Capítulo 2

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La Advertencia de Dobby y un Verano de Pesadillas

Narra Lily

Harry no gritó, pero estuvo a punto.

Y yo me lleve la mano a la boca para no gritar.

La pequeña criatura que yacía en la cama tenía unas grandes orejas, parecidas a las de un murciélago, y unos ojos verdes y saltones del tamaño de pelotas de tenis.

En aquel mismo instante, supe que aquella cosa era lo que nos había estado vigilando por la mañana desde el seto del jardín.

La criatura y nosotros nos quedamos mirando por un buen rato, hasta que oímos la voz de Dudley proveniente del recibidor.

-¿Me permiten sus abrigos, señor y señora Mason?-

Mire hacia atrás cerrando la puerta con el mayor silencio posible.

Aquel pequeño ser se levantó de la cama e hizo una reverencia tan profunda que tocó la alfombra con la punta de su larga y afilada nariz.

Nos dimos cuenta de que iba vestido con lo que parecía un almohadón viejo con agujeros para sacar los brazos y las piernas.

-Esto..., hola -saludamos a la vez, algo extrañados.

-Harry y Lily Potter- dijo la criatura con una voz tan aguda que Harry estaba seguro de que se había oído en el piso de abajo-, hace mucho tiempo que Dobby quería conocerlos, señor y señorita ... Es un gran honor...

-Gra-gracias -respondimos a la vez, que el avanzando pegado a la pared alcanzó la silla del escritorio y se sentó.

Yo me acerque a la cama y me senté mirando a quien se denominó a si mismo como Dobby.

Al lado de Harry estaba Hedwig y Black, dormidas en su gran jaula.

-/Lily ¿Qué es él?/- me preguntó Harry.

-/Es un Elfo Doméstico son muy poderosos pero sirven a algunas viejas familias de magos y brujas/- le explique.

-¿Quien es usted?- pregunto Harry.

-Dobby, señor. Dobby a secas. Dobby, el elfo doméstico -contestó.

-¿De verdad? -dijo Harry-. Bueno, no quisiera ser descortés, pero no me conviene precisamente ahora recibir en mi dormitorio a un elfo doméstico.

De la sala de estar llegaban las risitas falsas de tía Petunia.

El elfo bajó la cabeza.

-Estamos encantados de conocerlo -se apresuró a añadir Harry-.

-Pero, en fin, ¿ha venido por algún motivo en especial?- pregunte.

-Sí, señorita -contestó Dobby con franqueza-. Dobby ha venido a decirles, señorita..., no es fácil, señorita... Dobby se pregunta por dónde empezar...

-Siéntese -dije yo educadamente, señalando un lado de la cama junto a mi.

Para mi sorpresa, el elfo rompió a llorar, y además, ruidosamente.

-¡Sen-sentarme! -gimió-. Nunca, nunca en mi vida...

A Harry le pareció oír que en el piso de abajo hablaban entrecortadamente.

-Lo siento -murmuró mi hermano-, no quiso ofenderle.

-¡Ofender a Dobby! -repuso el elfo con voz disgustada-. A Dobby ningún mago le había pedido nunca que se sentara..., como si fuera un igual.

Mellizos Potter ¿Herederos De Slytherin?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora