Capítulo 1

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Los primeros rayos del sol pasaban por el ventanal de la habitación, que iluminaban el pálido rostro de Kageyama y hacía que sus cabellos negros se tornaran de color metálico. Para esos momentos, la alarma del celular empezó a sonar con un molesto tono que hacía que los ojos azules del joven empezaran a despertar.

El pelinegro terminó de abrir los ojos para apagar la alarma, miró el techo por unos breves segundos y finalmente se levanto de la cama para tomar una ducha rápida. En el primer contacto con el agua tibia, se preguntaba que le esperaba ese día ¿Quiénes serían sus compañeros?¿Las materias serían sencillas?¿Socializar sería un problema?

Tras salir del baño con el cabello semi húmedo al igual que su cuerpo, vio el uniforme de su nueva escuela en el gancho en su pared. Era un traje de color negro, que en conjunto con la camisa blanca con el escudo del colegio y la corbata del mismo color oscuro del uniforme; hacía que aquellas prendas le dieran un toque de elegancia y moda a Kageyama.

El pelinegro se miró en el espejo con el uniforme puesto, para su gusto no se veía tan mal, incluso le agradaba; cosa que era de extrañar. Pues Tobio odiaba vestir formalmente, siempre busco lo cómodo y lo práctico en sus prendas de vestir, sin embargo, estás nunca le hacían perder el estilo y se podían considerar parte de su atractivo.

Kageyama dejó de mirarse al espejo cuando escucho a su madre, quien lo llamaba para ir a desayunar. Tobio bajó las escaleras presuroso y al llegar a la cocina se topó con su madre y hermana mayor. El chico se sentó enfrente de Miwa y su madre le puso el desayuno en la mesa para después empezar a comer. 

El platillo no era nada de lo común, un huevo revuelto, acompañado con fruta y un olor agradable a café recién preparado. El chico terminó de comer, subió de nuevo para cepillarse los dientes y después a preparar su mochila con los respectivos libros y cuadernos que le tocaba llevar aquel día según su horario.

Cuando terminó de acomodar todo en su mochila, Kageyama se miró por un breve momento en el espejo de nuevo para asegurarse que su aspecto seguía impecable. Después tomo su cartera y llaves, las metió en el bolsillo de su pantalón, y después de despedirse de su madre, quien estaba en la cocina, salió de casa camino a la escuela. Como su casa se encontraba cerca de la escuela, llegó a tiempo a clases, incluso llego un par de minutos antes a pesar de haber ido caminando. 

Para cuando llego a su destino, observo la edificación por un par de segundos. No era nada fuera de lo común, sin embargo, había ciertos cambios a una escuela normal, pues contaba con un estacionamiento e incluso la estructura daba la impresión a unas oficinas  más que un colegio. Tobio entró por la entrada peatonal, donde la coordinador de la escuela lo recibió amablemente e invitándolo a pasar 

-Hola, usted es el joven de nuevo ingreso ¿no?

-Si - dijo el azabache algo nervioso

-Bienvenido, soy el coordinador y profesor de Literatura Akaashi, es un gusto conocerlo

-Igualmente...

-Ven, te llevaré a tu aula...de todos modos; si viste tu horario, sabrás que tu primera clase es conmigo

Aunque el pelinegro obedeció sin tapujó al profesor, no le agradaba mucho la idea de que una de las materias que más aborrecía fuera la que le tocará a primera hora de la mañana. Sin embargo, guardo su cara de desagrado y mientras seguía al mayor seguía analizando el aspecto del lugar.

Todo era enorme, incluso daba la impresión de que la escuela parecía más una empresa que parecía equilibrar perfectamente el estilo moderno con lo elegante.  De los 4 pisos con los que contaba la escuela, el salón de Tobio se encontraba en el tercero; el pelinegro trató de memorizar el camino de ida a su aula, pues vaya que el lugar era inmenso.

When I met youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora