Capitulo 24

791 72 15
                                    

Y aquí un nuevo cap. Gracias a todos los que votaron y/o comentaron en el cap anterior.

Ah y hago algunas aclaraciones al final del cap.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Victoria frunció el ceño a su reflejo en el espejo.

La camisa blanca que tomo prestada de Shizuma estaba desabotonada, revelando una hilera de rasguños y marcas que iban desde un suave rosa a una variedad oscura de magenta y variaban en su profundidad.

Victoria ignoro el resto de rasgaduras en su cuerpo y centro su atención en su hombro izquierdo, mirando por primera vez la herida tras la venda.

Una especie de mancha negra verdosa cubría todo su hombro y se expandía ligeramente por su cuello. No tenía una forma concreta, pero Victoria estaba segura de que no era así antes y la hizo preguntarse que tanto cambiaría hasta considerarse una a cicatriz y no una herida.

Victoria levantó su mano, tocando tentativamente la sección oscura. Su piel estaba extremadamente sensible allí, Victoria apenas pudo reprimir un siseo por la sensación, y muy suave, casi como si Victoria no se hubiera estado rascando furiosamente el hombro hace solo un par de horas.

Victoria aparto la mano, confundida. Realmente no sabía nada sobre marcas o cicatrices producidas por la magia, definitivamente debería empezar a investigar más sobre ello ahora que al parecer tenía más de una.

Victoria dejo de posponer lo inevitable y miró su rostro.

Tres cortes irregulares estaban surcando la totalidad de su mejilla derecha, el corte superior a escasos centímetros de su ojo y el inferior casi delineando su mandíbula. En los bordes de los cortes la piel estaba marchita de un color azul profundo y en su centro resaltaba todavía el rojo de su sangre aunque el goteo de la sustancia escarlata se había detenido.

Victoria cerro los ojos. Con razón su baño había sido un infierno. Por supuesto, el restos de golpes en su cuerpo había dolido al simple contacto y su hombro no había sido fácil, pero fueron los cortes en su rostro los que realmente, realmente dolieron. De ahí la razón por la que había escogido una camisa blanca de manga corta para vestir, con el fin de evitar ponerse una prenda por la cabeza, junto a unos shorts cortos color celeste hasta la mitad del muslo para no rozar más piel golpeada de lo necesario. Shizuma encogió la ropa a su comodidad y le dijo que no le molestaba prestarle ropa interior, pero Victoria renunció a esa opción cuando vio la variedad diminuta y en muchos casos escasa que Shizuma tenía para ofrecer.

Victoria abrió los ojos, echando otro vistazo a su mejilla.

Victoria hizo una mueca ignorando el dolor.

Nunca le habían molestado las cicatrices, pero está si que iba a llamar la atención y Victoria no creía que pudiera sobrevivir a las miradas de lástima que seguramente le darían sin atacar a alguien.

"Y yo creía que mí madre era una perra".

Victoria parpadeo y miró el reflejo de su amiga por el espejo de cuerpo completo.

Shizuma llevaba el pelo suelto, ligeramente húmedo después de su ducha. Su rostro estaba desprovisto de maquillaje dejando al descubierto su belleza natural y vestía una bata color bordo profundo ceñida al cuerpo hasta casi la mitad del muslo. La llevaba un poco suelta, dejando ver un amplió escote y vislumbrar el más mínimo detalle de lencería negra.

Victoria puso los ojos en blanco. Si no lo supiera mejor, creería que Shizuma estaba intentando seducirla.

"¿Que hizo tu madre?".

Shizuma le lanzó una sonrisa divertida a través del espejo, Victoria noto que sus iris viridián estaban fijos en su mejilla. La indecisión domino las fracciones de su amiga por una fracción de segundo antes de parecer tomar una desición e ir rebuscar algo entre sus útiles escolares.

Una existencia peculiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora