Pétalos Plateados

5. Conexiones en el Campamento

Blake corrió lo más rápido que pudo hasta que perdió la escuela de vista. Sin saberlo, llegó a un campamento del Colmillo Blanco.

—¡Blake!

La fauno se volteó, notando a su compañero y mentor —¿Adam? —Corrió una última vez hacia el fauno y lo abrazó—, creí que habías muerto.

—Se necesitan más que un par de policías para matarme ¿Cómo te ha ido?

—Necesitamos hablar sobre Ruby Rose.

—¿A qué te refieres? —preguntó Adam mientras le hacía señas para que lo siguiera hasta su tienda.

Con la seguridad que le brindaba estar nuevamente con sus hermanos del Colmillo Blanco, Blake se quitó el moño negro que ocultaba sus rasgos felinos. Suspiro levemente, ordenando sus ideas en su mente.

—Después de nuestra separación en las afueras... Decidí inscribirme en Beacon. No ha sido tan malo como esperaba.

—¿Puedo saber por qué? —Cuestionó el fauno tauro, mientras se cruzaba de brazos.

—Estoy cansada de todo esto —Respondió Blake mientras señalaba hacia el campamento—, soy consciente de que nuestras acciones han traído cierto grado de justicia... Pero no me veo siendo capaz de continuar asesinando, si lo hiciera ¿Qué me diferenciaría de los humanos? Así que pensé; "Si me convierto en una cazadora de grimms, protegería a faunos y humanos por igual".

Adam asintió levemente antes de continuar con sus preguntas; —¿Y en qué se relaciona todo esto con Ruby?

—Es la líder de mi equipo; somos ella, su hermana mayor Yang y una Schnee. Hace como una hora entré a nuestro cuarto y descubrí que tiene ojos plateados.

Los hombros de Adam se tensaron. ¿Cómo iba a inventar una excusa para algo así? Su media hermana definitivamente no sabía de discreción.

—Supongo que se enojo —Continuo Blake— por qué segundos después Ruby me tacleo y utilizó mi moño para extorsionarme… y mencionó que le enviabas cartas ¿Cómo se conocieron? ¿Para que le mandas cartas con nuestros secretos?

Adam se apoyó en una mesa con el mapa de la ciudad; puntos y círculos rojos marcan dónde atacarán y robaran para abastecer su campamento.

—Sé que no lo parece —dijo Adam mientras observaba como Blake apretaba el listón negro en sus manos—, pero no creo que estuviera intentando extorsionarte. Yo diría que actuó por impulso.

—Eso no responde a mis preguntas.

—No lo parece, pero somos medio hermanos.

—Entonces, ¿Tienes…?

—No. Al igual que ella no es fauno, yo no tengo ojos plateados —mintió Adam.

Adam notó una ligera brisa en el suelo y los pétalos se camuflaban con el color carmesí de su tienda, pero no mencionó nada.

—¿Tienes un rastreador? —dijo Adam al notar un bulto sobre el antebrazo derecho de Blake—. Deberías irte, no podemos llamar la atención a este lugar… ¿Por qué lo tienes?

—Soy una cazadora por sentencia. Ya es noche, que descansen —Blake se retiró en silencio.

—No importa tu excusa, lo reportaré con Moon.

—¡No puedes hacer eso! Me matará si se entera —Ruby regresó a su forma humana ante el comentario de Adam—. ¿Cómo iba a dormir con lentes de contacto puestos? Ya llevaba un mes sin que se dieran cuenta.

—Bajaste la guardia y eso te puede costar la vida —Adam puso su mano sobre el hombro de Ruby. —Lo dijo porque me preocupa; no puedes seguir siendo así de tonta e ingenua niña. Sabes el protocolo, cumplelo.

Ruby guardó silencio mientras se le formaban lágrimas en los ojos.

—Es mi amiga… no puedo…

—Elimínala. O alguien más lo hará.