Cap. 40 ~Alas de un Ángel en peligro~

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"Alas de un Ángel en peligro"
☆°☆°☆

Y ahí estaba Jennie con el conejo en sus manos.

—Es muy tierno pero... -hizo una pausa- sabes que no lo puedes tener -me miró-

—No le digas a Tae -me acerque a ella-

—No le diré -sonrió tierna aún con el animal en sus manos- ¡TA... -le tape la boca con mis manos para que se callara-

—Cállate -dije en voz baja-

La solté y caminé hasta la puerta de la habitación para luego cerrarla con seguro.

—Sucia gata mentirosa -la mire enojada- sabía que no podía confiar en ti -me acerqué- dame al conejo -dije seria-

—Hey -dijo indignada- no puedes tener otro animal aparte de mi -se subió sobre la cama con el conejito-

—¿Acaso estas celosa? -confundida y extrañada la mire-

—No es eso... -hizo un puchero- por una extraña razón Tae no le agrada los animales, apenas puede soportarme -Jennie decía sin bajar de la cama-

Quede pensativa pero aún así no dejaba de tener ese enojo en mi rostro.

—Si no quieres dejar al conejito solo en la naturaleza  -bajo de la cama- será mejor que se lo des a alguien más.

—Tienes razón -baje la mirada- pero a quien se lo daré  -la mire-

Jennie pensó por unos segundos.

—A alguien que pueda y quiera cuidarlo  -sonrió tierna-

—Bueno.... -los toques de la puerta me interrumpieron-

—Debe ser Tae -Jennie comenzó a mirar a su alrededor sin saber que hacer-

—Rápido escondelo  -me acerqué a la puerta para abrirla-

Jennie colocó al pequeño animal dentro de su abrigo color naranja mientras yo abrí la puerta.

—¿Están bien? -ambas asentimos‐ ¿por qué tenían la puerta cerrada? -preguntó entrando a la habitación-

—Es que al entrar al cuarto no me percaté que había cerrado la puerta -sonrió nerviosa Jennie-

—Bueno -Tae miro extraño a Jennie- solo venía a decirles que bajen a desayunar  -Tae mencionó normal volteando para salir de la habitación-

En ese momento se escucharon unos chillidos, mire a Jennie inmediatamente.

—¿Que fue eso? ‐preguntó Tae volteando a mirarnos‐

—Mi... ‐dijo nerviosa- mi estómago  -pude notar lo avergonzada que estaba ya que era mentira-

Tae al escucharla río burlon a lo que Jennie lo miró sería.

—Esta bien, baja para que comas -Jennie no dijo nada solo lo miraba sin gracia-

—Ya iremos  -le dije y este salió de la habitación-

Me acerqué a la entrada del cuarto para ver si se había retirado.

Jennie sacó al conejito de su interior del abrigo.

—Toma -me dio al conejito- piensa de este tema muy bien -asentí-  te veo abajo -Jennie salió de la habitación-

Volví a esconder al conejito en el mismo lugar.

—No hagas ruido, Ok -el conejito se acurruco- volveré luego -cerre la puerta de mi armario y luego salí de la habitación-

(...)

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