U N O.

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YoungJae sale de casa apurando el paso, pues tiene clase a primera hora y no está dispuesto a llegar ni un poco tarde. La secundaria es difícil, sobre todo cuando tienes quince años y el chico por el cual tienes un crush enorme es tu compañero en química. No sabe si agradecer o maldecir a sus buenas notas, debido a estas el profesor había puesto a JaeBum casi a su cargo tras un año repetido que prometía las mismas malas notas del pasado. Así es, Choi YoungJae mantenía su amor, —Él mismo promete platónico—, por Im JaeBum desde que comenzó la secundaria, quedó totalmente flechado desde que lo vio en las filas de segundo grado, con el uniforme desaliñado, quitando el piercing de su ceja y después haciendo una coleta en su cabello por orden de la directora del instituto. Pensó en olvidar su crush por él cuando el segundo grado terminaba para él, pero al pasar al tercero Im JaeBum estaba entrando a su salón y sentándose exactamente justo a él en el laboratorio de química por indicación del maestro.

—Hyung—Saluda YoungJae con una sonrisa tenue. Desde que comenzaron a hablar en química JaeBum se había quedado pegado a él como chicle, sus antigüos compañeros ya se habían graduado y no era precisamente sociable.

—Jae—Regresa el saludo y cada movimiento que realiza para colocarse en su asiento es seguido por la mirada de JaeBum.

—¿Qué hora es?—Cuestiona cuando no llega el profesor, no llevaba celular desde que el reglamento lo prohibió, pero a JaeBum las reglas no le importaban mucho.

—Ocho quince.

—El profesor nunca llega tarde...—Hace silencio cuando la coordinadora entra al salón de clase.

—Su profesor tuvo un contratiempo, no viene a clase, así que por favor sean silenciosos en lo que llega su próxima clase o tendré qué traer a alguien para que cuide de ustedes. Sé que no lo necesitan—Algunos festejos se escuchan cuando se marcha y él se queda en silencio. Mira a JaeBum jugando algún juego con su teléfono y él lo nota.

—¿Quieres jugar?—Pregunta, tendiendo el celular a él.

YoungJae niega.
—No sé...

El mayor arrastra su silla hasta la de él y YoungJae no logra enfocarse en las instrucciones cuando JaeBum está tan cerca.

—¿Lo tienes?—Pregunta JaeBum luego de explicarle el juego.

—Yo...—Está avergonzado y no sabe qué decir, pero de nuevo es interrumpido y salvado, esta vez por el estómago de JaeBum.

—No desayuné nada, ¿Quieres ir a la cafetería? Te compraré una dona y una leche de fresa, sé que te gusta mucho—No es precisamente por la comida, pero no se lo hace saber. Choi asiente y va junto a JaeBum a la cafetería.

¿Im JaeBum comprando su desayuno? Dios, tenía cosas por escribir en su diario.


2 de octubre del 2007

Querido diario:
...JaeBum compró el almuerzo para mí. Probablemente no es la gran cosa, pero para mí fue algo lindo, desearía que fuera como en esa historieta que leí...

El diario de YoungJae [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora