Contexto: Después del primer día de Adrien en ROM
Adrien
Salgo de la ducha bostezando y miro agotado la luz del sol entrar desde la ventana. Cierro las cortinas y me tiro a mi cama viendo el techo.
Mi horario va a volverse un desastre.
Cierro los ojos demasiado cansado para vestirme.
Ella sobre él.
Él apretando su trasero.
Sus gemidos roncos y femeninos.
Su delicioso cuerpo.
Sus ojos celestes.
Su mirada.
Ella viniéndose.
Suspiró profundamente al darme cuenta qué mi cuerpo comienza a reaccionar ante el recuerdo de la chica.
¿Cómo sería follarla? ¿Cómo sería poseerla sobre ese sofá? ¿Apretar su trasero mientras la embisto con fuerza?
Ella no es cómo las mujeres qué conozco, a ella no podrías complacerla de manera suave y pausada, a ella le gusta el descontrol.
Lo vi en su mirada cuando abrí la puerta, lo vi cuando iba a la pista buscando otro chico.
Bajo mi mano a mi erección rodeándola y cierro los ojos pensando en ese color celeste irreal. Cierro más mi mano recordando sus gemidos y comienzo a sacudirla con fuerza imaginándola.
¿Cómo será tomar sus caderas y perderme en su coño? ¿Morder sus pezones mientras pide más? ¿Cómo será verla correrse gracias a mí?
— Mierda. — Jadeo acelerando los movimientos de mi mano bajando mi otra mano a mis testículos y sus ojos vienen a mi mente otra vez.
Nunca vi algo tan excitante cómo su cuerpo tensándose al llegar al orgasmo y sus ojos brillando de placer. Sus ojos... tan fríos y expresivos al mismo tiempo, cómo desearía mirarlos mientras se viene sobre mi pene, sobre mi boca, sobre mis dedos... me da igual, con solo verlos podría correrme.
Y sus labios... Sus labios sueltan los gemidos más calientes del jodido universo, podría grabarlos y escucharlos toda la vida.
"— Dicen qué son unas bestias en la cama, ¿Eres una bestia en la cama?
— No Hanna, soy una bestia sobre cualquier superficie."
Con ella podría serlo, con ella podría hacerlo cómo realmente me gusta...
Me corro sobre mi mano y soy consciente de mi respiración agitada mientras bajo la velocidad de los movimientos de mi mano.
Sus ojos celestes llegan a mi mente y le siguen su sonrisa ligeramente ladeada qué oculta sus malas intenciones...
Dios...
Sería tan simple hacerlo con ella, se me insinuó en más de un instante durante la noche, pero no estaría bien hacerlo con ella solo por qué la deseo.
Debo amarla, y ella no es el tipo de chica que suele atraerme.
Me rio de mí mismo viendo mi corrida.
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Escapando del infierno (+21)
RomanceAdrien nunca había viajado a Estados Unidos, pero cuando tienes una ex psicópata, cualquiera lo hace ¿No? Puede haber dejado su país para escapar del infierno al que estaba condenado con Alice, pero ¿Y si viajando solo se adentra más al inframundo...