El científico Robert

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Desde un estudio una joven mujer hacia sonar los papeles que contenían noticias del día.

En la pantalla se mostró a la misma mujer y en otro cuadro a un reportero algo mayor con un hombre de barba y lentes, con mirada aterrada.

- ¿Qué nos esconde el gobierno esta vez? Esa es la pregunta del día de hoy. Nos vamos con Patrick que está informando desde las calles de estados unidos.- Dijo mirando a la cámara.

-Buenos días, Celia... Estamos porque un científico que asegura haber abierto una cueva con seres extraños.- Dijo informando sobre lo que le decía el hombre.

- ¿Nos puede contar más sobre su descubrimiento señor Robert?- Dice el reportero parado frente a este.

-El gobierno me va a silenciar y quiero que esto se haga público lo más pronto posible- Dice sin pausa el hombre mirando a todos lados -En mis paseos en busca de algo nuevo de un momento a otro mi aparato especializado para buscar vida detectó rastros en una pared de piedra alejada.- Dijo mirando a la cámara.

-¿Nos podría decir que había en esa cueva señor?- Dice el reportero apuntando con su micrófono al científico que parecía paranoico viendo de un lado a otro, jugando con sus dedos.

-No sabría decir que eran esas cosas- Dijo con la mirada perdida-  Lo único que se es que el gobierno ya estuvo en ese lugar. Había rastros de aparatos militares. Me adentré buscando señales- Dijo rascando su cabeza.

-Pero solo había seres de contextura larga y delgada, con ojos grandes y negros- Dijo recordando.

-En sus manos, si se le puede llamar así, había sangre y en el piso yacía un cuerpo sin vida- Dijo desesperado acercando el micrófono hacia él.

-Se acercaron a mí y corrí. Mi equipo y yo atrapamos a uno y perece no destruirse con ningún arma existente.- Dice este mirando directamente a la cámara.

-Esta es por mucho la noticia más llamativa en la historia- Dice sorprendida la reportera desde el estudio.

El hombre contaba conmocionado como las criaturas comían y arrasaban con todo a su paso. Decía que si no se destruían este sería el fin de la humanidad, y temía que hubiera muchos más de ellos o asta de diferente aspecto y mayor poder.

El reportero solo escuchaba y asentía con temor ante las palabras del conocido científico Robert.

Asta que de un momento a otro cayo al suelo como una tabla. El reportero dio un paso atrás asombrado del extraño suceso, todo quedo en silencio asta que la gente alrededor que estaba también escuchando lo que decía el científico se percató de que salía sangre de su cabeza.

-Oh por Dios, corta- Grito el reportero -Esto no puede salir en la tel...- y fue interrumpido por una reportera desde el estudio.

-No se preocupen el científico esta completamente bien- dijo la reportera pálida como un papel. -Solo le dio una ola de calor.- Dijo con un hilo de voz.

- En otras noticias...- Y siguió reportando como si nada hubiera pasado para no espantar a la gente en sus casas.

Al otro día en las noticias fue informado que el reconocido científico Robert murió de un ataque al corazón. Claro que nadie se creyó esa mentira y entraron en pánico.

Salieron teorías de que el gobierno claramente lo había matado por revelar información que quizá acabara con la humanidad.

La gente empezaba a comprar consumos alimenticios y armas frenéticamente. Y el gobierno no podía hacer nada más que decretar que esa información era totalmente falsa.

¿pero si era falsa porque cayo muerto y sangrando justo cuando estaba contando eso?

Los días se hacían cada vez más oscuros, como si fuera invierno siendo que estaban en verano, se presentía en el aire que algo pasaría dentro de poco.

Llovía en todo el mundo y personas reportaban haber visto criaturas parecidas a la descripción del científico ahora muerto. La policía solo los calmaba diciendo que eran animales que buscaban comida cerca de las ciudades.

Cada día los casos tanto de personas como de mascotas desaparecidas se hacían más y más. Asta algunos policías habían renunciado para irse con su familia a un lugar alejado de la ciudad.

Había militares cuidando las calles. Vaya que el gobierno no era nada evidente.

Aunque las personas que veían a las criaturas más temprano que tarde iban a morir a manos de estas mismas.


Esta es una de las páginas del diario del Científico Robert:

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Sé que está en ruso, pero es para darles una idea.




Ángeles CaídosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora