En este mundo (Tian Guang Ci Fu)

día 4 Destino

Habían llegado al reino de YuShi y se instalaron en la casa de la señora de la lluvia.

He Xuan se sintió secretamente aliviado de que Shi Qing Xuan se haya alejado del cielo y de ese tirano que tenía por hermano mayor.

Su rostro no mostró ningún signo de alivio, pero cuando escucho la voz de Pie Ming, todo su cuerpo se tornó rígido y su mirada se detuvo en Shi Qing Xuan.

Vio en sus ojos la duda, pero también preocupación.

Cuando salieron y Pei Ming les informo que la calamidad celestial de Shi WuDo no estaba yendo bien, espero a que Shi Qing Xuan se negará a ir, sin embargo, cuando lo vio caminar hacia el dios marcial, sus extremidades se movieran de forma inconsciente y bloqueó su camino.

No dijo nada, pero en silencio rogaba. Suplicaba que no fuera con Shi WuDo, que se quedará con él.

Shi Qing Xuan lo comprendía bien y las palabras que no expresó lo entendió, aunque hubo tristeza en sus ojos por un momento, sonrió.

—Lo siento.

— Ming-Xiong, quédate aquí estas heridos.

Susurro al pasar por su lado.

He Xuan comprendió porque decían que la sangre siempre es más espesa que el agua.Sintió dolor, todavía quería darse la vuelta y detenerlo, pero él también era terco.

"Desee poder compartir contigo, hermoso valles y paisajes"

"El quedarme aquí, solo me trae soledad"

"¿Cómo llamas a este sentimientos?"

Se dio la vuelta.

***

Sobre una gran avenida comercial, las personas iban y venían en las dos direcciones. Caminó sin rumbo, con su mirada perdida en la distancia, no iba a ningún lugar, pero tampoco regresar a otro lugar.

Había un sentimiento que lo comía por dentro, ni siquiera el vino podía eliminarlo, aun buscará placeres carnales con su cuerpo muerto no podía disfrutarlo, lo que estaba en su pecho no desaparecía.

Había logrado tomar venganza por su familia, por él, pensó que una vez que se asunto se resolviera podría descansar en paz, pero los días pasaban y todavía seguía en este lugar.

De repente, sus ojos dorados captaron, entre la multitud a un joven. Sus ropas estaban sucias y rotas, sus cabellos despeinados y enredados, a pesar de que su rostro estaba cubierto en parte por barro, dos pares de brillantes ojos verdes resaltaron.

Su ojos resplandecían antes y sonrían seguía siendo igual de calidad..

Entonces comprendió, estaban destinados a encontrarse, pero no a estar juntos.