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Capitulo 2

El resto del día lo pasé junto a Kyung Jae, o como yo lo llamaba "Eli", él era mi mejor amigo desde hace mucho, pero el problema era que sentía algo más que amistad por mí, obvio eso no me incomodaba, yo lograba considerarle como el hermano que nunca tuve.

El tiempo pasó tan rápido que al volver a casa ya estaba algo oscuro.
Iba tan adentrado en mis pensamientos que no noté que alguien corría por lo que tuvimos un encuentro no muy favorable, me apresuré a levantarme del piso y entonces alcé la mirada dispuesto a ayudar a la persona quien resultó ser él, Kiseop. Sus ojos se posaron en los míos, nadie decía nada, pero nuestras miradas se conectaron de una manera extraña, conexión que fue destruida al momento de escuchar a alguien "Yatab...Corre!" y entonces el castaño obedeció sin hacerse de rogar perdiéndose en la oscuridad de la noche.

Ingrese a casa pensando en aquella fría mirada que portaba el chico, y preguntándome cómo iniciar una conversación, en verdad llamaba mi atención y mucho.

—Hola cariño.

Sonó al momento en que cerraba la puerta a mis espaldas.

—Hola mamá.—Observé el interior de la casa.— ¿Y papá?

—Ya sabes —Suspiró.— Trabajando, como siempre.

—Está bien, iré a dormir.

Y bueno, yo tenía muy buena comunicación con mis papás, pero en momentos así realmente agradecía el ser hijo único. No soportaría ver a mi hermano sufrir debido a la poca atención de ellos.

/*Semanas más*/

El tiempo pasaba y no lograba hablar con el castaño.
Hoy al salir de clases me dirigí al salón de Eli y lo esperé.

—¡Hey!—Mencionó mientras me abrazaba.

—¿Cómo te fue hoy?

Cuestioné mientras correspondía para luego iniciar la caminata rumbo a la cafetería.

—Muy bien ¿a ti?

Inquirió mientras tomábamos asiento.

— Bien...Vinnie, debo decirte algo.

Murmuró mientras se acercaba a mí, conocía ese tono de voz. Estaba nervioso.

—¿Qué sucede Eli?

Cuestioné observándolo con curiosidad.

— Vinnie, yo, yo...yo te deseo tanto, por favor, no te hagas más del rogar—Murmuró cerca de mi cuello, haciéndome estremecer. Él mejor que nadie sabía que ese era mi punto débil, por lo que no pude evitar cerrar mis ojos riendo.—Quiero que seas mío.

—Eli...—Susurré dispuesto a detenerlo, y al momento de abrir los ojos me encontré con el castaño observándome fijamente con aquel semblante frío.—¡¡Kyung Jae!! ¿Cuántas veces debo decírtelo? ¡No quiero! No soy así y lo sabes—Alcé la voz lo que provocó que muchos nos observaran.

Salí del lugar avergonzado por mi repentina actitud, y de nuevo mi manía de chocar con las personas.

—¿Quisieras tener cuidado? Es la segunda vez que chocas conmigo.

Sonó la varonil voz de Kiseop.

— Si...Lo siento.

Susurré con ligereza.

—¿Te sucede algo?

Cuestionó al notar mi tonalidad.

—Yo...

No estaba seguro si debería contarle sobre mi situación con Eli.

—¿Tú?

Debatió para que continuara.