Cap. 117: Humana

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-Astaroth: ¿Aún no lo entiendes? *levantando el rostro de Janis* No quiero que ese idiota sepa que estás aquí, *limpiándole los ojos* voy a pedirle a mis sirvientes que te traigan ropa nueva y algo para que comas, *levantándose y soltando la cadena*

-Janis: Si tu objetivo no es Vlad entonces... ¿Por qué me tienes aquí? *cubriéndose con la sábana* ¿Qué es lo que realmente quieres?

-Astaroth: Vaya que eres tonta mujer *riendo* ¿Cuál creés que es mi objetivo? Te traje aquí, bloqueé tus poderes y el sello de mi hermano para que no te encuentre... *sonriendo* Es simple, lo que quiero es que seas mía

-Janis: ¿Estás loco? *enojada* Eso no pasará así que dejame ir ahora

-Astaroth: No hagas que me arrepienta y vuelva acostarme sobre ti, porque está vez no te soltaré aunque me lo pidas llorando... *molesto* Portate bien y come, si lo haces te quitaré los grilletes antes de dormir

-Janis: ¿Comer? ¿Quieres envenenarme? *seria* Claro, luego le mandarás mi cuerpo a Vlad para hacerlo enojar

-Astaroth: ¿Por qué te mataría? *sonriendo* Puedo disfrutar más teniéndote con vida, de esa forma puedes complacerme... Si no quieres comer puedes quedarte con los grilletes hasta que me den ganas de quitartelos *saliendo de la habitación*

Janis empezó a hablarle a Gaia pero no recibió ninguna respuesta y el sello de Vlad estaba bloqueado, no sabía que hacer ni dónde estaba; aunque se sentía vulnerable se levantó e intentó abrir la puerta, pero estaba cerrada por fuera, luego intentó transformarse pero tampoco pudo hacerlo, sus poderes no funcionaban, ahora era como una humana normal... Después de un rato escuchó que abrían la puerta y unos sirvientes entraron llevando un vestido y una carretilla con comida, la sirvienta dejó el vestido sobre la cama y la vio de reojo, luego le dijo que le ayudaría a vestirse

-Janis: Puedo vestirme sola, *molesta* y puedes verme a los ojos cuando me hablas, no voy a comerte

-Sirvienta: Me disculpo señorita, *sin levantar la mirada* pero los sirvientes no tenemos el derecho de ver a nuestros amos

-Janis: Yo no soy tu amo así que no tienes que hacer eso... *viendo el vestido* Tu amo tiene un pésimo gusto para la ropa, yo no uso vestidos a menos que sea para una ocasión importante

-Sirvienta: Le buscaré algo diferente, nos retiraremos por ahora, *sonriendo* por favor coma, me encargaré de la ropa yo misma

Janis se quedó sentada en la cama envuelta en la sábana, más tarde llegó la sirvienta con ropa diferente y Astaroth iba con ella

-Astaroth: ¿Por qué no has comido nada? *viendo la carretilla con comida* Si no te gusta esto mandaré al cocinero para que le digas lo que quieres comer

-Janis: No tengo hambre, *seria* déjame ir

-Astaroth: *viendo a la sirvienta* Pon el vestido en el armario y sal de aquí... *acercándose a la cama* Janis, si no quieres comer voy a darte la comida directamente en la boca

-Janis: ¿Creés que conseguirás algo de mí? *molesta* Sin importar lo que hagas sigues siendo el mismo tipo arrogante y repulsivo de siempre

-Astaroth: *enojado* ¡¿Repulsivo?!

Le gritó a la sirvienta que se diera prisa y saliera; en cuanto la sirvienta salió él tomó la carretilla y la puso a un lado de la cama, Janis le dijo que la dejara tranquila pero él la haló fuera de la cama, luego se sentó en la orilla, la haló de nuevo para que ella se sentara sobre sus piernas y la sujetó con su brazo mientras sostenía la cadena con la mano, tomó un tenedor y lo puso en el plato

-Astaroth: Si no comes ahora... *molesto* Voy a mostrarte que tan repulsivo puedo ser

-Janis: Está bien, comeré, pero deja que me levante

-Astaroth: Te dí la oportunidad de comer a solas y no la aprovechaste, *sonriendo molesto* ahora comerás sentada en mis piernas y te vestirás mientras yo te veo

Janis tragó saliva y empezó a comer, pensó en una manera de librarse de él pero nada de lo que le decía daba resultado; cuando terminó de comer Astaroth tomó una servilleta y le limpió la boca, ella le pidió que la dejara ir para vestirse

-Astaroth: No, me quedaré un rato más aquí, luego dejaré que te duches y te cambies... *sonriendo* Y si te portas bien te quitaré los grilletes para dormir, así podrás complacerme con más facilidad

-Janis: Púdrete, no voy a hacer nada contigo, *molesta* si tu objetivo es torturarme, hazlo de una vez y déjame ir

-Astaroth: Quédate quieta o terminaras excitandome y te tomaré por la fuerza

Ella se quedó inmóvil y no dijo nada más; después de un rato, Astaroth la llevó a la bañera y le preparó el baño,luego le arrebató la sábana y le dijo que se metiera a la tina, después que ella entró él empezó a quitarse la ropa...

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Amor, pasión y sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora