Hace 20 años, en un pueblo de Yucatán. Vivía un niño de 11 años llamado Javier Sánchez Martínez, a quien le gustaba jugar mucho fútbol, cabe mencionar que su jugador favorito en aquel entonces era al que llamaban "El goleador" que siempre metía goles para La Selección Mexicana.
La vida de Javier no era nada bonita, sus papás se divorciaron cuando él tenía apenas cuatro años, a pesar de que tuvo una vida difícil siempre fue un niño fuerte. Actualmente vive con su mamá; la señora Martínez, una enfermera que trabaja en El Centro de Cruz Roja mexicana yucateca. Por otro lado, su papá se llama Hugo, es camionero, y mujeriego por convicción.
Javier se encontraba estudiando secundaria en el Instituto Santa Virgen Yucatán. Estaba en séptimo grado.
Un día del mes de agosto, él fue a la escuela como siempre y le correspondía de clase de Ciencias, en esa clase le explicaron lo que era la reproducción humana por primera vez en la vida de Javier.
- ¿Cómo se hace una bebé maestra? - Pregunta típica de un niño
-Los bebes se hacen por medio de un espermatozoide y un óvulo...- explicó la maestra.
En ese momento la maestra Flores empezó a colocar un montón de imágenes sexuales para ámbito educacional. Había fotografías de vaginas y penes de diferentes colores, tamaños, formas y condiciones.
La maestra Flores era una señora de pensamiento liberal, se consideraba a sí misma como atea y era fiel seguidora de la inmortal Frida Kahlo. A pesar de vivir en una sociedad tan conservadora como lo era Yucatán, consideraba que la escuela por sí misma debía enseñar Educación Sexual a los niños para evitar problemas a la sociedad.
Después de tanta explicación y tantas imágenes, en aquel momento a Javier se le empezó a erizar la piel como tierra de luna, estaba teniendo una reacción hormonal a la situación. Sin embargo, tuvo que quedarse callado y quieto para pasar la situación. Para Javier dicha sensación era nueva, era como si dicha emoción estaba escondida en él como una perla en el mar.
Empezó a preguntarse a sí mismo, si las mujeres también podían tener pene o si el sexo (género) era algo que los papás decidían. A pesar de poder hacerle más preguntas a la maestra, se quedó con las dudas en su mente esa mañana por pena.
Terminaba la escuela, y Javier se dirigía a su casa como acostumbraba... donde lo esperaba su mamá con un almuerzo de película, ¡Pizza! La comida favorita de él...
- ¡Mamá, llegué!
- ¡Hijo, ven! Aquí tengo tu plato favorito...
En ese momento Javier dejó caer la mochila en el suelo y fue directo al comedor a devorar la deliciosa pizza que su mamá había preparado con tanto amor. Estaba hecha con queso yucateco, champiñones, salchicha y salsa de tomate verde... al estilo mexicano de aquella región.
-Gracias mamá... Te quedo muy rica - dijo
Javier.
-De nada, lo hago con mucho amor - dijo la mamá.
Después de haber cenado pizza con la mamá, Javier decidió ir a acostarse temprano y durmió como un bebé ese día... Pensando en la clase que tuvo ese día... Y en la pizza casera que él mismo devoró como un tigre.
Días después, empezó a notar que le salían pelos en sus "partes privadas" (como él las llamaba) y en sus axilas... En seguida recordó la clase pasada de la maestra Flores, donde le explicaron que iba a sufrir cambios físicos corporales a medida que crecía, que era parte de convertirse en un hombre.
Por la gran duda, decidió preguntarle a su mamá, antes de que está saliera a trabajar.
-Mamá me está saliendo pelo en mi "pipí", ¿porque mami? - preguntó Javier.
En ese momento la mamá quedó muda y se quedó mirando a Javier de arriba para abajo como pensando: "Mi hijo se está convirtiendo en un hombre".
-Mira hijo... Eso pasa cuando de niño te estas convirtiendo en adulto... Es algo normal en todo niño, empezaras a sentir reacciones... Tu pene se levantará de vez en cuando y se te hará más gruesa la voz... ¿Sabes algo? Después cuando llego del trabajo, hablamos del tema... tengo que irme ya - dijo la mamá.
-Ah bueno, mami, ¿hay mesada para mí hoy? – preguntó con mirada de pena.
En eso, la mamá saca cincuenta pesos mexicanos del bolso y se los entrega a Javier sin dudar para que pueda usarlos en lo necesario.
-Úsalos para algo urgente si es necesario - dijo la mamá.
-Está bien, mami - respondió con una sonrisa.
Enseguida la mamá de Javier se fue a trabajar y él a su colegio.
Mientras iba caminando por la acera, antes de llegar al colegio, quiso tomar un atajo por un callejón... pero le esperaba algo malo... Unos muchachos de mayor edad, lo esperaban para quitarle sus pertenencias.
- ¡Ey chingón! ven aquí...- Le decían los delincuentes.
-No quiero problemas- suplicaba Javier mientras retrocedía para salir huyendo.
En ese momento, él corrió para atrás para escapar, pero los chicos, al ser más rápidos... persiguieron a Javier hasta atraparlo, dos de los muchachos lo agarraron por detrás, mientras Javier lloraba y rogaba que no le hicieran daño. Lo llevaron a una parte poco visible del callejón.
-Dame todo lo que tienes en tus bolsillos- le decía él más grande de los delincuentes.
Javier se negaba a dar lo que tenía... Y los muchachos para conseguir lo que querían, le dieron golpes de puño a más no poder en el rostro, en el estómago y en el pecho.
- ¡Ya por favor! ¡No más! - suplicaba y lloraba a la vez mientras los moretones le salían por todo el cuerpo. Las lágrimas caían lentamente por sus heridas, como un río de agua inocente.
- ¡Deténganse! - gritaba un oficial de seguridad de un comercio cercano mientras corría a donde estaba
Javier.
Los malhechores huyeron como gacelas del prado y dejaron a Javier golpeado, herido y sangrando en el suelo, era como ver a un indefenso ser siendo salvado por un ángel.
-Niño, ¿¡Estas bien!?- le preguntaba el oficial mientras se acercaba con su teléfono.
Javier solo se quejaba, y enseguida llamaron a la ambulancia para poder llevarlo al hospital.
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Sexo Sin Limites
RandomJavier Sanchez, mexicano, sexo adicto, narcotraficante y narcisista compulsivo. Intenta llevar una vida tranquila en E.E.U.U. después de escapar de México tras ser perseguido por uno de los carteles más poderosos del territorio mexicano. Después de...