Johnny Joestar es un joven estudiante que desea cumplir uno de sus mayores sueños; escribir un libro. Es una persona con una vida solitaria, alguien que prefiere no tener contacto con otro ser humano a menos que sea estrictamente necesario. No obsta...
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❝Woke up alone in this hotel room Played with myself, where were you? Fell back to sleep, I got drunk by noon I've never felt less cool❞
From the Dining Table; Harry Styles.
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Era viernes por la noche, últimamente las noches se habían vuelto mucho más frías, cosa que Mountain Tim detestaba. Sopló sus manos para hacerlas entrar en calor, podía sentir cómo un ligero dolor iba creciendo en las puntas de sus dedos y orejas. Deseaba haber salido con una bufanda y guantes. Jamás hubiese pensado que su contacto demoraría tanto en aparecer, le desesperaba que fuesen tan impuntuales.
Tim había recibido una llamada hace un par de horas atrás de un conocido suyo que trabaja en la policía, había averiguado algo muy importante para el caso.
Recordó aquellas noches donde rezaba junto a su madre pidiéndole a dios que su situación familiar mejorara, que el dinero y las nuevas oportunidades prosperaran. Luego de eso, su madre lo acostaba y besaba su frente con cariño para luego retirarse del cuarto. Cuando ella se retiraba de su habitación, él se levantaba de su cama y se arrodillaba junto a esta para pedirle a dios que su padre no apareciera esa noche en casa. Recordaba el frío de la cerámica que se expandía por sus pies y rodillas, pero esa molestia no se comparaba a la que su progenitor le hacía sentir. Eran tiempos duros.
—¿Tim? —sintió como una mano tocaba su hombro despertándolo del abismo de los recuerdos. Miró a la persona que tenía a un lado, era su contacto.
—¿Qué era lo que debías de mostrarme? —fue directo al grano, podía parecer un tanto apático por esa actitud, pero estaba en su derecho. Llevaba días sin dormir, lo único por lo que se preocupaba eran por las personas que alguien asesinó, por unas víctimas, necesitaba hacer justicia para traerles respuestas a las familias de esas personas.
—Oh, cierto —de una mochila sacó una carpeta que acercó al detective. Mountain Tim lo miró con una ceja alzada —. Nunca me viste aquí, Tim. Nadie puede enterarse de que te di esto, tengo a una familia a la cual cuidar.
—Si sabes que esto te puede meter en problemas, ¿por qué te molestas en hacer esto?
—Porque mi consciencia me lo exige a cada segundo, no todos somos de piedra como tú —el rubio rodó sus ojos, ellos no lo conocían en lo más mínimo —. Eras un buen policía, sigo sin entender por qué te fuiste. Sé que han pasado años, pero...
