Trouble - Jenlisa +18 G!P

Epílogo

I knew you were trouble when you walked in

Aquella noche, fue la primera vez que Jennie sintió que tenía una familia.

Shanon, Pete, Lisa y ella cenaron juntos en el porche de la casa, ese mismo donde el abuelo les había contado un secreto que moriría con él. Prepararon sándwiches y poco más, pero les supo a restaurante, todas las estrellas que necesitaban estaban en el cielo.

Padre e hija comenzaban a intercambiar palabras. Era un camino largo, pero al menos había empezado, y Shanon y Jennie estarían ahí para ellos. Jennie no había conocido a la madre de Lisa, pero sabía que estaría feliz por aquello.

Por no hablar del enorme peso que se habían quitado de encima. Se acabó eso de esconderse, de fingir, de idas y venidas. Los besos clandestinos sólo continuarían por las mariposas en en estómago y no por el miedo a que cualquier cosa pudiera alejarlas. Jennie tomó la mano de Lisa bajo la mesa, recordando entonces que ya no tenía que hacerlo, entralzando sus dedos sobre la servilleta. Shanon y Pete se dieron cuenta y sonrieron.

No subieron al piso de arriba hasta bien entrada la madrugada, se pasaron todo ese tiempo hablando animadamente. Hablaron de la boda, que estaba por llegar, de la carrera de Lisa, de los exámenes de Jennie.

Las dos chicas subieron las escaleras una detrás de otra, y Lisa entró al cuarto de Jennie con una mueca.

-¿Qué pasa?

-¿No es... raro que sepan que vayamos a dormir juntas?

-Mi madre me preguntó ayer si usábamos protección así que...

Lisa abrió mucho la boca.

-¡Mentira!

-Te lo juro.

-¿Y qué le dijiste?

-Eh, ¿que sí?

-¡Jennie!

-¿Qué querías que le dijera?

-Algo que no implicara que me estoy acostando con su hija. Que estoy esperando al matrimonio porque soy una novia ejemplar, por ejemplo.

-Ya - sonrió Jennie con una ceja alzada.

Lisa se dejó caer a la cama con la misma expresión que un condenado a muerte.

-Oh, dios mío, tu madre me va a cortar las manos - se lamentó de forma dramática -. O algo peor.

Jennie soltó una carcajada, y entonces, como si la hubieran conjurado, Shanon apareció en la puerta.

-Nos vamos a la cama, chicas - se despidió, y fue a marcharse, pero pareció acordarse de algo -. Oh, y nueva norma: puerta abierta siempre.

-¡¿Siempre?! - exclamó Jennie.

Shanon pareció pensárselo.

-Después de las seis, siempre.

Jennie asintió fastidiada, ¿qué más iba a hacer? Ya buscaría un vacío legal para cerrar la puerta en algún momento.

Lisa miró el libro que el abuelo Kim le había dado a Jennie, que reposaba en su mesita de noche.

-¿Por qué iba a comprar tu abuelo un libro sobre pesca?

Jennie se encogió de hombros.

-No recuerdo que le guste, pero si yo estuviera casada con esa mujer, centraría mi atención en cualquier otra cosa. - Miró a Lisa, que se había quedado boquiabierta al leer la primera página -. ¿Qué?

-Ven.

Jennie se sentó a su lado en la cama. No podía ser. La cara de Phineas Jones les devolvía la mirada desde la foto de su juventud.