🔍XVII🔎

15K 1.6K 354
                                    

🔍🌹🔎

Victoria no sabía en que momento terminó en un burdel con aquella joven de pocas ropas dándole consejos de moda, pero según ella, aquel simple vestido beige de poca tela se le veía de maravilla.

-¿Qué opinas? - preguntó mirando en dirección al reflejo de Masón.

Este sonrió satisfecho.

-Si Candy lo dice, es porque estas perfecta.

La muchacha sonrió enternecida antes de besar su mejilla. Por el bien de su conciencia, Victoria decidió ignorar que su hermano la había llevado con una prostituta para que le ayudase a elegir su cambio de look.

-No se parece a mi estilo- añadió con una mueca.

Había decidido tomar en cuenta los consejos de su hermano porque dentro de su cansancio mental los creyó sensatos. Pero ahora que descubría que su ayudante sería la llamativa Candy, comenzaba a dudar de su propio estado mental.

-Yo creo que deberías usar algo con más escote- sugirió acomodandose sobre las piernas del muchacho- ¿Qué opinas bebé?

Masón asintió gustoso ignorando la mirada asqueada de su hermana.

-¿Por qué mejor no pensamos en lo que a mí me gusta? - preguntó irritada.

La pareja dejo de hacerse mimos para verla, siendo Masón quien respondió sonriente.

-Porque justamente tú estilo es el que atemoriza al pobre hombre.

-Así es - coincidió Candy lanzandole una mirada lastimera- Sherlock necesitará ver un poco de esa carne roja para saber si se arriesga o no.

Sintiéndo sus mejillas arder, Victoria debió respirar profundo para no saltar sobre su hermano. Se sentía avergonzada, expuesta y un pedazo de carne esperando ser elegido por algún canibal.

-¡¿Se lo has contado todo?!

Masón asintió restándole importancia con un ademán.

-Mi dulcesito es de confianza y la mejor para estas cosas, tranquila.

Como si necesitara probarlo, la joven se levantó y camino moviendo sus grandes caderas en dirección a la pelirroja.

Esta, por su parte, le hizo frente cruzandose de brazos a pesar de que la otra le quitaba al menos una cabeza.

-Querida, soy la más indicada para tratar hombres aunque no haya sido bendecida con la visita del gran detective.

Teniéndola tan cerca, Victoria comenzó a temblar en su esfuerzo por no atacarla.

¿De verdad acababa de decirle que lamentaba que Sherlock no fuese al burdel?

Cuando apareció el tic en su ojo izquierdo, Masón ya estaba parado al lado de ambas temeroso por la reacción que tuviera su hermana.

-Masón- lo llamó sintiendo cómo sus nudillos se ponían blancos ante la mirada ingenua de la chica- ¿Por qué no te llevas al dulcesito un rato?

Sin rechistar y añadir alguno de sus comentarios, este la tomó de las manos jalandola a una de las tantas piezas.

-¡Fue un gusto conocerte! - exclamó sonriente antes de que el chico cerrará la puerta.

Victoria decidió irse sin cambiarse antes de perder más tiempo en aquel lugar. Aún no comprendía como se le pudo ocurrir a Masón llevarla allí.

Cuando le dijo que le presentaría a alguien especial para él y que además tenía gustos excelentes, se imaginó a alguna de las tantas damas con las que lo vió en su última visita. Pero jamas esto.

Victoria| Enola Holmes ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora