2013

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- ¿Polaris?

- Nadie puede saberlo.

- Son para admirar el norte.

- Debes calmarte bro.

- No me gusta que llores.

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Una mano limpiando las lágrimas de su mejilla le hicieron notar que no estaba sólo.

Claro que no lo estaba, se maldijo al olvidar al despertarse que no estaba en su cama, lo que conllevaba que no podía comenzar a llorar sin más por soñar con la realidad.

Aunque cabe destacar que cualquiera comenzaría a soltar lágrimas si en su descanso diario no paran de aparecer imagenes de como la persona que amas se aleja de ti, justo en el instante que conseguiste saber que los sentimientos eran mutuos.

- 'Kaashi, tranquilo. - escuchó por fin las palabras de Kōtarou, saliendo de su mente. - ¿Te encuentras bien?

- Solo ha sido una pesadilla, - dijo rebuscando oscuridad entre las sabanas. - perdona por despertarte.

- Oh, no lo has hecho. - dijo mientras se sentaba en la cama. - Me he vuelto a acostar al escuchar tus quejidos, ayudaba a mamá a empacar mis últimas prendas.

Y los pequeños minutos de paz que ganó al ver el rostro de Bokuto por la mañana se fueron por el caño tan rápido como el sueño, las pesadillas no habían llegado por arte de magia.

Hoy era el día que Bokuto Kōtarou se iría a casi hora y media en tren a comenzar su vida universitaria, cuando aún no habían pasado ni mes y medio como pareja.

Lo que tampoco eran.

Los temores y dudas volvieron a hacer lugar, y como un bebé recién nacido Akaashi no tuvo control alguno sobre sus impulsos, tocando a Bokuto por la playera y pegandose a su pecho, encontrando inevitable frenar las nuevas lagrimas que ahora mojaban al contrario.

- Hey, ¿Que ocurre? - preguntó el mayor separandolo. - No me gusta que llores.

Respiró como pudo, intentando con todo su esfuerzo calmarse y a duras penas consiguiéndolo, buscando la forma de sentarse en la cama quedando a la altura de Bokuto.

- Lo siento, es solo qué... - contestó, aun sin saber bien que diría.

- ¿Tienes miedo de que me vaya? - preguntó murmurando, como si fueran pensamientos en voz alta.

- ¿Como lo supiste?

- Me ocurre lo mismo, - dijo sin dudar. - ya no estaré a tu lado a cada hora evitando que alguna chica enamorada se acerque, o... ¡Ese gemelo haga otro viaje sorpresa! - gritó con odio ante el recuerdo de la fugaz visita de Osamu dos semanas atrás. - ¿Mira si tengo examen el mismo día que el aparece aquí? ¡Ha estado en la puerta de tu casa!

- Primero que nada, sabe que no me gustan las mujeres Bokuto-san. - le contestó, ya encontrando su camino fuera de la cama. - Y segundo, ya te he dicho que Osamu-san es mi amigo, no aparecerá en mi cuarto por la noche a secuestrarme.

Intentó no reírse ante las teorías conspirativas de Kōtarou de como los gemelos Miya ideaban un plan multimillonario para robar a "su armador" mientras contestaba con pequeños movimientos de cabeza, enfocándose en atinar a donde habían quedado sus zapatillas la noche anterior.

e g o í s m o | | b o k u a k aDonde viven las historias. Descúbrelo ahora