El noticiero

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Al llegar a casa Raúl estaba dentro, tenía las llaves de mi casa y él sabía que Ana se iría a mi casa después del hospital.

-Ana- Dijo abrazando a su novia preocupado. -¿Por qué saliste tan tarde y donde esta Victoria?- Dijo este mirándola a los ojos, Ana solo apuno a la puerta donde estábamos nosotros.

-Aquí- Dije yo entrando por la puerta. Raúl al ver mis alas se sorprendió tanto que se tuvo que sentar, Ana los sujeto para que no se caiga.

-No seas dramático, si ya nos había contado.- Le dijo Ana riendo ante su reacción.

-Es cierto, pero no pensé que las podrías recuperar- Dijo Raúl mirándome. -Son increíbles- Dijo parándose rápido para tocarlas. Cosa que no paso porque Uriel se puso delante de mí. 

-No puedes hacer eso.- Dijo Uriel de forma autoritaria. -Salieron hace menos de 24 horas y si las tocas mucho o las acosas le dolerán como el infierno. - Raúl solo asintió con la cabeza y se alejó un poco. 

-Él es Uriel- Le dije a Raúl señalando a Uriel. -Y él es Raúl, el novio de Ana- Dije ahora mirando a Uriel.

-Ya veo...- Dijo tocando su mentón y viéndolos juntos. -¿Llevan mucho tiempo juntos?- Dijo mirándolos inseguro. Él sabía que no estaban destinados a estar juntos. Y obviamente sabia que yo también estaba al tanto. 

-Poco más de una semana.- Dijo Raúl orgulloso, se notaba que la quería. 

Uriel asintió y los felicito, seguramente pensaba lo mismo que yo. No podíamos decirles que no estaban destinados, se pondrían tristes y su amistad podría terminar. Lo mejor será no contarles asta que se den cuenta e intentar ayudarlos a solucionarlo. Se llevan tan bien que veo difícil verlos terminar su relación mal.

-Chicos- Dije llamando su atención. Ellos voltearon a verme y Uriel se sentó como pudo en mi sofá.  - Todos estamos enterados de que esto no va por un buen camino. - Refiriéndome a lo que el gobierno oculta. 

-Ya, pero que podemos hacer- Dijo Ana sobándose un poco su herida. 

-Ustedes nada.- Dijo Uriel acomodándose. - Ese es nuestro trabajo, por algo nos devolvieron las alas y estamos con más energía que nunca. - 

-Con "estamos" quieren decir ¿ustedes dos?, o ¿más como ustedes? - Dijo Raúl intuyendo lo que iba a pasar. 

-Muchos más, Raúl. Muchos más. - Dijo Uriel prendiendo la Televisión. 


-Al parecer, nos han llegado nuevas noticias, veamos lo que está pasando en la capital de Estados Unidos, Washington. - Dijo la misma reportera que vio morir al científico Robert. Revisando los papeles que tenía sobre su escritorio para luego elevar la vista a la pantalla.

Se reprodució un video del hospital en el que habíamos estado y apareció una reportera que estaba entrevistando a algunas personas de este mismo. 

-Entonces, señora, ¿puede repetir lo que nos estaba contando hace algunos minutos?. - Dijo la reportera acercando su micrófono a una mujer de tal vez 48 años que buscaba algo en su teléfono. 

Levanto la vista y mirando a la cámara dijo - En la mañana cuando había traído a mi hijo a hacerse revisiones médicas entraron dos ángeles. - Dijo emocionada aunque se le veía un poco asustada. - El padre de la iglesia dice que los vio también pasar por delante de su iglesia. - La reportera elevo sus cejas y se acercó el micrófono. 

- Está diciendo que vio a personas con alas? - Dijo la reportera 

- Sí, estoy segura de lo que vi y si no me creen deberían ver el video que envíe a su noticiero. 

Ángeles CaídosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora