Parte V

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Chasquidos húmedos resonaban en la habitación; los besos lentos habían aumentado de velocidad gracias a la pasión.

Wei Wuxian atrajó a Lan Zhan sobre su regazo jalando de su pantalón, sin separarse de sus labios y paseando sus manos desde su cuello, pasando suavemente por encima de sus pectorales y estómago hasta colocarse en sus caderas.

-Mmh, Wei.. mmh Wei Ying, ahh– intento llamar su atención Lan Zhan, pero obtuvo por respuesta un par de suaves pellizcos en la cintura.

El calor y la fricción involuntaria por la cercanía provocaban leves y  graves jadeos en ambos que interrumpían sus besos.

- ¡Ehhh, Wei Wuxiaaaaaaaan! - sonó una cantarina y estruendosa voz - Hemos llegado antes ¡Abre, nos helamos aquí! - gritó Nie Mingjue desde afuera.

Abruptamente, Wei Ying se detuvo y de un movimiento Lan Zhan se puso de pie, dispuesto a salir huyendo por la terraza, que daba a la playa por una escalera.

-Hermano Wei, abre, te extraño y sé que tú extrañas mi comida- dijo Huaisang.

-Trajimos licor, prometo que esta vez nada saldrá mal - exclamó Jiang Cheng.

Ambos se colocaron la camisa rápidamente.

Wei Ying se puso de pie y viendo que el sol se ponía en un susurro le dijo a Lan Zhan:

- Baja la escalera, espérame ahí, los distraeré y te acompañaré a la orilla.

- Mientras Wei Ying abría la puerta e intentaba calmar su corazón, Lan Zhan asintió y bajó con premura.

- Vaya, te dignaste a abrir - dijo Mingjue- ¿estás solo? tardaste y luces algo agitado- dijo mientras sonreía pícaro.

-No molestes hermano, dime a-Xian, ¿te ha dado fiebre otra vez? ¡Tu cara esta tan roja!

- A callar, vinimos a divertirnos y no a hacerle pasar un mal rato- dijo Jiang Cheng.

- Siéntanse en casa, vamos a la cocina a-Sang- dijo el anfitrión y se fueron.

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No había pasado ni una hora y Mingjue ya estaba borracho junto a Cheng, reían fuerte y abrazaban entre bromas a los dos más jóvenes. Wei Wuxian no había bebido y todos lo atribuían a la última experiencia que tuvo, por lo que no le obligaron.

- a-Sang, he dejado algunos lienzos en el patio porque salí a pintar esta tarde, ¿puedes ocuparte de ellos mientras los traigo adentro? - dijo Wei Ying, señalando a su otros amigos.

- Por supuesto, ve- y le sonrió.

Wei Ying salió por la puerta trasera y bajo a zancadas la escalera, al final, sobre una roca estaba Zhan, que al sentirlo llegar se puso de pie, sus ojos delataban el llanto y a pesar de la expresión serena en su rostro, las emociones podían palparse.

-Ven, te acompañaré y mañana podremos hablar de lo que ha pasado- exclamó mientras se acercaba para abrazarlo por el cuello.

- No podemos hacernos esto, yo no he de quedarme y tú no puedes seguirme, no volveré a visitarte.

- Lan Zhan– dijo Wei Ying tomando su rostro entre las manos - mis sentimientos por ti son sinceros, y no esperan que te quedes por siempre, si vas y vienes libremente yo siempre te esperaré.

Ante estas palabras, Zhan no pudo más que sonreír y derramar una lágrima, entonces cedió y abrazo fuertemente de la cintura a Wei Ying. Aún sin el resplandor lunar, sus ojos chisporroteaban y los corazones latían juntos, una vez más, a los dos los envolvió la necesidad de acercarse un poco más y tiernamente besaron sus labios.

- ¡a-Xian! ¡a-Xian! Estas tardando, ¿donde estás? ¡No puedo verte!- gritó Huaisang.

- ¡Wei Wuxian! ¿Cómo nos dejas solos? Ah, ahí estas, pero, quien...- Jiang Cheng se vio interrumpido.

- ¡Huiasang! ¡Dame ese arpón! ¡Es ese monstruo! – gritó furioso Mingjue.

Bajaron los tres hombres y Huaisang trajo consigo una linterna de aceite que había dentro de la casa.

-Detente Mingjue, detente, no hagas una tontería - dijo Wei Ying mientras ponía a Zhan detrás suyo.

-¡Te ha lavado el cerebro! es un asesino, ¡todos los de su especie lo son! - y sin más se dejó ir contra él.

Wei Ying y Huaisang se interpusieron, mientras Cheng intentaba sujetarlo.

- Corre, Lan Zhan, ¡corre!

- No, él está fuera de sí y podría...

- ¡Dije que corras!

Zhan se echó a correr sin más remedio, con los tres hombres siguiéndole el paso. Al llegar a la orilla se detuvo y giro para ver a Wei Ying, pero era Mingjue quien venía más cerca.

-Hermanos, hermanas, ¿dónde están? Necesito de su ayuda – pensó Zhan.

- ¡demonio! ¡vas a morir!

Con fuerza, Mingjue enterró el arpón, pero no fue a Lan Zhan a quien hirió.

- ¡a-Xian! ¡Hermano que has hecho!

El arpón había atravesado el pecho de su amigo, la mirada triste y una sonrisa se hizo presente en su rostro.

- Debí gritar para advertirte, esta tan oscuro... - y se desplomó.

- No, Wei Ying, ¡despierta! - gritaba Cheng mientras corría a sostenerlo.

Horrorizado, Zhan se quedó quieto.

- No...yo... a-Sang, ¡yo no quería...es tu culpa! y le propino un golpe a Zhan, tan fuerte que lo tiro al piso; la marea subió repentinamente, hasta alcanzar las rodillas de los que se hallaban de pie y casi cubriendo el cuerpo de Wei Ying; convirtió los pies de Lan Zhan en cola y de pronto se agito con bravura; Zhan no podría levantarse tan fácil, pero no quería huir al mar.

Mingjue lo sujeto con fuerza y le propino un golpe más; la corriente los adentro al mar y a lo lejos, una docena de sirenas y tritones se acercaban rápidamente. Huaisang dejó caer la linterna al mar y se apagó.

- ¡Libera a nuestro hermano o será tu fin!

Con violencia, dos de ellos se lo arrebataron y fue entonces que Zhan reaccionó, a poca distancia, yacía Huaisang abrazado al cuerpo de Wei Ying y Cheng les sostenía a ambos para que la corriente no los arrastrara. Sin pensarlo, nadó hasta ellos y vio a los ojos de Huaisang.

-Por favor...por favor no te lo lleves- dijo él llorando.

-Lo siento- y se lo arrebató.

Pronto, la corriente les ayudo a escapar; dejando a los tres hombres en la orilla; Lan Zhan y los otros se zambulleron llevando el cuerpo de Wei Ying, desapareciendo en la profundidad del mar.


Este es el final... por ahora (?), agradezco que hayan llegado a este punto 💞, 

Con amor, desde el mar, Sjøheks~

Confines de JianlinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora