𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝙸𝙸𝙸
Aquella mujer, de vestido elegante y de cabello rubio, sus labios estaban pintados de color rojo y sus ojos... Ojos miel, nada que ver con esta nueva familia. Mi hermana tomó mi plato sabiendo que me regañaria si se daba cuenta que estaba descuidando mi dieta.Nix- buenos días madre, ¿qué se le ofrece?, pensé que hiba a desayunar en su habitación -hablo en un tono algo frío mientras tomaba un tenedor y comía mi pedazo de tarta-
-miro engreida y superior a los presentes incluso a mis hermanos- sólo vine a avisarle a Asteria que su sesión de estudio se propondrá para mañana -hablo arrogante-
Me miro un par de segundos, mi mente estaba en blanco, esta mujer tenia una energia negativa tan grande que no me atrevia a mirarla.
- ¿y? -ladeo su cabeza con el ceño levemente fruncido- ¿no me vas a saludar hija? -
Apreté mis puños y mas recuerdos llegaron, esta mujer me dice hija... Y no me trata como una, que asco de persona. Me puse de pie y controlando un poco mis expresiones di una reverencia hacia mi... Nueva y cruel madrastra. Era una forma de saludar debido a que no podía hablar.
- se nota que sus modales se estan descuidandose, tendre que pedirle a la tutora que sea mas estricta contigo y tus prácticas -dio vuelta y se retiro del lugar-
La madrastra de Asteria, Angélica Nordwest. Una familia sin linaje mágico, cosa que no entiendo, por que un hombre serio y que cuida su compostura con otras familias aceptaria como esposa a una mujer arrogante y que no pertenece a linaje mágico. Además no me agrada tener ahora su apellido, Asteria Winder Nordwest... Prefiero el apellido de la madre biológica de Asteria, Evans.
Los sentimientos de la Asteria original estaban invadiendo mi cuerpo y mente, me pregunto por que nunca se acerco mas a sus hermanos, me hace sentir algo enojada que no los quisiera por simples órdenes. Ellos lo sabían todo, sabían como de duras eran sus estudios y prácticas, incluso en varias ocaciones trataron de convencer a su padre que dejara que Asteria siguiera su propio camino, claramente su padre de negaba.
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Acostada en mi cama... Mi nueva y cómoda cama.
Di vuelta y me envolvi entre las mantas.
- esto es lo mejor -pensé abrazando una de las almohadas blancas-
Extendi mi brazo hacía una larga y gruesa cuerda amarilla, la agite y al poco rato una sirvienta llegó.
- ¿q-qué necesita señorita Asteria? -