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Colocaron toda la información sobre la mesa y la observaron atentamente. Harry junto con otros cinco detectives llevaban toda la noche intentando encontrar algún dato nuevo o alguna cosa que no hayan notado anteriormente pero como siempre, no encontraron nada. El caso cada vez se complicaba más pero Harry no perdía la esperanza de poder resolverlo. Agarró su taza de café y le dio un gran sorbo, era la quinta que tomaba en lo que iba de la noche pero eran necesarias para poder mantenerse despierto. El celular de Harry sonó llamando la atención de todo los presentes. Se extrañó por completo, eran las 2:35 de la mañana ¿Quien lo llamaría a esa hora? Miro la pantalla de su celular y según el identificador lo llamaba su novia. Atendió rápidamente y se alejó un poco de la mesa en donde estaban todos.

-¿Hola Zoé?¿Ocurrió algo?- pasaron algunos segundos pero nadie respondió- ¿Zoé? ¿Estas bien?- nuevamente nadie respondió. Se escuchó una pequeña risa del otro lado del teléfono y a continuación el grito de una mujer, el grito de Zoé.-¿¡ZOÉ!?- los gritos seguían escuchandose, pasaron varios segundos en donde Harry no sabía que hacer y luego callaron. Nuevamente se escucho una risa del otro lado.

-Cuida mejor a tu novia Styles- dijo una voz masculina y la llamada se cortó.

-¿Pero que mier...?- Harry miro a sus compañeros que lo miraban expectantes. Corrió hacia la entrada y tomo su abrigo, le importaba un carajo el hecho de que estaban investigando justo en ese momento, le había pasado algo a su novia y eso era todo lo que le importaba en ese momento.

-Espera Harry ¿que sucedió?- pregunto Danny, un hombre de 45 años con cabello rubio.

-Mi novia, algo le hicieron a mi novia- respondió al borde de la desesperación. Harry no era un hombre que entraba rápido en pánico, todo lo contrario, casi siempre tomaba las cosas con calma pero no podía permitirse estar tranquilo cuando no sabía como estaba su novia y si estaba en riesgo de que le pudiese pasar algo.

-Oye tranquilo- dijo Smith intentando acercarse a Harry.

-¿¡Como quieres que este tranquilo sabiendo que posiblemente mi novia este muerta!?- pregunto gritando. Miro a sus compañeros y sin decir nada más salió de la oficina. Subió a su auto y se dirigió a toda velocidad a su casa. No le importó tener que sobrepasar los límites de velocidad o pasarse algunos semáforos en rojo, en ese momento lo único que le importaba era saber que había pasado con su novia. Bajo tan rápido como pudo del auto e ingreso a su casa. Adentro todo parecía normal, las luces estaban apagadas y los muebles estaban en el lugar de siempre. Harry pensó entonces que a lo mejor se trataba de una broma. Pero rápidamente borró esa idea de su cabeza. Zoé no era capaz de jugarle una broma tan pesada. Camino por el pasillo que dirigía a la habitación donde ambos dormían. La luz se encontraba apagada, la prendió y se sorprendió por lo que vio. Su novia dormía tranquilamente como siempre, estaba tapada hasta el cuello con la sabana y su boca se encontraba semi-abierta. Se acercó hasta ella y le acarició el hombro. Por alguna extraña razón ver a su novia dormida no lo tranquilizó en lo absoluto. Algo había sucedido, si no ¿como habían llamado desde el celular de su novia? ¿y que habían sido todos esos gritos? Fue entonces cuando noto algo raro entre las sabanas. Las removió un poco y noto algo líquido. Saco su mano y la observó. Era sangre, sus dedos se encontraban llenos de sangre. Sacó la sabana del cuerpo de Zoé. Harry apostaba cualquier cosa que en ese momento estaba más pálido incluso que un muerto. Se tuvo que agarrar de la mesita de noche para no caerse. Su novia se encontraba llena de sangre. Su remera estaba completamente manchada. Levanto la camiseta y en su estómago se encontraban tres cortadas muy profundas. La sangre seguía saliendo y si no llevaba al hospital rápido se moriria desangrada. Sin pensarlo dos veces cargo a Zoé cuidadosamente y la llevo al auto.

