2016

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— Di que sí.

— Lo noté Kenma.

— No me dejes.

— Lo conseguí.

— Has perdido el norte hijo.

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Akaashi podía ser una persona un tanto pesimista, y ya hacía un mes se notaba por completo en el pequeño departamento el aura oscura que su cuerpo emanaba, había realizado tantas entrevistas como le fue posible y aún no recibía ni un llamado, le cargaba más estrés de lo necesario, teniendo en cuenta que le faltaba tan solo una corrección a su tesis para recibirse.

Keiji estaba en el fino hilo de dejar de ser un estudiante universitario para convertirse en un desempleado, mientras que todos alrededor triunfaban, Kenma había dado marcha a su propia empresa, Kuroo había sido contratado dos meses atrás por la asociación de vóley, Washio estaba jugando en la primera división al igual que Konoha y Onaga, Komi protagonizaba un drama y Bokuto aspiraba a la grandeza en segunda división, mientras que el lloraba sobre manuscritos de una novela fallida, se comía hasta las cutículas esperando su titulo universitario y temblaba cada vez que su teléfono sonaba.

Como ahora mismo, que una tarde, donde estaba escondido entre mantas viendo un anime repetido en televisión el celular comenzó a vibrar bajo todo su escondite, realmente no quería atender, de por seguro era Bokuto contándole lo cansado que estaba, aunque recién fuera el almuerzo, o Kenma intentando sacarlo de la casa para que se despeje, pero al ver un número desconocido le fue imposible no temblar y contestarlo, tal vez era su momento de suerte.

''- ¿Akaashi Keiji?" Preguntaron al otro lado de la línea.'

''- El habla, ¿Con quién tengo el gusto?''

''- Le hablamos de la Weekly Shōnen Jump, hemos procesado su entrevista y material, nos gustaría que se encuentre con nosotros.''

Una luz de esperanza se prendió luego de la extensa charla, no era lo que realmente quería, ni por cerca se había imaginado trabajando para algún mangaka excéntrico y creído, pero a final de cuentas necesitaba el trabajo y la paga que ofrecían era lo bastante tentadora para atender a la cita que le habían dado de aquí a cuatro días.

Apenas Bokuto llegó por la noche, casi dormido como de costumbre, Akaashi sintió su corazón rasquetear, quería compartirle la buena noticia antes de que cayera dormido y desapareciera por la madrugada nuevamente.

- Bokuto-san... -dijo mientras lo observaba dormitar mientras comía en modo automático. – Tengo una buena noticia.

- Dime 'Kaashi. – intentó despabilarse, pero sus parpados eran sobrellevados por la gravedad. – Juro que te escucho.

- Pues... Me han llamado para una segunda entrevista, será el lunes y... Estoy nervioso.

Bokuto abrió sus ojos de par en par, sabía bien lo estresado que venía Keiji desde hacía semanas por su situación laboral, y realmente necesitaba escuchar buenas noticias para que su pareja volviera a ser el de siempre, era imposible mantener una conversación sin que se deprimiera, o conseguir que le hablara de algo sin tocar un punto sensible. Camino hacía su lado y lo abrazó por los hombros, recostándose de lleno sobre él.

- Felicidades, ya te había dicho que algo saldría. – besó su mejilla.

Akaashi fue a dormir con una sonrisa al rostro aferrado al pecho de la persona que amaba y por primera vez en meses, sentía que tal vez todo lo malo que venía ocurriendo terminaría de una vez por todas, anhelaba que su creencia de que las peleas interminables con Kotarou se dieran por el hecho que ambos estaban muy estresados por sus situaciones frente a sus sueños, y que el consiguiera el trabajo y Bokuto ya se encontrara en un equipo parecía como la clave que habían perdido tiempo atrás.

e g o í s m o | | b o k u a k aDonde viven las historias. Descúbrelo ahora