C I N C O.

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El jueves JaeBum se muestra especialmente entusiasta, algo que por Choi YoungJae no pasa desapercibido. Lo había visto hablar con una compañera de otro salón, por un rato estuvieron conversando, YoungJae se preguntaba si esa era la razón.

—¿Pasó algo, hyung?—Pregunta con interés, mas los nervios en el interior no dejaban de hormiguear.

¿Qué tiene por decir?, ¿cómo tiene qué reaccionar si JaeBum le dice que hay una chica por al cual está interesado?

JaeBum lo mira.

—¿Porqué?

—Lo noto más contento hoy.

—Lo notaste, Choi YoungJae—Cuando sus ojos se entre cierran, YoungJae siente el rostro caliente.

¿Podría JaeBum notarlo?, ¿Su especial atención hacia él?

—Pues generalmente está serio o sin expresión, hoy está más hiperactivo y es difícil no notarlo.

—Bueno, es cierto. Hoy estoy contento.

—¿Hay algún motivo?—JaeBum asiente con una bonita sonrisa, YoungJae pensaba que no podía flecharse más hasta que en ese momento lo hizo.

—Por supuesto. Hoy vienes a mi casa, probaremos el videojuego que pedimos hace un mes, ¿no recuerdas?

El corazón de YoungJae se descontrola, latiendo tan rápido como si hubiese terminado un partido agotador. Sonríe de manera apagada cuando la emoción se va y la realidad lo golpea; su realidad. La realidad donde JaeBum está emocionado por un videojuego que compartirá con su amigo y él se emociona por ilusiones y fantasías suyas.

—Lo recuerdo, hyung. No podría olvidarlo—Y seguido de responder, se dedica a leer el libro que reposa en su mesa.

JaeBum frunce ambas cejas, notando la forma tan repentina en que YoungJae se había apagado.

—¿Estás bien?, ¿No quieres jugar?, podemos dejarlo para otro día. O si no te gusta el juego puedo probarlo yo solo, no tienes porqué sentirte obligado a hacerlo—Cuando YoungJae niega sin pronunciar palabra alguna, JaeBum coloca una mano en su hombro—Hey...—Lo llama, tan suave que en YoungJae duele más.

—No es eso. Es sólo...—Sus ojos se sienten acuosos, no sabe porqué está en su límite, solamente se siente horrible estar en el límite.

—¿Está todo bien?—Insiste.

—Sí, solamente estoy un poco triste—Responde—Pero no tengo el motivo.

Claro que lo tiene, lo tiene y tan claro que duele. Pero una mentira más no haría daño, mucho menos hacia JaeBum, que de mentiras lo llenaba, desde un falso sentimiento de amistad, ocultando el otro lado del amor que sentía hacia él.

Cuando las clases terminan ambos se toman su tiempo para guardar sus cosas, YoungJae un poco más perdido en él y JaeBum más perdido en YoungJae.

—No debes ir si no quieres, podemos dejarlo para otro día—De nuevo intenta hacerlo sentir mejor, pero de nuevo no lo obtiene.

—No, está bien. Quiero hacerlo—Y es el primero en avanzar hasta la salida.

En casa de JaeBum aprovechan para explicar arreglar algunos apuntes, pero en poco tiempo están probando el anhelado videojuego.

A las nueve YoungJae regresa a casa, y a las nueve quince JaeBum tiene un cuaderno entre sus pálidas manos, sabe que es de YoungJae, aunque nunca lo había visto con él alguna vez lo encontró en su mochila mientras buscaba una goma, ¿de qué materia será?, se preguntaba mientras hojeaba el cuaderno.

28 de noviembre del 2007.
—¡Mamá!, ¿Viste mi diario en alguna parte?—YoungJae jamás se sintió tan preocupado.

El diario de YoungJae [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora