"PRINCESS"

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No sé si dejar una advertencia como tal, pero al final hay una cortísima historia que termina en muerte, pero no es muy específica así que...pues no lo sé, solo aviso.

Es un capítulo único así que disfruten de esta loca idea que se me ocurrió en la noche al recordar el dibujo de arriba que hice con las ideas de Black Ramen uwu se supone que iba a ser un vestido para Pogo pero terminó siendo para una Barbie XDxDxD










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No podían culpar a Pogo. Él solo sentía una gran curiosidad y atracción por lo que tenía la princesa dentro de aquella gran habitación de aquel hermoso y lujoso castillo. No mentía al decir que todo brillaba, todo sin excepción, y brillaba genuinamente ya que cada joya que había allí era un trabajo pulcramente realizado con las más caras gemas que el dinero de aquella familia podía pagar, todo era perfecto y costoso así como la fina seda de cada vestido confeccionado a mano por los mejores costureros del aquel próspero reina. Pogo se preguntaba cuanto...cuanto costaría una joya de allí...sobretodo cuanto costaría esa bonita coronita dorada llena de preciosas y diminutas piedras brillantes con un gran rubí en el centro. Claro solo...solo era una duda que tenía.

Como bufón de la corte real gozaba de pequeños beneficios en aquel lugar, como poder recorrer aquel gran castillo e ingresar a algunas habitaciones sin que los guardias le dijeran nada. Y si llegaba a cometer algún error como romper por accidente algo pues la reprimenda solo llegaba a un regaño sin más, nada de castigos, era una orden real directa dada por la joven princesa Gusta, hija única y heredera del rey Jack y la reina Julia, gobernantes del Reino de Los Santos. La princesa Gusta era muy...muy posesiva con lo que era suyo. Si. Pogo, el bufón de humor inusual era una de las posesiones de la bella princesa, y Pogo era feliz así, porque nadie podía hacerle daño, al menos...hasta que se aburriera de él y entonces...no sabría decir cuál podría ser su futuro en tal situación, pero claro era que los demás no le veían con ojos agradables. No tenía muchos amigos en aquel lugar, por no decir...ninguno.

-guarda silencio!- alzó la voz la rubia una vez más, haciendo que el payaso diera un respingo y se posicionara en una pose totalmente firme como los alumnos de la milicia, dejando caer el vestido rosa totalmente decorado y la pequeña piara con incrustaciones de diamante al suelo -que intentabas Pogo? Robarme? Enserio? Después de todo lo que eh hecho por tí así es como me pagas?!- vio la sonrisa de su considerado "amigo" temblar ante su fría y acusadora mirada -Pogo! Dí algo antes de que llame a los guardias!-

Pogo giro levemente la cabeza. Entonces ahora podía hablar? Pero si le había dicho que se callara hace solo un momento. Porque en un principio trató de defenderse pero...vaya lío en el que se había metido. Y ahora que iba a decir? Solo habían dos opciones para explicar la situación en la que se le había encontrado. La primera, era que había intentado robar, parecía muy obvia ya que tenía las joyas de la damisela frente a él por todo el cuello. Y la segunda, pues...bueno...

-yo...yo me...- comenzó a decir nerviosamente y con pena, sin borrar su sonrisa eterna -quería...- el sonido que provocaban los tacones de la muchacha en espera de una respuesta convincente resonaban en aquel gran aposento poniéndolo más nervioso. El silencio fue eterno. Pogo no quería ni ver hacia la más bajita, pero ella si que lo veía con cierto enojo. Y la respuesta llegó con temor casi en un susurro, un tono de voz nunca oído hasta ese momento por parte del siempre alegre bufón -quería probarme un vestido- agradecía las capas de maquillaje sobre su rostro para que no se viera el color rojizo que se había apoderado de su rostro.

Pareció que a Gusta esa respuesta le fue suficiente ya que soltó un gran suspiro al aire como si se hubiera quitado un peso de encima, suavizó sus finas expresiones y dejó la pose de jarra para acercarse al pelimorado y tomar sus mejillas entre sus delicadas manos, sintiendo el calor intenso en estos. Solo sonrió con ternura cuando logró que el mayor le viera por fin.

-y porque no me lo dijiste desde un principio?- Pogo pestañeo muchas veces ante esa oración tan tranquila, luego de un momento soltó una risa divertida colocando sus manos sobre las cálidas de la menor y comenzó a moverse animado.

-entonces ya no esta molesta su majestad? Mi princesa preciosa, mi reina, mi diosa celestial, mi...- y así siguió con uno y otro halago, haciendo esta vez sonrojar a la joven que miró hacia el suelo soltando una risilla avergonzada, le pidió que parara y así lo hizo el bufón contento de poder seguir riendo junto a la bella princesa.

La siguiente hora se la pasaron entre vestido y vestido, maquillaje tras maquillaje y peinado tras peinado, sin duda, uno más extravagante que el anterior. Conocido era el gusto que tenía el bufón por las prendas llamativas, aunque nunca pensó que quisiese usar un vestido de una dama de la corte, pero que podía decirle. Era su amigo. Talvez el único de verdad aunque no se lo dijera en voz alta.

Gusta estaba convencida de que Pogo no mentía, bueno, hasta el momento nunca lo había hecho e incluso parecía que no sabía hacerlo muy bien. Así que estaba muy aliviada de que Pogo no le quisiera robar porque... realmente no quería ser quien reviviera la historia del antiguo bufón del castillo. En ese entonces era muy pequeña como para recordarlo por cuenta propia, pero una de las sirvientas se lo había contado como una pequeña historia antes de ir a dormir, una por así llamarla historia de amor trágico de un bufón que cayó perdido de amor por uno de los cocineros reales, solo que...como la mayoría de los cuentos de hadas de aquel entonces no terminó nada bien, ya que el bufón se llevó unas joyas consigo, porque si, solo de amor no se puede vivir, eso era claro, así que los encontraron y tacharon de traidores y...cuando llegó la hora de cumplir su juicio, el pobre bufón tuvo que ver como la guillotina caía sobre su amado antes de que a el mismo le colocaran un saco de gruesa tela sobre la cabeza y el suelo a sus pies fuera quitado para dejarlo colgando de una cuerda hasta su muerte. Vaya historia para dormir. Aún a su edad le aterraba ese final, más que nada teniendo en cuenta que tenía un bufón con ella.

Y si mal no recordaba aquel bufón de la historia se llamaba...Horacio?


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