Capítulo 9

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La Inscripción En El Muro, y La Leyenda Slytherin

Narra Harry

-¿Qué pasa aquí? ¿Qué pasa?- Atraído sin duda por el grito de Malfoy, Argus Filch se abría paso a empujones.

Vio a la Señora Norris y se echó atrás, llevándose horrorizado las manos a la cara.

-¡Mi gata! ¡Mi gata! ¿Qué le ha pasado a la Señora Norris? -chilló.

Con los ojos fuera de las órbitas, se fijó en mi hermana y en mi-. ¡Ustedes!- chilló-. ¡Ustedes! ¡Ustedes han matado a mi gata! ¡Ustedes la han matado! ¡Y yo los mataré a ambos! ¡Los…!

-¡Argus!

Había llegado Dumbledore, seguido de otros profesores.

En unos segundos, pasó por delante de nosotros y sacamos a la Señora Norris de la argolla.

-Ven conmigo, Argus -dijo a Filch-. Ustedes también, hermanos Potter, Weasley, Granger, Brown, WolfWood y Fisher.-

Lockhart se adelantó algo asustado.

-Mi despacho es el más próximo, director, nada más subir las escaleras. Puede disponer de él.-

-Gracias, Gilderoy -respondió Dumbledore.

La silenciosa multitud se apartó para dejarles paso.

Lockhart, nervioso y dándose importancia, siguió a Dumbledore a paso rápido; lo mismo hicieron la profesora McGonagall y el profesor Snape.

Cuando entramos en el oscuro despacho de Lockhart, hubo gran revuelo en las paredes; me di cuenta de que algunas de las fotos de Lockhart se escondían de la vista, porque llevaban los rulos puestos.

El Lockhart de carne y hueso encendió las velas de su mesa y se apartó.

Dumbledore dejó a la Señora Norris sobre la pulida superficie y se puso a examinarla.

Nosotros intercambiamos tensas
miradas y, echando una ojeada a los demás, se sentaron fuera de la zona iluminada por las velas, mire a Lily que miro a Jonathan le sostenía la mano a Sam y simplemente se sentó a mi lado.

Sabía que Sam y Jonathan estaban saliendo hace días y fue el mismo día que Lily regreso con los ojos rojos.

Dumbledore acercó la punta de su nariz larga y ganchuda a una distancia de apenas dos centímetros de la piel de la Señora Norris.

Examinó el cuerpo de cerca con sus lentes de media luna, dándole golpecitos y reconociéndolo con sus largos dedos.

La profesora McGonagall estaba casi tan inclinada como él, con los ojos
entornados.

Snape estaba muy cerca detrás de ellos, con una expresión peculiar, como si estuviera haciendo grandes esfuerzos para no sonreír.

Y Lockhart rondaba alrededor del grupo, haciendo sugerencias.

-Puede concluirse que fue un hechizo lo que le produjo la muerte…, quizá la
Tortura Metamórfica. He visto muchas veces sus efectos. Es una pena que no me encontrara allí, porque conozco el contrahechizo que la habría salvado.-

¿Conocer que? No has podido ni con los duendecillos de cornualles, por favor que alguien lo calle.

Los sollozos sin lágrimas, convulsivos, de Filch acompañaban los comentarios de Lockhart.

El conserje se desplomó en una silla junto a la mesa, con la cara entre las
manos, incapaz de dirigir la vista a la Señora Norris.

Pese a lo mucho que detestaba a Filch, no pude evitar sentir compasión por él, aunque no tanta como la que sentía por mi mismo.

Mellizos Potter ¿Herederos De Slytherin?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora