Entre Libros, Secretos Y Besos.

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Jack.
Era domingo en la mañana y eso solo significaba el inicio de mis castigos.

Mis amigos habían decidido ir a un bar aprovechando que el menor de edad no estaba presente, pero después se retractaron al saber que no podrían platicar tranquilamente y decidieron ir por un café a las afueras de la ciudad.

-Joder Jack, deja de ver a esa planta que vas a hacer que prenda en llamas y mejor ayúdame con estos vasos.

Las dulces palabras de mi madre me hicieron recapacitar y hacer que la ayudara casi mecánicamente. Esto empezaba a ser aburrido y eso que todavía no comenzaba.
Solo habían unas cuatro personas en la sala y dos más afuera fumando.

Mis padre platicaba animadamente con la organizadora de la reunión y la asociación: Hayley Williams.
Era una mujer joven y bonita, siempre lucia una enorme sonrisa y hacía que todos estuvieran cómodos con lo que fuera que conversaras.
La conocía muy bien, mi mamá me había dicho que cualquier día podría bajar a la plática. Estuve en unas cuantas que me ayudaron bastante, después conocí a mis amigos y los domingos se volvieron mi escape.

-Hola Jack, pero mira cuanto has crecido. - dijo Hayley cuando me vio acercarme a ellos y ofrecerles un poco de jugo de frutos rojos. Los dos aceptaron la bebida y me vieron.

-Sí, ha pasado un tiempo desde que no estoy en una de éstas-respondí con una media sonrisa. A veces las necesitaba, pero mis amigos siempre estaban ahí para mí.

-Sí, el señorito aquí se ha metido en un problema en la escuela y su castigo está haciendo efecto. - dijo mi padre tomando de su vaso. Hayley me vio con una ceja alzada y una sonrisa burlona.

-¿Ahora eres un niño problema? - preguntó sin quitar esa sonrisa de la cara.

-No, solo hice lo que debía. No voy a dejar que nadie le haga daño a los que quiero.

Hayley volvió a sonreír pero ahora era más cálida su sonrisa.

-Algún día alguien valorara ese hermoso corazón que tienes, créeme. - dijo para después seguir la plática con mi papá.

Me alejé un poco y recordé algo. Alex.
No le había dado mi dirección aún y había dicho que se la enviaría en la mañana. Busqué mi teléfono y le mandé mensaje con mi dirección y una disculpa por no enviarla antes.
Dejé mi teléfono y me dispuse a llevar las galletas y cupcakes que me madre había preparado.

Cuando entré a la sala pude notar a alguien parado en una esquina de la sala revisando su teléfono. Su expresión pareció cambiar mientras leía algo en su celular. Volteó para todos lados hasta que sus ojos conectaron con los míos.

Todo se detuvo en ese momento, mi cara solo dibujaba la mejor sonrisa que podía dar y me mantuve ahí en mi lugar. Ahí estaba, sentado en un pequeño banco en mi sala al lado de mis videojuegos.

Mi padre me quitó la bandeja de las manos, después me dio una mirada curiosa y se dirigió al centro de la sala para poner las cosas en la mesa de centro.

-Bueno, comencemos la plática...
No pude escuchar más porque mi madre me jaló el brazo y me metió a la cocina.

-Parece que lo vas a violar ahí mismo, Jack. - dijo mi madre tomando una galleta de la mesa de la cocina.

-Lo siento, es solo que lo conozco y se me hizo raro verlo aquí. - respondí tomando otra galleta.

-No asustes al muchacho, es su primera vez aquí.

-Está bien, no lo haré.

-¿De dónde lo conoces?-preguntó sin quitar la vista de mí.

-Es mi pareja de ciencias.

I Am A Creep. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora