Capitulo 04 Una pequeña toalla atada a una sexy cadera

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En la mañana siguiente el sonido y la vibración de un celular despertó a Fubuki, este de inmediato lo rebusco entre las sabanas, al encontrarlo tomo impulso para sentarse y ahí se dio cuenta que tenia a un joven niño de azules cabello enganchando en el cuello, para que este no cayera tuvo que actuar rápido y sujetarlo de la cintura, la cabeza del menor se poso en el hombre del peli plata sin despertarse, verdaderamente tenía el sueño pesado, Fubuki tomo su celular y atendió la llamada.

Fubuki: ¿Diga?

Katsuya: Entrenador ¿Dónde está? ¿No va a venir a entrenar? Todos estamos aquí excepto el nuevo.

El peli plata miro su celular y noto la hora que era, había perdido toda una mañana.

Fubuki: Lo siento, me tome el día libre no me siento muy bien, estas a cargo, guía el entrenamiento y no seas muy rudo con ellos.

El mayor cerró su celular y suspiro, miro al chico que aun dormía sobre su hombro y sonrió como tonto enamorado.

- ¿Que me pasa? - se pregunto este al notar que se había quedado mirando a Yukimura, el recién nombrado se despertó y estiro sus brazos sobre su cabeza mientras, el peli azul aun medio dormido miro al adulto que tenía a su lado.

- Buenos días - dijo este con la voz de nuevo ronca.

- ¿Buenos días? son más de las 2 de la tarde - dijo Fubuki sonriéndole, el menor abrió los ojos y tomo su celular, efectivamente, eran más de las 2 pm.

- B-Buenas tardes entonces - dijo el menor apenado por haber dormido tanto. Y más por el hecho de haber amanecido junto a su sempai. El peli plata despeino el cabello del menor y se levanto.

- Ve a darte una ducha... preparare algo para comer - dijo el peli plata mientras tomaba ropa limpia para el pequeño y se la entregaba, luego camino a la cocina, preparo algo sencillo, pasta en este caso, le dio gracias a Dios que tenia carne y salsa en el refrigerador y solo tuvo que recalentarlo, en 10 minutos ya el almuerzo estaba listo y servido, el mayor se sentó en la mesa a esperar que el peli azul bajara para comer junto a él, solo espero dos minutos y el pequeño entro a la cocina usando unos viejos pantalones que no se le caían tan fácilmente como los anteriores una franelilla negra sin mangas la cual había mentido dentro de lo pantalones para hacer bulto y que estos no se le cayeran, se sentó en frente al mayor.

- Gracias por la comida - dijo comenzando a comer, el mayor lo imito dando gracias también por los alimentos, a lo que terminaron de comer el menor le hizo el favor al dueño de la casa de lavar los platos, el peli plata aprovecho ese instante y subió a su habitación dispuesto también a darse una buena ducha. Se desvistió y entro al baño, después de una larga y relajante ducha con agua caliente entro de nuevo a la habitación en busca de algo que ponerse.

Por otro lado el peli azul había terminado de limpiar los platos, se seco las manos con un pañuelo y subió a la habitación en busca de su sempai, tendría la mente en otro lado o algo así ya que entro a esta sin tocar y sin avisar, al hacerlo se encontró a un sexy, repito SEXY Fubuki con el cabello todo mojado y usando solo una pequeña, repito PEQUEÑA toalla, la cual estaba enrollada al nivel de su cadera.- Toalla... pequeña toalla... cuerpo semi desnudo... SEXY, RIDICULAMENTE SEXY - gritaba en su interior el menor el cual intento disculparse pero de su boca no salió nada entendible o inteligente, estaba todo colorado y hecho piedra, no lograba quitarle la vista a la toalla - JODIDAMENTE SEXY, o por Dios, ¿Qué habrá detrás de esa toalla? Quiero saber, quiero saber, quiero saber... ¿Se la quito? . Fubuki se le quedo mirando al pequeño.

-¿Es que piensa quedarse ahí mirándome todo el maldito día? - Se pregunto al ver que el niño no hacía nada, se acerco a él y movió la mano en frente de sus ojos pero el niño seguía sin reaccionar - Se ha quedado de piedra - pensó mientras una risita salía de sus labios, tomo al niño de hombros y lo empujo fuera de la habitación y le cerró la puerta en la cara.

Rápidamente se puso algo de ropa, y claro su amada chaqueta, que no podía faltar. Al estar más decente le abrió la puerta al peli azul el cual seguía como lo había dejado, todo sonrojado y con la mirada perdida.

- ¿Hola? – canturreo Fubuki moviendo su mano frente al rostro del menor, este por fin reacción.

- D-D-Disculpe – murmuro muy por lo bajo y desviando la mirada, el adulto le sonrió.

- No hay problema... ven, entra – Dijo el peli plata. El menor aun todo sonrojado entro en la habitación del adulto y se sentó en la cama, tenía el corazón a millón, le latía tan tonta y toscamente rápido que estaba casi seguro que Fubuki podía escucharlo. Se sentó en el borde de la cama, miro sus rodillas, estas estaba temblando como cuando una colegiala se le declara a su sempai...





                                                                                  -Continuara-

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