✰𝑪𝑨𝑷 2✰

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"𝑳𝒂𝒔 𝒅𝒓𝒐𝒈𝒂𝒔 𝒔𝒐𝒏 𝒍𝒂 𝒂𝒖𝒕𝒐𝒅𝒆𝒔𝒕𝒓𝒖𝒄𝒄𝒊ó𝒏 𝒅𝒆 𝒕𝒐𝒅𝒐𝒔, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒕𝒖... 𝑻𝒖 𝒔𝒂𝒃𝒆𝒔 𝒕𝒂𝒏 𝒃𝒊𝒆𝒏"




Voy de regreso a casa caminando sola por las calles iluminadas de mi ciudad, después de tener un cansando día de universidad y trabajo. Ni siquiera tengo ganas de salir de mi habitación pero es algo que no me puedo permitir, por más destruida que me sienta. Sigo caminando con miles de pensamiento amargos en mi cabeza, tengo ganas de tirarme al piso y quedarme ahí como una basura, ¿Por que nunca me lo dijo? ¿No soy suficiente? ¿Por que me dejo? ¿Me lo merezco?. Siento un nudo en mi garganta y por un momento quiero gritar lo más fuerte que mi garganta me permita, bajo la cabeza rápidamente cuando siento como las lagrimas se acumulan en mis ojos, las limpio rápidamente en cuanto se derraman, miro por un segundo hacia el frente y veo como hay algunas personas alrededor, trago duro y  me prohíbo llorar en publico.

Camino más rápido y cuando veo que solo falta una calle para llegar a mi edificio, corro, corro lo más rápido que mis piernas me permiten, doy vuelta en la esquina para encontrarme con el estacionamiento pero paro en seco cuando veo su motocicleta aparcada, siento como mi respiración se corta al instante y mis manos sudan, un sentimiento de esperanza me golpea y mis ojos los buscan inmediatamente por todo el lugar hasta que volteo arriba, hacia la puerta de mi departamento y lo veo. Su cabello negro, su piel pálida, sus labios que tenían un cigarro entre ellos  y sus ojos verdes mirándome detenidamente, no sentía mis piernas y estoy estática en mi lugar, él soltó su cigarro y lo apago aplastándolo con el pie, ladeo su cabeza y sonrío ladinamente hacia mi, mordí mi labio inferior con nervios, respire hondo y empecé a caminar hacia las escaleras, sentía su mirada clavada en mi. Quiero ir con él.

 Sentados en mi sala, tenia mi mirada clavada en el piso pero él no dejaba de mirarme, preguntas aparecían en mi mente y la intriga me mataba poco a poco. Él soltó suspiro y empezó.

-Sabes que jamás quería hacerte daño, ¿verdad?- Dijo poniendo sus codos en sus rodillas, levante mi cara con el ceño fruncido.

-Pero lo hiciste y de la peor forma. ¿por que?- Él se acerco a mi y sus manos trataron de limpiar mis lagrimas mientras juntaba nuestras frentes y después de tantos días sintiéndome tan muerta volví a sentir como todo dentro de mi se llenaba y sentía tanta paz.

-Solo somos tu y yo, no importa lo que pase, no te olvides de mi.- dijo mientras sus labios rozaban con los míos y yo solo puede asentir, estaba complétame extasiada con su tacto, no quería que parara. 

No paramos.


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