No sabía qué decir, tus palabras fueron demasiado hirientes aunque las dijiste en una manera tan delicada, como si estuvieras a la defensiva de mis reacciones. ¿Por qué justo ahora me tenía que pasar esto? ¿Que carajos pensabas al tomar esa decisión aún cuando ya me habías dicho que te quedarías conmigo?
Mi mente no conectaba con mi lengua para pronunciar una sola palabra, tenía los ojos abiertos de par en par y sin poder articular ni un suspiro siquiera, hasta que me llamaste la atención por mi nombre, era la primera vez en años que no me hablabas así; siempre me decías aquellos apodos cariñosos que me fascinaban: "Bichito", "Bogaboo", "Princesa". El hecho de que me dijeras "Marinette" significaba algo demasiado serio y eso me había caído como balde de agua helada a mi corazón.
Me tuve que forzar a salir de mis pensamientos y reaccionar de la manera más civilizadamente posible, alcanzando a mencionar un solo "está bien" sin saber que tono utilicé para decirlo. No sabía si era con fingida tranquilidad, asombro, molestia o tristeza, quizá todas juntas y ninguna a la vez.
Nunca supe descifrar aquel sentimiento que me invadía, tan sólo puse mi cara de indiferencia y me levanté del sillón hacia la ducha para aclarar mis ideas. Pero antes de hacerlo me detuviste con esa voz de confusión que distinguía fácilmente diciéndome si estaba bien, contestando yo con un simple asentimiento de cabeza.
Jamás había durado tanto en el baño como aquella vez, hasta que salí de ahí después de un tiempo indefinido y observar que la noche se hizo presente. Durante todo ese tiempo pensé detenidamente las palabras que quería decirte, tenía un discurso planeado para que saliera de mi boca, pero en cuanto te vi sólo pude expresar a secas un "si eso es lo que quieres, lo respeto"
¿Qué te hizo cambiar de opinión de repente? En mi mente pasaban los miles porqués de tu elección, pero nunca me dijiste la verdadera razón. Pensaba que te tardarías en encontrar a la chica indicada para ser la madre de tus hijos pero me di cuenta un par de días después que ya la habías encontrado sin haberla buscado.
Estabas diferente y distante conmigo, incluso te fuiste a dormir al cuarto de invitados para no estar juntos; sin embargo querías que fuéramos amigos, yo no.
Pasaban los días y empezaba a resentir tu ausencia, extrañaba el calor de tu cuerpo, que me hicieras tuya y era un martirio que siguieramos viviendo bajo el mismo techo pero en habitaciones separadas. Sentía los celos saliendo por cada poro cuando te veía encerrarte en tu cuarto y escuchar cómo platicabas con aquella mujer misteriosa que te había robado la atención. Pero no podía reclamarte nada, cada quién tomaría diferentes rumbos.
Pareciera que amaba ese tormento porque en una de esas noches en las que te duchabas, me ganó la curiosidad al ver la puerta completamente abierta y observar tu celular sobre la mesita de noche. Sabía como desbloquearlo pero nunca lo fisgoneaba ya que siempre puse mi confianza de manera ciega en ti. Pero en esa ocasión quise responder a las interrogantes que tenía, incluso a las que no había formulado.
¡Grave error!
Leer tus mensajes con esa tal Kagami me afectó demasiado, me dolió más de lo que pudiera admitir, el cariño que le transmitías era palpable y más con esos te quiero demasiado. No sabía quien era ella pero no me quedaría a averiguarlo. Y ahí entendí la frase de "No hagas preguntas si no quieres saber las respuestas".
A veces me pregunto porqué no me salí de esa casa en cuanto mencionaste esas palabras que siempre eran como un murmullo dentro de mí que me torturaba todo el tiempo. Tal vez era porque todavía no quería separarme de ti, tal vez no tenía a donde ir, o tal vez me gustaba ser masoquista.
Tal vez eran todas las razones anteriores...
Cuando decidí que, por mi bienestar, me saldría del lugar al que alguna vez llamamos nuestra casa, sin dar ninguna explicación empecé a empacar mis maletas para marcharme lo antes posible, me detuviste mirándome a los ojos y suplicándome que me no me saliera de ahí; por un segundo sentí una chispa de esperanza para reiniciar la vida juntos, que de inmediato se desvaneció de golpe cuando declaraste que el que se iría eras tú; querías que me quedara con ese departamento para no preocuparme en buscar un lugar donde alquilar.
Yo no quería porque eso significaría quedarme con nuestros recuerdos pasmados en cada centímetro de ese lugar y estaba dispuesta a oponerme de forma rotunda a quedarme ahí.
Me sentí como una tonta al creerme que habías pensado mejor las cosas, pero lo que más me dejó pasmada e incrédula fue que mencionaste que ella quería platicar conmigo y conocerme en persona.
Holaholaaaaa! Aquí su servidora Tete Dmz a sus órdenes para darles pañuelos y abrazos reconfortantes.
Lamento la demora, ya que mi vida se está ajetreando un poco más de lo normal pero aquí les dejo el capítulo cortito con todo mi corazoncito
¿Qué les pareció? Estoy al tanto de cada comentario y estaré con novedades en mi Instagram @tetedmz para quien quiera ir a seguirme
Les mando abrazos de oso virtuales ❤
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"Sin ti"- Miraculous Ladybug Adrinette
FanficHay diferentes tipos de cartas, desde las formales, de cumpleaños, hasta las dirigidas a Santa Claus, pero las que están escritas por Marinette se quedarán por siempre para ella misma. •Los personajes de Miraculous Ladybug pertenecen a Tomas Astruc...