-Por favor Zoé resiste- dijo arrancando el auto.

Una hora después Harry se encontraba en el hospital esperando que algún doctor saliese y le diera alguna noticia de su novia. Todo este tema del asesino ya lo empezaba a cansar un poco. No era posible que ese hombre fuese tan listo. No era posible que en tres años no hayan podido obtener una pista clara. Cada vez tenía más ganas de descubrir quien era. Si el asesino pensaba que haciéndole eso a su novia él iba a abandonar el caso estaba muy equivocado.

Louis tiro el cigarro a la calle y lo aplasto con la punta del pie. Sabía que lo que estaba por hacer era algo muy arriesgado y que alguien podría verlo pero necesitaba asegurarse de que Sarah mantendría la boca cerrada. Sabía que le había dicho al detective Styles que él tenía los ojos azules pero él no era tonto sabía que Sarah había visto su rostro y tenía que hacer algo para que ella no abriese la boca. Se puso la capucha de su buzo y camino a paso lento hacia el hospital. Eran las 4:15 de la mañana y no había demasiada gente por el hospital, solo algunos doctores y enfermeras que cumplían con su turno nocturno. La sala de espera se encontraba casi vacía, solo había unas dos o tres personas. Camino por los pasillos del hospital con total naturalidad, como si fuese una persona totalmente normal. Saco el pequeño papel de su bolsillo y lo miro. Ahí se encontraba el piso y la habitación en donde se encontraba Sarah. Al llegar al piso miro disimuladamente hacia todos los lados. Tenía que asegurarse de que nadie lo viese entrar. Las cámaras de seguridad no le preocupaban, se habían encargado de ellas esta mañana, no era para nada difícil hackear el sistema de seguridad de un hospital. Una vez se aseguró de que nadie se encontraba en los pasillos abrió cuidadosamente la puerta de la habitación de Sarah. Las luces se encontraban apagadas y no se molestó en encenderlas, al fin que a él le beneficiaba. La chica se encontraba dormida. Se acercó intentado no hacer ruido y cuando estuvo lo suficientemente cerca le tapó la boca violentamente con su mano. Sarah abrió los ojos de golpe y al notar a Louis a su lado entro en pánico. Intento gritar pero Louis apretó más su mano contra su boca.

-Shhh- susurro.- Si gritas te juro que te mato en este mismo momento. - Los ojos de la chica estaban totalmente cristalizados y las lágrimas amenazaban con salir en cualquier momento.- Mira no estoy aquí para lastimarte aunque no te niego que tengo ganas de matarte en este momento por hablar con el detective sobre mi pero sin embargo soy una persona muy tolerante y no te voy hacer nada pero con una condición- Sarah lo miro pero al instante aparto su mirada. Sus ojos le daban miedo, él le daba miedo.- Te vas a ir de esta ciudad y no vas a volver hablar con el detective nunca más ¿entendiste?- pregunto apretando sus dientes- Porque te juro que si vuelves a abrir tu boca te matare ¿te queda claro Sarah?- la chica simplemente asintió mucha veces. El terror corría por sus venas y en ese momento no podía pensar en nada, solo quería que ese hombre se fuera y la dejara tranquila de una vez por todas.

-S-si lo prometo- respondió tartamudeando. Las palabras apenas se entendían porque Louis todavía tenía su mano en la boca de la chica.

-Bien, ahora yo me voy a ir y tú no le vas a decir a nadie que yo estuve aquí ¿entendido?- Sarah asintió nuevamente. Louis abrió la puerta de la habitación y después de asegurarse de que no hubiese nadie en el pasillo salió. Bajo por el ascensor y cuando estaba por salir un grito llamo su atención.

-¡Rápido necesitamos internar a la paciente de urgencia!- miro hacia el lugar de donde provenían los gritos. Había tres enfermeras y una persona en la camilla. Llevaron a la persona por un largo pasillo y desaparecieron. En la recepción había un hombre, lucia cansado y preocupado. Lo observo una vez más y lo reconoció, no era cualquier hombre, era el detective Styles y la paciente que habían llevado las enfermeras era su novia, la chica que hace unas horas o más bien dicho minutos había apuñalado.

Murderous Mind || l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora