Cap 11 Bienvenido a casa

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El primero en despertar fue Fubuki quien vio a un pequeño peli azul abrazado a pecho, el menor aun dormía profundamente. Sonrió recordando la noche anterior. Con mucho cuidado salió de la cama dejando a un tierno uke dormido, fue al baño y se ducho, salió del baño como siempre con una toalla atada a la cadera, al hacerlo se encontró a un muy despierto Yukimura, quien aún seguía acostado.

Fubuki se acerco y se agacho.

- Buenos días peque – le sonrió el peli plata, el menor volteo a mirarlo, y se sonrojo por dos razones uno por que recordó con cada pequeño detalle la noche anterior y dos por que amaba ver al peli plata en toallas.

- Buen día – murmuro, se quedo hay acostado, mirando al mayor. Este al sentir la fija mirada del peli azul volteo a verlo.

- ¿Se te ofrece algo? – pregunto con un tono sarcástico y juguetón.

- No para nada... solo quiero ver cómo te vistes – dijo como si nada el menor, Fubuki simplemente se rio, no podía con él. Se saco la toalla y se vistió. En ese momento el menor recordó que el día anterior tenía las piernas entumecidas, las movió aun debajo de las sabanas y noto que las piernas no le dolía. Así se que acomodo en la cama, pero a lo que sentó un dolor pullante atravesó todo su cuerpo, de inmediato se volvió a acostar, esta vez boca abajo – Waaaa – sollozo y se abrazo a la almohada, de inmediato el adulto fue hasta el.

-¿Que pasa?- le pregunto al escuchar al menor.

-Me duele el trasero y la cadera- se quejo, el adulto se partió en risas, obviamente le tenía que doler- No quiero ir a clase- murmuro, Fubuki suspiro y acaricio sus cabello.

-Vale, tomate un día libre... volveré a las 6- le dijo el mayor mientras besaba su cabeza, se levanto y tomo sus cosas. La habitación está hecha un desastre, ropa en el piso por todos lados, tazas usadas en la mesa y un embriagante olor a sexo- no vayas a ir a ninguna parte- le advirtió el adulto.

-No pienso salir de esta cama- murmuro Yukimura con los cerrados, Fubuki sonrió y fue a la escuela.

El menor estuvo acostado por media hora y luego se aburrió, suspiro, quería levantarse. Con mucho cuidado se sentó en la cama, sitió aquel punzante dolor pero lo aguanto hasta que se logro acostumbrar, luego se levanto. Definitivamente era mejor estar parado que sentado

Miro la habitación, estaba hecho un desastre. En ese momento noto que estaba desnudo. Busco algo que ponerse pero simplemente no encontró sus bóxers, suspiro, rebusco y rebusco hasta que los encontró, se los puso y se puso su camisa del colegio. Bajo a la cocina y se preparo un emparedado y se desayuno, al terminar de comer volvió a subir a la habitación de Fubuki, le daba asco que la habitación estuviera en ese estado, así que recorrió las ropas y las puso en la ropa sucia, llevo las tasas abajo y las lavo, acomodo la cama y todo lo que no estuviera en su lugar. A lo que termino se sintió mas cómodo, luego entro a la ducha y se dio un buen baño. Al salir y secarse fue que se dio cuenta de una cosa.

-No tengo ropa que usar- pensó, suspiro. Abrió el armario y busco ropa de Fubuki, tomo unos bóxers que era los más pequeños que encontró, no le quedaban tan mal y tomo una camisa manga larga, la cual le quedaba como bata, pero ya se la había puesto y no quería quitarse. Vio el reloj, 5: 35 pm. Fubuki llegaría pronto. Bajo a la cocina y comenzó a preparar la cena la cual fueron unos pancakes, estaba a punto de terminar cuando escucho la puerta principal abriéndose. 

- Estoy en casa – aviso el adulto mientras caminaba hasta la cocina.
- Bienvenido – dijo amorosamente el peli azul.
- Oh por Dios... Está usando mi ropa -pensó el peli plata sonrojándose mientras veía al menor - Le queda 10.000 veces mejor que a mi-

- ¿Fubuki-sempai? – lo llamo al ver que el mayor se le había quedado mirando y no decía nada.

- ¿Qué? No... bueno... ¿Qué decías? – pregunto un tanto perdido. El peli azul se rio y lo tomo del brazo arrastrándolo a la sala, se sentaron a ver televisión hasta que fue hora de comer, cenaron y volvieron a descansar, a pesar de que ningún de los dos quería el menor tenía que volver a casa, Fubuki como buen seme se ofreció a llevarlo...









1 mes después

- Pooooooooooorfa – pedía Fubuki con un puchero, esta arrodillado en frente al peli azul el cual estaba sentando en el sofá de la casa del menor.  

-¿Cuántas veces me lo has pedido?- pregunto el menor ya cansado de escuchar al peli plata repetir lo mismo.

- No lo sé... ¿200?... oh vamos Hyouga – canturreo el peli plata – Ven a vivir conmigo, estoy cansado de pasar solo las noches entre semanas – se quejaba.

- No quiero ¿Sabes lo que significaría ir a vivir contigo? – Le pregunto el menor cruzándose de brazos, el mayor sonrió avergonzado – Significaría noche de sexo 24/7 – le grito señalándolo - ¡¡Eres un pedófilo pervertido que cada vez que tiene la oportunidad me lo haces!! –  le regaño.

- ¡Oh! Vamos – se quejo el adulto poniendo un puchero de nuevo.

- No Shiro-san – dijo firmemente, el mayor suspiro.

- Hare lo que quieras... pero por favor, ven a vivir conmigo – suplico un Fubuki desesperado, el menor lo miro piadoso.

- Si prometes darle por lo menos 3 noches de descanso a mi trasero a la semana aceptare ir – ofreció el peli azul.

- Trato hecho – sonrió el mayor dándole la mano a su novio cerrando el trato – Muy bien, recojamos tus cosas – dijo un muy feliz Fubuki levantándose y jalando al menor a su habitación, tomaron un par de maletas y las llenaron con las ropas y las cosas del menor, a lo que las cosas estaban ya listas los dos chicos salieron de la casa la cual cerraron totalmente.

Caminaron hasta la casa del adulto y entraron, el menor subió sus cosas hasta la habitación del mayor y dejo las maletas al lado de la puerta.

-Ten- dijo Fubuki dándole una copia de sus llaves – Por si acaso – sonrió, el menor las tomo y las guardo en su bolsillo – Bienvenido a casa – le dijo mientras acariciaba el cabello del menor, este sonrió ampliamente y se abrazo al adulto...


                                                                                -Continuara-

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