a Adrien

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Gatito, quisiera saber que pasó por tu mente el saber cuando te enteraste que Louis no nació, y aunque estuviste a mi lado cuando nos dieron esa mala noticia, no pude ver tus expresiones a causa de mi llanto incesante; sentía sólo tus brazos rodearme fuertemente y con tu cabeza apoyada sobre la mía. Estaba acurrucada en tu pecho ambos sin decir ni una palabra, no me importaba que estuviéramos en medio de una plaza con personas observándonos algunos con curiosidad y otros con lástima.

No recuerdo haberte visto llorar en algún momento, pero sí estabas con una expresión afligida. Me imaginaba que como no llegaste a verlo en los ecos debido a que no pudiste acompañarme por tu trabajo, no llegaste a derramar lágrimas por él. Quizá sí lloraste pero no querías que yo te viera; nunca me lo dijiste pero sé que de alguna manera te arrepentiste no haber estado conmigo para ver a nuestro primogénito.

Me consentiste en todo lo que pudiste para poder verme feliz otra vez, y lo que más me sorprendió fue tu sentir mientras hicimos el amor esa noche, fue una experiencia única e inigualable, con pasión y amor junto la más pura delicadeza que podía existir en el mundo. Como si temieras que me quebrara o si fuera a desaparecer el día de mañana y quisieras disfrutar cada sensación para guardarlo eternamente en tu memoria.

Aún recuerdo que pude sentir ese amor que me transmitías, fue tan grácil que me salieron lágrimas de forma involuntaria, pero no de tristeza o de felicidad, sino de otro sentimiento más intenso, uno que, hasta la fecha, no puedo describir. Era como si con aquel acto trataras de reparar mi daño y pidiendo perdón por no estar por completo junto a mí, me mirabas en todo momento a los ojos y claramente pude ver esa noche que me entregaste no sólo tu cuerpo, sino todo tu ser, tu alma.

Al principio fue triste lo que había pasado, pero el hecho que estuvieras conmigo para que no cayera en lágrimas otra vez, fue más llevadero.

Pero nada de eso se comparó cuando Hugo falleció, fue lo más duro y difícil que hasta ahora nos hayamos enfrentado. Mientras yo lloraba de forma inconsolable, yo veía en tu mirada esperanza de que en cualquier momento él reaccionaría llorando por querer estar en brazos de nosotros. Y como siempre dicen, la esperanza es lo último que muere.

Lloraste como nunca antes lo habías hecho, el destino te hizo volar demasiado alto para dejarte caer de la peor forma posible. Por meses ambos estábamos igual de deprimidos y más con lo que nos había dicho el doctor Fu, de que no era recomendable volver a intentar tener otro hijo.

Cada rincón de nuestra casa tenía recuerdos de él, y eso lo hacía aún peor. El olor a bebé nos había llegado de golpe a nuestra nariz en cuanto llegamos a casa después de la terrible tragedia, y creí por un momento que fue más fuerte la esencia sin que él estuviera con nosotros.

No quería guardar, regalar o tirar las cosas de nuestro pequeño, estaba firmemente convencida de que sólo era una pesadilla que se hacía presente día con día, que yo despertaría y lo primero que vería era sus hermosos y grandes ojos verdes. No hace falta mencionar que esto nos derrumbó a los dos, que el destino ha sido cruel con nosotros y sin alguna causa aparente. Cada uno se culpaba de su muerte por diferentes razones y los demás siempre nos decían que no era por nuestra culpa, pero era inevitable sentir aquello.

Cuando pasó el tiempo en el que habíamos dejado de llorar todo el tiempo y nuestra rutina había "regresado a la normalidad", un día me propusiste que lo volvieramos a intentar y eso me tomó por sorpresa, querías un hijo a como diera lugar a pesar de que te dije que nos habían recomendado que no lo hicieramos, pero eso esa palabra la recalcaste aun más, sólo era una recomendación. Y yo no estaba lista física ni emocionalmente, la cesárea aún estaba sanando, tardaría un par de años en recuperarme. Pero te veía en los ojos esa chispa de esperanza que había vuelto a crecer en ti de formar una familia.

Me lamenté por dentro al decirte que yo no quería hacerlo, por no querernos llevar otra desilusión aún peor. Día tras día te miraba como observabas a las parejas con sus hijos con aquel anhelo de forma incesante, cargando a los bebés y abrazando a los hijos de nuestros amigos y familiares. Por dentro sentía que yo no te podía cumplir con ese deseo, que al igual que tú, yo también quería, pero mi miedo, frustración y depresión eran aún más grandes de lo que yo pensaba, lo que me orilló a tomar la siguiente decisión que me dolería hasta el final de mis tiempos: dejarte ir con otra mujer para que tuvieras la familia que tanto quisiste...

 Por dentro sentía que yo no te podía cumplir con ese deseo, que al igual que tú, yo también quería, pero mi miedo, frustración y depresión eran aún más grandes de lo que yo pensaba, lo que me orilló a tomar la siguiente decisión que me dolería ha...

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HI! Lamento la demora, pero aquí tienen otro corto y pequeño cap. Esta carta a Adrien contiene diferentes partes, algo cortas pero las estaré publicando próximamente.

Leo sus comentarios y cualquier duda que quieran aclarar se las contesto a través de mi Instagram @tetedmz ya que no me gusta hablar mucho por priv en esta plataforma... ¿Por qué? No me deja ver los emojis que uso normalmente jajajaja 😂😂😂

Cuídense mucho y les mando abrazos de oso virtuales ❤❤❤

Tete Dmz~

"Sin ti"- Miraculous Ladybug AdrinetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora