Después de confesar mi amor, no esperaba mucho, creí que ella simplemente me rechazaría y dejaríamos de hablar como me ha pasado en otras ocasiones, pero no. Me llegó una nota de voz de ella, su voz un poco temblorosa y con muchas señales de estar nerviosa me dijo:
"La verdad es que me siento igual que tu, un poco confundida debo admitir... No estoy acostumbrada a sentir este tipo de cosas, es decir, llevo tiempo sin abrir mi corazón a cualquier persona y de la nada llegas tú, con tus locuras, ocurrencias e ideas y sin darme cuenta llegaste más profundo que cualquier otra persona, la verdad es que no soy como crees que soy, no soy muy sociable, no me agrada mucho la gente y mucho menos soy tan divertida como lo crees... Pero, contigo es diferente."
La noche termino bien, no llegamos a proponernos una relación ni nada, solo dejamos nuestros sentimientos al descubierto y seguimos nuestras conversaciones de manera natural, aunque aún no podía creer que alguien como ella se fijaría en mi, me sentí muy dichoso de pensar que yo le parecía atractivo e interesante.
El tiempo pasó, nunca dejamos de hablar ni por un día, siempre buscábamos la manera de que los días no fueran rutinarios, aunque a veces no había más que solo contarnos cosas de nuestras vidas tratando de conocernos cada vez mas. Nuestros pasatiempos eran ver pelis y series juntos con aplicaciones que tardaba horas y horas buscando solo para poder compartir momentos buenos con ella, cada día era una aventura diferente, un día podíamos estar a las 3 de la mañana cantándole y ella a mi, y al otro día podíamos estar en llamada solo viéndola y diciéndole cosas bonitas...
Un día llegó el punto en el que debía hacer la pregunta que por semanas llevaba en mi mente carcomiendo mi pensamiento poco a poco.
-¿Que somos?
Pregunté, con miedo a una respuesta que no fuera lo que esperaba.
-somos dos personas que se quieren... Y nos queremos de una forma muy especial, además compartimos una gran conexión y confianza el uno en el otro, algo que sin duda muy pocas parejas tienen.
Sonreí, acepte su respuesta muy orgulloso de sus palabras y solo pude decir: "Gracias, solo nesecitaba saber que no era el único que lo sentía así."
Justo aquí fue cuando comprendí que para estar con alguien no necesitas ningún tipo de relación formal, que podemos ser fieles a personas con las que ni siquiera tenemos un contacto directo, que podemos establecer lazos a la distancia que solo podrán quebrantarse si alguno de los extremos falla... Y fue así como nos convertimos en pareja, sin ningún tipo de relación formal ni darle ningún nombre a lo nuestro, sino como un pacto de corazón en el que ambos reconocemos el valor del otro y sabemos darnos nuestro lugar estando aferrados a ese sentir que solo se pueden dar mutuamente. Y sin más terminamos siendo dos personas que se quieren.
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3500 Km - Sin Fronteras
RomanceHistoria de una relación a distancia basada en hechos reales. Este es mi regalo para ella, un mini libro que contiene mucho de lo que pasó en nuestra relación... 3500 kilómetros nos separan y le dedique una palabra por cada kilómetro, pues cada part...