𝟎𝟖

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   [ Blackmail ]

Todo iba mejor con Jungkook, ya no lloraba por Taehyung cuando tenía que trabajar y dejarlo con Jin, así que todo estaba de maravilla excepto por un problemita de todas las noches.

Jungkook se había acostumbrado tanto a estar en la casa de Jin que era un dolor de trasero llevarlo a casa. Taehyung no tendría problema en dejarlo pasar la noche allí, pero él tampoco quería que Tae se vaya a casa. El cuidador no lo entendía; no quería irse tampoco quería quedarse y no estaba de acuerdo con él que se vaya. Sólo quería tener a todos cerca de él, era adorable, había admitirlo, pero una rabieta a las diez de la noche, no lo era para nada.

Disponían de dos opciones: llevarlo a la fuerza llorando a todo pulmón o esperar a que se canse y se duerma. Que para ser sincero, Taehyung no consideraba ninguna remotamente buena; sin embargo era su única salida. Y así es cómo todos se encontraban en el piso rodeado de juguetes esparcidos por todo el suelo alfombrado, esperando ansiosamente para que la opción dos se lleve a cabo.Sin embargo fue cómo si ese  día kookie hubiera decidido tragar  toda una fábrica de azúcar; tenía los ojos bien abiertos y no mostraba indicios de sueño.

—Ah—.el bebé abrió su boquita queriendo más de la hamburguesa que Jimin le estaba dando en pequeños trozos mientras que él alimentaba a su conejito con una zanahoria que Jin le había dado para jugar.

—¿Está rico, kookie?—.Jimin preguntó, con una sonrisa cansada iluminando sus pómulos.

—Sii—. Respondió el menor, con la más hermosa sonrisa de conejito, arrugando la nariz tontamente. Continuó con su labor de darle de comer a su estimado amigo de felpa, murmurando cosas sin sentidos a la vez que masticaba su propia cena. Su apariencia tranquila, despreocupada e inocente ponía en duda a Taehyung de si debería o no molestarlo para llevarlo a casa. Puso toda su esperanza en la segunda opción, pero a medida que la noche fría caía, finalmente se convenció de que no iba funcionar. Los días anteriores había tenido la suficiente paciencia para esperarlo todo lo que quisiese y sin duda había tenido éxito en llevarlo dormido en sus brazos; Sin embargo, la tarde en el trabajo de Taehyung hoy había sido más ajetreada y mentiría si dijera que no estaba cansado, así que dijo.—Es hora de irnos koo—

—Nuu—el pequeño rápidamente respondió, gateando hacia Jin y dejándose caer abruptamente en su regazo, apoyando su espalda en el amplio pecho del mayor. Taehyung únicamente suspiró profundamente, Jungkook hacía eso cada vez que escuchaba que tenían que regresar y era más que obvio que no lograría absolutamente nada para intentar convencerlo de lo contrario.

—Entonces yo me voy— Lo intentó una vez más, logrando que el pequeño lo mirara con grandes ojos brillantes.

—nuuuu, TaeTae se queda con kookie.—se quejó tirando su cuerpo hacia atrás y sacudiendo la cabeza un par de veces. Él quería quedarse pero también quería que TaeTae se quede con él, la idea de que su cuidador lo dejase fue abrumador y su pecho se apretó de angustia; él no quería irse, la casa de hyungie es tan divertida, los otros hyungies también lo son; todos jugaban con él sin parar y ahora que TaeTae había regresado, fue mil veces mejor. En su mente esponjada y suave, no entendía porqué debían regresar.

Tae suspiró volviendo a su lugar en el suelo. El cansancio del trabajo rodeó sus ojos caídos, el tono grisáceo en sus pómulos lo hacía verse tan lamentable que era simplemente preocupante de ver.

—¡Juguemooss!— anunció el pequeño, su voz sonando enérgica y llena de emoción. Aunque estaba tentado por el idea, Taehyung de verdad  no quería recurrir ante la opción uno, su cansado cuerpo no estaba en condiciones para lidiar con un bebé llorón. Tenían otra opción que funcionaba muy bien: darle algo para llevar, pero lamentablemente sus pobres hyung's ya se estaban quedando sin cosas.

Little homeless boy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora