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Capitulo 1

~KiseopPov~

Mi vida no ha sido de lo más común,  recuerdo muy bien el día en que llegué aquí y de igual forma el día en que me fui.

*FlashBack*
Era un día nublado y volvíamos de casa de la abuela, fuera de la ciudad.
Yo estaba en la parte trasera del auto, fingiendo no escuchar la típica pelea que mantenían mis padres, fingiendo que se trataba de sólo un juego.

Ellos peleaban muy seguido, a diario si se trataba de ser específicos, y todo por culpa del borracho de mi padre, quien abusaba de mi madre en todo aspecto. Aquel día iban tan concentrados en su discusión, que no notaron cuando el semáforo marcaba rojo.

Al abrir los ojos me encontré con que estaba en un hospital, me informaron sin pena alguna que mis padres habían fallecido y ya que no tenía algún familiar cercano, me enviaron a un orfanato. Tenía sólo 6 años cuando ingresé, ningún niño lograba tomar mi confianza y así, sin darme cuenta comencé a ser frío, arisco...o mejor dicho, un hijo de puta con todos.

Los años pasaron y no logré que alguien me adoptara, pero era obvio, los adultos siempre iban en busca de algún pequeño, yo tenía ya 12 años, era obvio que nadie lo haría así que escapé, fue entonces cuando conocí a J y Lee, quienes estuvieron a cargo de mi cuidado. 

Aprendí desde entonces cual era mi meta en aquel lugar, conseguir mi propio dinero a costa de quien fuese. Ahí no tenías amigos,sólo colegas, la amistad o algún sentimiento relacionado no estaban permitidos, todos nos manteníamos al margen de nuestra tarea. Lee me enseñó a robar refacciones de autos y por otro lado, J me enseñó el resto de mi tarea dentro del grupo.

Yo me encargaba de golpear a los rehenes, y por alguna razón, me agradaba mi trabajo. Amaba ver el rostro cubierto de sangre y de igual forma mis manos, aquel tono rojizo en mi puño me hacía sentir satisfecho. El dolor ajeno me causaba un placer infinito, era como vengar todo el dolor que le causaba mi padre a mi más preciado objetivo en la vida, mi mamá. Jamás logré entender por qué se había marchado dejándome solo.

A la edad de 14 inicié mi vida sexual, comencé a drogarme y tomar a morir. No me importaba nada, vivía sin preocupación alguna; hasta que aparecieron mis tíos, los inútiles de mis tíos. Quienes de alguna forma lograron tomar mi custodia, y sin poder negarme (por ser menor de edad) ,tuve que reasignarme a vivir en su casa, lo único bueno de ello, era que volvía a relacionarme con las dos personas más importantes en mi infancia.

Innegablemente cuando se enteraron de que tenía problemas con las drogas intentaron que fuera a un internado, pero logré convencerlos de que ya no lo haría.

Por las noches cuando ellos dormían, aprovechaba y me iba junto a  JBS (mi grupo), a realizar el trabajo respectivo a esa fecha, de igual forma a beber y fumar un poco, sentir la nicotina inundando mis pulmones era en verdad algo único.

Mi vida seguía tranquila, hasta que a mis tíos se les ocurrió la brillante idea de enviarme al colegio.

 ~Kevin Pov~

Mi familia no era tan común como lo parecía, mi papá tenía un puesto realmente importante, por lo que pasaba poco tiempo en casa y al contrario, mi mamá se la pasaba encerrada en ella.

Yo era alguien normal, tranquilo y pues porque no decirlo, sociable. Cuando cursaba preparatoria mis padres me metieron a una escuela pública, cursar con chicos de recursos menores era genial, inclusive logras hacer y tener lazos más fuertes que con cualquier persona de dinero.

Era inicio de curso, por lo que estaba entusiasmado por ver si ingresaba alguien nuevo, jamás estaba de más el tener algún nuevo amigo.

La clase comenzaba normal, así que deslicé mi cuerpo por el pupitre, aburrido, hasta que algo llamó mi atención. Un chico ingresaba al aula, pero no uno cualquiera, portaba el uniforme de manera desigual. La camisa estaba desfajada y la corbata mal puesta, el saco abierto, el pantalón ajustado con vans viejos, llevaba auriculares y mp3 en mano. Qué decir de su mochila, tan ligera como una pluma.

Llamó mi atención desde el momento en que se sentó a mi costado, su semblante frío, tés pálida y cabello castaño claro, desordenado le daba una apariencia ¿cómo decirlo? atractiva. 

—Parece que a este tipo nadie le ha enseñado modales.

Pronto sonó la voz de la chica más odiada en el salón, pero fue ignorada por él.

— Y literalmente, es un irrespetuoso. 

Subió la voz mientras le sacaba los auriculares, pero al parecer pudo escucharla aun con ellos puestos.

—Tsk...nadie pidió tu opinión, gata.

Y sin más se volteó al frente.

Dicha conversación sacó de onda a más de uno en la clase, nunca nadie había hablado de tal forma con Hyun Ah, ya que hacerlo implicaba muerte segura.

Tras unos minutos más el profesor le ordenó al castaño pasara al frente a presentarse ya que era el único de nuevo ingreso.

—Hola, mi nombre es Lee Kiseop y bueno, yo sólo estoy aquí por obligación, no por algo más.

Y sin más volvió al asiento. El resto de la clase transcurrió con normalidad, cuando el toque anunció el fin del horario escolar me quedé a guardar algunos libros y no pude evitar el oír y presenciar una escena bastante graciosa.

—Oye Seopie, ¿no te gustaría ir a nuestra práctica de gimnasia?

Cuestionaron dos chicas al castaño que estaba dispuesto a salir del salón, mientras acariciaban parte de su bien formado pecho.

— En primera, soy K-I-S-E-O-P –habló él, áspero.—Y en segunda, No tengo ganas de ver celulitis, quizá deberían invitar a alguien que esté igual de urgido que ustedes. 

Agregó con un tono tan sarcástico que provocaba reír. Las chicas le observaron sorprendidas y él sólo quitó ambas manos de su pecho. Yo por otro lado reí con fuerza, pero al parecer hice mucho ruido ya que me observó, fueron pocos segundos que para mí parecieron siglos.