Capitulo 7.

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Gustabo

Bajamos a Conway con cuidado. No habían acabado de abrirse las puertas del hospital cuando yo ya estaba gritando por ayuda.

"Vamos, Conway. No puedes irte. No me dejes, no ahora". En mi cabeza era lo único que tenía sentido.

Unas médicas llegaron a ayudarnos. Trajeron una camilla, mientras una de ellas se quedaba para que le informáramos de que había pasado y se llevaron a Conway.

Cuando vi a mi padre atravesar la puerta y perder toda noticia de el hasta que saliera, me vine abajo. Literalmente, simplemente me agaché y dejé caer en el suelo de rodillas. Me llevé las manos a la cabeza y retuve todo lo que pude las lágrimas hasta que Horacio se agachó a mi lado y me abrazó. Michelle, a quien apenas recordaba y conocía, se puso en cuclillas delante de mi.

M: Saldrá de esta, Gustabo. Siempre lo hace. Ese hombre tiene un don para huir de la muerte.

Ahí fue cuando en silencio, dejé que todas las lagrimas que había contenido estos años en el hospital salieran. Había considerado a Conway como mi padre desde que le conocí, y ahora, que sabía que de verdad era mi padre... se puede ir.

Se que le dije la maldiga frase de que "padre no es el que pone el espermatozoide, padre es el que cría", pero Conway era mi puto padre de verdad. Daba igual si había estado cuando era niño o no, daba igual si le había conocido con 20 y pico años en la policia. Daba igual. Ese hombre al que se habían llevado en una camilla era mi padre y no sabía si iba a salir o no.

Michelle se levantó y se alejó unos osos Llamó por teléfono. Me daba igual a quien.

Horacio seguía a mi lado. Como siempre había estado. Le miré a los ojos. Y aunque le veía borroso por las lagrimas que no dejaban de brotar, le vi sonreír. "Estará bien" creo que me dijo. Asentí.

Me levanté y fuimos a la zona a la que supusimos que le habían llevado, y esperamos fuera, en un pasillo que me recorrí de arriba a abajo más de 100 veces. Dos horas más tarde salió de una habitación un médico. Nos dijo que estaba estable. Inconsciente pero estable. Que había sido una angina de pecho que había derivado en un ataque cardíaco bastante severo pero que se recuperaría, que poco a poco le harían más pruebas. Nos informó de que podíamos entrar, pero de uno en uno.

Michelle y Horacio me dijeron que entrara, pero yo no podía. No estaba preparado aún. Tenía que mentalizarme.

Temblando me senté en una silla del pasillo frente a la puerta de la habitación de mi padre. Michelle fue la primera. Tras unos minutos salió. La conocía poco, pero sabía que estaba haciéndose la fuerte, y que aunque pareciera que le daba igual todo, ella estaba llorando mares por dentro porque aprecia a mi padre. Horacio fue el siguiente. El se demoró un poco más. Salió con la cara húmeda y los ojos rojos. Me miró cuando me levante. "Está bien, animo, Gustabo"

Cuando crucé la puerta me cegó la luz que entraba por la ventana, y tras parpadear un poco vi a mi derecha a Conway, a mi padre, tumbado en una cama. Inconsciente, en paz. Tenía un respirador puesto, pero por el resto era la expresión más relajada y despreocupada que había visto jamás reflejada en su cara.

Me senté en una silla a su lado y le agarré la mano. La noté fría, muerta. Y fue entonces, cundo volví a llorar. Envolví su mano con las mias para calentársela.

G: Lo siento, papá. Lo siento. Te quiero. No me dejes, por favor. Despiértate pronto.

Le lloré durante un tiempo que me pareció eterno, pero que sabía que apenas habían sido unos minutos. Cuando sentí que mi lengua se acartonaba, decidí salir a por agua.

Volkov ahora también estaba en el pasillo, sentado al lado de Michelle. Pregunté por Horacio y me dijeron que había ido a por algo de beber. Asentí y le busqué.

H: Toma, te he cogido agua y un sándwich. Asentí cogiéndolo.

G: Gracias. Ha llegado Volkov.

H: Le ha avisado Michelle.

Volvimos a donde antes. Michelle sola en el pasillo nos dijo que había entrado a verle. Comimos y bebimos en silencio. Volkov salió cuando yo estaba tirando a la papelera los envoltorios de la comida.

V: Lo siento mucho, Gustabo. Pero se pondrá bien, ya lo verá. Ya sabe que si necesita algo, personalmente me encargaré de ayudarle. Además, quisiera pedirle disculpas por mi comportamiento de la otra noche. Aunque mantengo mi postura, se que no fueron las mejores formas.

G: Disculpas aceptadas, y gracias por venir, comisario.

V: Espero que pronto podamos hablar tranquilamente y limar asperezas. Todos.

Dijo lo ultimo mirando a Horacio, que le apartó la mirada. Yo sin entender nada, volví a entrar a acompañar a mi padre.

No pensaba separarme de él hasta que despertara.

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⏰ Última actualización: Oct 23, 2020 ⏰

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