Capítulo 18 Final

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La Recompensa de Dobby y una Fiesta de lo mas Muggle no tan Muggle

Narra Lily

Hubo un momento de silencio cuando los seis aparecimos en la puerta, llenos de barro, suciedad y, en el caso de Alex, de Harry y yo, sangre.

Luego alguien gritó.

-¡Ginny!-

Era la señora Weasley, que estaba llorando delante de la chimenea.

Se puso en pie de un salto, seguida por su marido, y se abalanzaron sobre su hija.

Harry, Alex y yo, sin embargo, mirábamos detrás de ellos.

El profesor Dumbledore estaba ante la
repisa de la chimenea, sonriendo, junto a la profesora McGonagall, que respiraba con dificultad y se llevaba una mano al pecho.

Fawkes pasó zumbando cerca de mi y de mi hermano para posarse en el hombro de Dumbledore.

Sin apenas darme cuenta, Harry, Ron Alex y yo, nos encontramos atrapados en el abrazo de la señora Weasley.

Aún es un misterio para mi como lo hizo para abrazarnos

-¡La han salvado! ¡La han salvado! ¿Cómo lo hicieron?

-Creo que a todos nos encantaría enterarnos -dijo con un hilo de voz la profesora McGonagall.

La señora Weasley nos soltó a Alex, Harry y a mi, que dudando un instante, luego se acercó a la mesa y depositó encima el Sombrero Seleccionador, la espada con rubíes incrustados y lo que quedaba del diario de Ryddle.

Entre Harry y yo empezamos a contarlo todo.

Hablamos durante casi un cuarto de hora, mientras los demás nos escuchaban absortos y en silencio.

Contamos lo de la voz que no salía de ningún sitio; que Hermione, Sam y Andy habían comprendido que lo que nosotros oíamos era un basilisco que se movía por las tuberías; que Harry, Ron y yo seguimos a las arañas por el bosque; que Aragog nos había dicho dónde había matado a su víctima el basilisco; que habíamos adivinado que Myrtle la Llorona había sido la víctima, y que la entrada a la Cámara de los Secretos podía encontrarse en los aseos...

-Muy bien -señaló la profesora McGonagall, cuando hicimos una pausa-, así que averiguaron dónde estaba la entrada, quebrantando un centenar de normas, añadiría yo. Pero ¿Cómo demonios consiguieron salir con vida, hermanos Potter, señor Pendragon?

Así que Alex, Harry y yo les contamos con la voz ya ronca de tanto hablar que mientras Alex ayudaba a reanimar a Ginny, la oportuna llegada de Fawkes y del Sombrero Seleccionador, que le proporcionó la espada a Harry.

Y de como Alex convocó una espada y armadura de caballero para cortar un trozo de la serpiente y como Harry y yo le dimos el golpe de gracia y que gracias a Fawkes logramos sobrevivir y destruir el diario

Pero luego titubeamos.

Habíamos evitado hablar sobre la relación entre el diario de Ryddle y Ginny.

Ella apoyaba la cabeza en el hombro de su madre, y seguía derramando silenciosas lágrimas por las mejillas. ¿Y si la expulsaban?, pensó Harry aterrorizado.

Aunque no creo que expulsen a Ginny pero no podía asegurarlo

El diario de Ryddle no serviría ya como prueba, pues había quedado inservible... ¿Cómo podríamos demostrar que era el causante de todo?

Necesitaríamos alguna forma de comprobarlo

Instintivamente, ambos miramos a Dumbledore, y éste esbozó una leve sonrisa.

Mellizos Potter ¿Herederos De Slytherin?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora