Capitulo 10 (Final)

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—Bien, acompáñenos. — Exclamó a la par en que entraba al auto.

Le imité y subí, tomé la mano de Kevin, no quería que nada malo le sucediera.

Llegamos al hospital en donde le atenderían, a mitad del camino a la habitación me indicaron quedarme sentado ¿SENTADO? ¿ES ENSERIO? Mi novio se muere y quieren que espere sentado? 

Caminaba de un lado para otro, parecía león enjaulado. Movía mi cabello de manera insistente, mis manos temblaban, las horas pasaban y simplemente no lograba calmarme, me estaba muriendo por dentro, quería saber cómo se encontraba... Pronto el médico se acercó.

— ¿Es usted pariente de Woo Sung Hyun? — Inquirió él observándome, acción que asentí.—Él está mal. — Habló por fin sacándose el cubre bocas. —Sus defensas se han bajado y debido a lo que le sucedió, ha perdido mucha sangre.

— ¿Lo que le sucedió? — Cuestioné no muy seguro, no sabía si quería saberlo en realidad.

— ¿Usted no sabía sobre el estado de salud del joven Woo? — Cuestionó, a lo que negué con la cabeza. —Hace dos años le detectamos una enfermedad poco común.— Se sacó las gafas mientras suspiraba. — Él tiene cáncer en la sangre.

— ¿Qué? —Reí, seguramente se trataba de una broma de mal gusto. — ¿Qué?—simplemente me negaba a creerlo.

—Lamento ser yo quien se lo diga, creímos que todo iba bien, el joven Woo respondía muy bien al tratamiento, pero...tal parece dejó de tomar el medicamento hace un año. Y ahora necesitamos donantes, su estado esta delicado... —No podía ni formular una palabra. Entonces recordé que ambos teníamos el mismo tipo de sangre, A.

—Yo puedo donarle la sangre que necesite, pero...por favor cúrelo. — Le supliqué, cosa que nunca habría hecho con nadie.

— Las cosas no son así de fáciles, entiendo que sean muy amigos, pero debe aceptar que esto no es nada sencillo. — Habló con tranquilidad.

— No importa, estoy dispuesto a correr los riesgos. — Aseguré y entonces él se retiró, tal parecía iría a preparar todo.

¿Ser muy amigos? Es más que mi amigo, es la persona que logra mantenerme feliz, él es todo para mí.

Sabía que las cosas no serían fáciles, pero ya no lograba verme sin Kevin a mi lado... A la mañana siguiente el doctor realizó las pruebas necesarias para la donación. Pasamos a la habitación en donde me hicieron quitar la chamarra y posar mi brazo izquierdo sobre la mesilla, me dijeron que no observara y entonces colocaron una liga alrededor de mi brazo para luego meter una pequeña aguja en el mismo logrando sacar un poco de mi sangre, me indicaron salir, que pronto tendrían las muestras.

Volví donde la sala de espera tomando de mi brazo, me dolía y eso que solo habían sacado una pequeña muestra. El día pasó y luego de unas horas salió el doctor.

—¿Joven Lee? —Me observó el mayor

—¿Si? — Me incorporé ya que estaba acostado en el sofá.

—Su solicitud fue denegada. — Exclamó suspirando.

—¿Qué? ¿Por qué?

— Primeramente, los requisitos piden que no tengan perforaciones en el último año. — Observó mi oreja. — Ahí tiene dos y tal parece son recientes. — Continuó. — Usted utiliza frecuentemente drogas y ha sufrido de anemia. —Cerró el expediente. — Lo siento, necesitará conseguir más donantes, como mínimo cinco. —Y sin más, se retiró del lugar.

—Mierda...—Bufé en voz alta y pronto fui callado por la enfermera.

Al carajo ¿por qué tenía que haberme pasado esto? ¿Por qué cuando por fin me sentía feliz? Todo era una mierda.

