Epílogo

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Bajo las aguas tranquilas del océano pacífico, un hombre de cabellera negra y chispeantes ojos meneaba su nueva y resplandeciente cola escarlata.

-Ya ha pasado un mes, ¿no es así?...

-¿Quieres verlos?

-Supongo que me odian...

-A ti no... quizá a mi...

-¿debería?

-Son tu familia después de todo, Wei Ying.

Lan Zhan se inclinó para besarlo suavemente y luego darle una sonrisa. Al siguiente anochecer irían a la antigua casa de Wei Ying para buscar a sus amigos, esperando no ser perseguidos o asesinados.

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Huaisang se hallaba en la costa, con el sol poniéndose a sus espaldas. Un mes, había pasado un mes desde que su amigo murió. No culpaba al tritón, quizá era la razón por la que a-Xian había estado tan feliz y ellos lo habían arruinado, sentía culpa y discutía consigo mismo dejarse ahogar por el mar.

- A-Sang - dijo Jiang Cheng a sus espaldas - tenemos que entrar, hoy hace frío.

-¿Crees que murió odiandonos?

-...A juzgar por como defendió al tritón... sí.

Huaisang no resistió más y se tiró a los brazos de Jiang Cheng, lloró y se lamentó igual que un mes atrás y deseo no haber salido a buscar a su amigo, o haber detenido a su hermano.

-Debemos entrar- susurró Jiang Cheng mientras acariciaba su espalda - tu hermano también lamenta todo esto y apostaría mi vida a que daría lo que fuera por no haber cometido ese error, sino, no se habría quedado de nuevo en Jianlin.

- ¿Y por que te quedaste tú, a-Cheng? tú no tuviste la culpa como...

-No podía dejarte sólo, no sabiendo que te culpas...

Huaisang fijo sus ojos en Jiang Cheng, buscaba el tono burlesco de su amigo, pero estaba siendo totalmente sincero y serio.

-El mar hace magia - dijo una voz - no había visto que ustedes fueran tan cercanos.

Mingjue salió de las sombras con una linterna y apresuradamente su hermano se separó de su amigo.

-Entren... sabemos que él no volverá.

Y como si de una invocación se tratara, escucharon el agua del mar agitarse.

-Creo que hoy sí, hermano- dijo una voz familiar pero totalmente increíble para ellos.

El corazón de los tres se aceleró. Giraron sus rostros al mar y vieron emerger de las aguas a Wei Ying, en hermosas ropas negras y escarlata y un par de marcas parecidas a tatuajes en las manos, pero sobre todo, rebosante de vida.

- A-Xian - susurró Huaisang antes de abalanzarse a su querido amigo para abrazarlo.

- ¿Me odias? - dijo Wei Ying.

-Nadie aquí lo hace- respondió Mingjue- lamento lo que hice... No merezco ser perdonado por ti o por él, hemos llorado mucho por ti...

- Creímos que habías muerto, él se llevó tu cuerpo y dimos por pérdido al menos sepultarte.

Los tres amigos le abrazaban ahora y Wei Ying derramaba lágrimas sin darse cuenta.

- Yo tenía la esperanza de que mis hermanos y hermanas pudieran salvarlo - dijo Lan Zhan- no podía perderlo de esa forma...

Algo removió los corazones de los amigos de Wei Ying, ya entendían la relación entre ellos y les apenaba más lo que había pasado.

- Basta de llorar, los he extrañado y quiero estar con ustedes el mayor tiempo posible antes de ir...

- ¿Te irás de nuevo?- preguntó Huaisang.

- Mi lugar está ahora con Lan Zhan- dijo, y suavemente entrelazó su mano con el nombrado- además... ya no puedo sólo vivir en tierra.

Más tarde Wei Ying explicó lo que le habían contado cuando despertó un mes atrás:

Las sirenas y tritones dieron una parte de su magia para crear las marcas en sus manos, a través de ellas le devolvieron la vitalidad a su alma, y lo volvieron un tritón para poder sanarlo por completo físicamente.

Era magia antigua y nunca se había hecho por un humano, pero las sirenas podían sentir que el amor de Lan Zhan y Wei Ying no era parte de la magia que hacia a los hombres caer enamorados, ellos dos habían encontrado amor verdadero en el otro y una conexión tan pura que ni el mismo rey del mar quiso romper.

Wei Ying debía quedarse en el mar hasta sanar por completo, después, tendría que vivir como ellos, lo menos posible en tierra.

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Rieron juntos y al llegar la noche se despidieron de Wei Ying y Lan Zhan.

"Vendré, seguiré viniendo para buscarlos, para verlos, para que me cuenten que es de su vida", les dijo Wei Ying y de la mano de Lan Zhan- se sumergió de nuevo en las salinas y misteriosas aguas.

Confines de JianlinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora