2. Enfrentados -Meanplan Terminada

-6- Camino a los veintiuno (1era parte)

Tú sabes que cuando te odio, es porque te amo hasta el punto de la pasión que desquicia mi alma. »

(Julie de Lespinasse)

(Años 2012-2015).

Después de la representación teatral en la Universidad, Mean y Plan cambiaron su forma de actuar y pensar respecto a su contrario.

Para que el otro no descubriese su secreto lo seguían disfrazando de odio, el más rezagado era el más bajo pues jamás pensaba asumir sentirse atraído por un hombre.

Este había crecido en un hogar dónde su padre trataba mal a su madre y apenas estaba en casa, por lo que él asumió que tenía que ser el hombre de la casa fuerte y protector de su familia y por supuesto hetero.

Siempre había sabido de sobra que Mean era muy lindo por dentro y por fuera y eso lo había molestado pues no sé permitía a sí mismo flaquear para no decepcionar su postura de macho.

A medida que este fue haciendo memoria, se dio más cuenta de el por qué había "odiado" al castaño.

El castaño era un chico más fuerte de lo que parecía pues durante años lo había plantado cara y defendido su condición ante él y los demás y no se había derrumbado, en el fondo lo admiraba.

En la soledad de su cuarto, Plan se pasó horas encerrado y pensando en todo lo sucedido y que la realidad era que no odiaba, simplemente era que éste representaba la fuerza, lo bonito, la felicidad y el amor que él creía que nunca experimentaría.

A su mente vinieron varios momentos en los cuales Mean había sido piropeado y tocado por alguno de sus amigos y otros chicos del colegio o del instituto y él lo había pagado con este.

Recordó que se ponía enfermo y apretaba sus puños con rabia pero no por la presencia del más alto sino que siempre le había gustado pero no lo había reconocido.

Luego recordó a Saint, el cual también era un chico muy lindo y durante años había salido con Mean, lo odió mucho pero sé dio cuenta que no era por ser como este, sino por ser al único que el más alto permitía que lo tocara y lo besara.

En algunos de los agarrones que habían tenido mean y el, había sentido su proximidad y su cuerpo había reaccionado por lo que siempre había salido corriendo.

Ahora que se había dado cuenta de todo eso, no sabía que hacer, ni como actuar, lo cierto era que sus amigos y él se habían mofado de ambos chicos durante años por ser gays y resultaba que ahora recién descubría que a él siempre le gustó Mean.

Tenía muy presente que este lo odiaba a él pues con su actitud durante años, se lo había ganado a pulso y le asustaba lo que pasaría en adelante.

A Mean también le costó aceptar ver a Plan como un chico atractivo pues su imagen era de alguien odioso y de feo interior, aunque tuviese cosas bonitas como sus ojos o su piel bronceada, eran minucias viendo el complemento entero que era Plan Rathavit.

En la obra había parecido actuar como todo un príncipe Disney pero la verdad era que al volver a la realidad, este seguía siendo el sapo del cuento.

Aunque la convivencia comenzó a ir a mejor, la comunicación entre los chicos siguió sin fluir, por lo que estos tomaron caminos diferentes.

Ninguno se atrevió a confesarse sus sentimientos mutuos para no tener que sufrir pues pensaban que el otro pudiese reírse y humillarle al saberlo.

Plan siguió saliendo con chicas y aunque no las amaba, si le caía bien y las quería a su manera.

Cuando tenía relaciones con ellas, este siempre acababa pensando en Mean y no disfrutaba, odiaba hacerlo pero ya le fue imposible conseguir una erección con una chica, al menos que estuviese tan borracho que no distinguía.

Con el tiempo, el castaño también conoció varios chicos pero el único que le hizo olvidar a medias al más bajo fue un chico llamado AA, el cual conoció en la cafetería donde trabajaba Zee, el ya novio de su amigo.

Muchas noches salían los cuatro juntos e iban a cenar, a bailar o a la bolera, este se divertía mucho y al fin comenzó a lograr distraerse de la tensión que sufría en su casa, cada vez que este se encontró con su hermanastro.