Volví a mi casa y tomé una ducha, antes de ello, indiqué a la enfermera que estaba a cargo de Kevin que lo cuidara por mí y que si preguntaba o algo, le dijera que estaba fuera pero que volvería lo más pronto posible. Tras aquello, fui al colegio a pedir donantes y bueno, como Kevin era tan popular logró los donantes en menos de 10 minutos.

Por la mañana siguiente todos realizaron la donación y por la noche ya me habían anunciado que se encontraba estable, tragué saliva e ingresé a la habitación, verlo ahí, en una cama y conectado a miles de cables me hacía sentir pésimo, él había dejado de tomar los medicamentos en todo el tiempo que no estuvimos juntos y ahora por esa tontería, su vida se encontraba en riesgo.

— Kevin bobo ¿por qué eres tan tonto? — Bufé sentándome a su lado a la par que tomaba su mano, descansaba cómodamente por lo que solo me dediqué a observarlo. Cuando abrió los ojos y al momento en que nuestra mirada se cruzó, quedó callado. — ¿Por qué no me lo dijiste?

-Yo.—Bajó la mirada. —No lo creí necesario.

—¿No lo creíste necesario? — Sin querer, comenzaba a alterarme.—  ¡Kevin! Estas tan enfermo y ¿no lo creíste necesario? Joder.

—En ese entonces me abandonaste ¿qué querías que hiciera? — Sus ojos se cristalizaron. — No tenía motivos para seguir viviendo. Esperaba que la enfermedad me llevara antes, pero tal parece tarda demasiado... Tú eras la única razón por la cual yo quería seguir, y cuando nos separamos fue como si no tuviera los suficientes motivos...—Derramó algunas lágrimas lo que me hizo sentir peor.

—Kevin, no seas tonto. — Lo abracé con algo de fuerza. — Sabes que eres todo para mí, ¿sabes cuánto me lastima verte así? Cuando te encontré en casa no sabía qué hacer, el pánico se apoderó de mí, temía que algo te sucediera y...que volvieras a dejarme... —Sin querer, una lágrima se derramó por mi mejilla.

~KevinPov~

El tiempo transcurría y entonces creía que todo iba de lo mejor, pero no fue así, en el momento menos esperado apareció el, Kiseop. Creía que podía con la situación pero simplemente me era imposible, ni aunque quisiese sería capaz de alejarlo de mi lado, él era mi fortaleza.

Mi relación con Eli terminó ya que además de comprender que lo nuestro no iba a funcionar, él conoció alguien más, un chico llamado Jae Seop.

Mis días eran felices, saber que tenía al chico que quería conmigo siempre dejaba una sonrisa en mis labios, todo iba bien hasta que tuve aquella fuerte recaída.

Por alguna razón, creía que mi enfermedad se había controlado pero tal parece que el no tomar el medicamento me afectó más de lo esperado. Mi estancia en el hospital se alargó más de lo esperado, tenía ya un año y medio pero agradecía el hecho de que Kiseop siempre estuviese ahí, podría jurar que pasaba más tiempo conmigo que con su familia lo cual me hacía sentir culpable.

El médico y yo prometimos mantenerlo en secreto pero en verdad mi enfermedad cada vez empeoraba más. No quería este futuro para Kiseop, sabía bien que él merecía algo mejor.

. . . 

Algunas veces pensaba en Kiseop pero no era nada que no se pudiese evadir, a pesar de que el tiempo pasara, no podía negarlo, seguía en mi corazón.

Me había escapado a Londres, lejos de toda persona que tuviese lazos conmigo sabía que en poco tiempo moriría y aunque quisiera permanecer con Kiseop, estaba seguro de que la mejor decisión que pude haber tomado era dejarlo en libertad. Entre menos personas estuviesen cerca de mí, sería menos el dolor al irme de este mundo.

Amo y siempre lo amaré con todas mis fuerzas, sé que esto que siento es imborrable porque con él aprendí muchísimas cosas.

"Algunas personas nacieron para amarse, pero no para estar juntas"

y debía aceptarlo, Lee Kiseop ya no formaba más parte de mi vida.

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