Raúl nos convenció de salir a festejar el final de las clases a un club en la noche, aún me hace sentir emocionada viviendo lo que he vivido.
-Chicas- Grito Raúl tocando la puerta de la habitación en la que nos estábamos vistiendo.
-Espera tonto- dijo Ana molesta -Que las mujeres bonitas necesitan tiempo para arreglarse- dijo poniéndose rimel.
-Vale, Vale- Dijo -¿Pero están vestidas?-
-Sí, puedes pasar ya- Dije en tono alto para que me escuche. Al entrar nos vio sorprendido.
-Vaya, ¿no serán estas las chicas más lindas del barrio?- dijo mirándonos para luego curiosear con nuestro maquillaje.
Raúl se acercó a mí y vi como su mirada se dirigía al borde de mi vestido. -oye, Victoria, me di cuenta de que nunca he visto tu espalda- me puse rígida e hizo una pausa- digo, no es como si fuera la gran cosa- rio levemente -¿tienes granitos?- dijo tocando mi espalda tapada por mi vestido.
-si- reí -me da un poco de vergüenza- dije nerviosa hundiéndome en mis pensamientos.
He escuchado que a los humanos le acompleja tener granitos en la espalda y me pareció una excelente idea mentir con ello. El día que me expulsaron se me fueron arrebatadas mis queridas alas, eran hermosas, blancas al completo y eran tan grandes que cualquier humano se arrodillaría ante ellas. La pena aún me consume por dentro, se me fue arrebatada una parte de mí.
-No tienes por qué preocuparte- dijo Ana -yo también tengo- dijo sonriéndome
-Y yo- dijo seguido Raúl -Deberías dejar de cubrirte por un día, venga que la vida es solo una- dijo alegre-
-Quizá otro día- dije yo, me daba miedo enseñarles las únicas cicatrices que nunca me sanaran. -¿Por qué no mejor nos vamos ya? -Dije cambiando de tema.
-si, ya vámonos y deja de molestar a mi niña- Dijo Ana abrazándome
Raúl salió de la habitación y Ana se puso delante de mí mirándome seria y preocupada
-Mira, sé que nos ocultas algo- baje mi cabeza -Somos mejores amigos y nunca te vamos a juzgar pase lo que te pase- Dijo abrazándome -Si no nos quieres enseñar ese algo, no importa. Pero prométeme que algún día nos dirás que te está pasando- dijo alejándose de mí sin dejar de tomar mis hombros.
-Lo prometo- Dije levantando mi cabeza con brillo en mis ojos. -Es solo que me pone triste recordarlo- Le dije al sentir una lágrima caer.
-Muy bien, nosotros no te vamos a obligar, ¿vale?- dijo sonriéndome triste. -Ahora vámonos de fiesta para alegrarte -tomo mi mano y me llevo fuera donde Raúl nos esperaba en su auto.
Estando ya en la fiesta bailamos y nos divertimos, después de bailar asta que los pies nos dolieran nos sentamos en una mesa alejada del ruido par lograr escucharnos.
-Oye- dijo Raúl -Te tenemos que decir algo- Dijo sentándose al lado de Ana que me miraba sonriendo.
-Díganme que traen entre manos- dije riéndome por la espera -No habrán matado a alguien, ¿no?- Dije burlona.
-No, no, Nada de eso. Es solo que Raúl y yo estamos saliendo desde hace una semana y no sabíamos como decirte, Por eso inventamos el salir para festejar por las clases cuando en realidad era para contarte que somos novios- Dijo sin pausa haciendo que no entienda ni una palabra.
-Ehhh...- hice una pausa- ¿Qué? -dije levantando mis cejas confundida a lo que Raúl se rio.
-Ana y yo somos novios- Dijo Raúl calmadamente.
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Ángeles Caídos
RandomVerónica un ángel caído del cielo, desterrada por su hermano viviendo miles de años en la tierra tragedia tras tragedia. Serán llamados a la guerra del fin de los tiempos. Irán despertando los ángeles caídos que se encuentran en la tierra además de...