Victoria| Enola Holmes ©

🔍IX🔎

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Volver a la casa había sido todo un calvario, sobretodo por los gritos de Carlota.

-¡¿En qué estabas pensando?! - exclamó- ¡Por un momento creí estar viendo a tu abuela!

Victoria bajo la mirada observando los pliegues de su vestido en un esfuerzo por ignorar a su madre. Quizás esta última hubiese seguido gritando el resto del día, sino fuera por la intervención del Sr. Williams.

-Suficiente- habló con voz cansina llamando la atención de ambas.

Carlota iba a protestar, pero una leve mirada de su esposo fue suficiente. Por un segundo, el recuerdo de Eudoria vino a su mente: ella jamás se hubiera callado como Carlota acababa de hacerlo; y ella jamás hubiera aceptado que le gritaran tanto como ella misma había aceptado.

-Padre- comenzó, pero este se giró encaminandose a su oficina.

-Sólo sígueme- ordenó.

Acomodandose en la silla frente al escritorio, Victoria guardó silencio esperando los reproches de su padre. A los cuales les temia más al no estar acostumbrada a recibirlos.

-Me has decepcionado- habló. Guardo silencio un momento suspirando cuando divisó una pequeña lagrima caer del rostro de su consentida hija- Y yo te he decepcionado a ti.

Victoria levantó la cabeza con rapidez.

-¿Qué? - observó cómo este se frotaba la cara con frustración - ¿A qué quiere llegar?

-A qué no se que hacer pero deseo que todo sea como antes, cuando todo estaba tan bien como se puede en esta casa.

La joven guardó silencio. Este era el momento de hablar, pero no tenía del todo claro que ocurriría con su compromiso.

-El duque... ¿Se ha ido?

Jasper río sin gracia.

-¿Qué crees? Ha visto a su prometida vestida de viuda- Sin poder evitarlo, tomó un vaso y lo lleno del wisky que guardaba en su biblioteca- Es un milagro que no rompiera el compromiso, aunque no es sorpresa que no desee verte hasta el día de la boda

Victoria soltó un bufido. Se había vestido con las prendas de su difunta abuela, había desilusionado a su padre, le había entregado a los Holmes el único recuerdo de Enola y con él su confianza; y al final, no había logrado nada.

-¿Eso es todo? - preguntó en un susurró desganado.

Jasper asintió.

-Al menos que tengas algo más que decir... Puedes retirarte.

Victoria asintió dirigiendose a la puerta, pero antes de tomar el picaporte, la duda la asaltó y con ella la respuesta:

¿Qué haría Enola?

Hablar.

-Si, hay algo más- soltó, girandose a su padre.

Este enarcó ambas cejas al no esperar que se atreviera a hablarle.

-¿Y que es ese algo más?- preguntó acomodandose en su silla.

Jugando con sus manos nerviosa, Victoria suspiró intentando relajarse.

-Quiero ir con Masón un tiempo- pidió- Lo extraño, y sé que lo veré aún menos luego de que me case y deba irme a Francia.

El Sr. Williams guardó silencio mientras su ceño se fruncia cada vez más con desconcierto.

-¿Y que hay de Enola? Creí que no querrías separarte de ella con todo lo que ha ocurrido.

Con una mueca, se preparó para soltar la siguiente mentira del día.

-Enola se irá a Londres con sus hermanos, también la veré.

Un pequeño silencio se propagó entre ambos. Jasper sopesando sus opciones, Victoria deseando que no hiciese más preguntas.

-Esta bien- soltó al fin, lanzándole una mirada triste añadió- No creí que nos separariamos tan pronto. Aunque en lo personal, tampoco creí que llegaría a verte de viuda.

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Entre las alegrías de Victoria se encontraba ahora la carta de Masón diciendo que se tomara el primer tren que encontrase rumbo a Londres. Por lo que no fue sorpresa para nadie que la pelirroja se hubiese tomado el mensaje literal y ahora estuviera armando sus maletas.

-¿Segura de que quieres ir? - preguntó su madre observándola lanzar vestidos de todos los colores y diseños posibles sobre su cama- Recuerda que ahora eres una mujer comprometida y no quieres que hablen de ti.

Victoria detuvó su accionar cansada de los consejos y sermones que jamás pidió. Volteandose a Carlota, se encontró con su semblante serio y seguro.

-De hecho, madre, no me molestan si hablan de mí cuando es por algo que de verdad deseo.

Carlota camino con grandes pasos hacia ella.

-Últimamente te has vuelto más desafiante-comentó- Quizás debamos enviarte a la escuela de señoritas antes de tu boda.

Cruzandose de brazos, alzó la mirada con el rostro de Eudoria y Enola en su mente. Definitivamente, ellas debían ser su ejemplo a seguir.

-De hecho, necesitarás el apoyo de mi padre para eso. Y créeme que no lo tendrás.

Luego de intercambiar las miradas otro par de segundos, la mujer se retiró ofendida y Victoria volvió a sus que haceres, lista para buscar a Enola.

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Ya en la estación, Victoria observaba maravillada sus maletas ser guardadas en un vagón. Quizás era algo tonto, pero para ella era la prueba de que lo mejor estaba por llegar antes de ser entregada en bandeja al duque.

Girandose, descubrió a su padre observar el tren con melancolía; por lo que sin dudarlo, lo abrazó dándole todo el cariño que le había negado esos últimos días.

Cuando se alejaron, pudo divisar como una sonrisa aliviada surcaba el rostro de Jasper mientras acariciaba sus mejillas con ternura.

-Escúchame linda: No quiero que volvamos a estar peleados pero tampoco quiero discutir con tu madre, ¿Comprendes? - cuando su hija asintió, este suspiró aceptando que debieron tener esa charla antes y con más tiempo- Si existe alguien más que desee casarse contigo y tu lo prefieres antes que al duque... Dímelo Victoria. Dímelo aunque sea el día antes de la boda y todo esto será olvidado.

Victoria sonrió mientras asentía. Aunque dudaba que ocurriera teniendo en cuenta sus verdaderas razones para ir a Londres, saber que su padre está vez sí la apoyaría le hacía sentir segura.

-Adiós, padre.

Jasper sonrió viéndola subir al tren.

-Adiós linda.

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Hello! Capítulo algo amargo con la falta de Sherlock, pero era necesario para cerrar esta etapa y que comenzase la mejor 👌🏻