Capítulo 10

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Peter manejó y manejó, no supe a donde estaba llevándome, solo se que salimos a la ruta, como llevábamos mucho tiempo de viaje puse música.
-¿Te gusta manejar?-pregunté por preguntar.
-Sí... Me relaja.. Prefiero viajar mil horas en auto que pisar un avión-me confesó y suspiró, le hice caras- lo digo enserio...
-¿Porque tanto pánico..-no pude terminar la pregunta porque vi que le cambió la cara, me arrepentí de haber hablado.
-Yo... No puedo responderte eso aún, perdón Lali-volvió a suspirar.
Miré por la ventana, la luz del atardecer me estaba maravillando.
-Solo quedan quince kilometros-anunció y siguió manejando, después vi que empezó a bajar la velocidad, abrió una reja y después se subió nuevamente al auto, aceleró y se puso a manejar sobre un camino de tierra, ¿Peter Lanzani en el campo?
-Me gustó la idea de estar alejados de las cámaras por lo menos por un momento-asintió con la cabeza y estacionó frente a una casa antigua, rústica.
Bajé y cuando lo hice miré a mi alrededor, había distintos árboles, me acerqué a un limonero.
-Dicen que trae suerte-Peter lo acarició.
-Entonces voy a besarlo-lo abracé y le di un beso al tronco, Peter por poco se ríe de mi.
No entramos a la casa, caminamos un poco y nos sentamos en una hamaca de madera para dos, nos quedamos mirando el atardecer en silencio.
-Era el campo de mis papás.. Ahora es mío-me contó y noté que le costaba hablar- me traían los fines de semana, yo hijo único me la pasaba jugando solo, tenía mucha imaginación en aquel entonces, iba de un lado a otro, a veces venían personas de campos vecinos... Venían y me sentía acompañado, en una de esas veces conocí a...-se quebró- otro día te sigo contando, no quiero deprimirte en nuestra primera cita-él me sonrió como pudo.
Apoyé mi mano sobre su espalda dándole ánimos, no le dije nada, solo me quedé junto a él, entonces sentí que agarraba mi mano, miré como me la sostenía y la respiración se me aceleró.
Me acerqué y él fue más rápido, me besó, lo hizo como si verdaderamente lo necesitara, fue un beso con necesidad. Nos separamos para controlar nuestras respiraciones, él me acarició los labios con uno de sus dedos, un acto tan íntimo y sensual que me hizo desearlo más, mordí mis labios mirándolo a los ojos, estaba conteniéndome.
-¿Queres recorrer un poco el lugar?-me preguntó cortando toda especie de clima que se había generado, asentí con la cabeza para seguirle la corriente.
Sosteniéndome de la mano nos pusimos a caminar y llegamos hasta un establo, ahí había una persona.
-¡Juan Pedro!-lo saludó y lo abrazó cálidamente, me sorprendió que Peter también lo recibió así, era muy reservado-¿ella?
Peter dudó en responderle.
-Mi mujer.. Mi mujer Mariana-le costó decir eso, le sonreí al señor ignorando ese hecho.
-¡Que alegría!-el señor lo celebró- llamame Horacio-se presentó- soy el casero, el que cuida todo este lugar cuando no hay nadie, igual no duermo ahí adentro-señaló la casa- duermo en otra casa más alejada, así que me pueden encontrar ahí cualquier cosa
Él hombre nos saludó y se retiró dejándonos solos.
Peter me llevó hasta donde estaban los caballos.
-Este es el mío..-me mostró a un caballo negro oscuro- Jerry, por Tom y Jerry-me causó gracia que el Peter Lanzani serie le haya puesto el nombre de un dibujito animado a su caballo.
-Entonces también hay un Tom-mostró al caballo marrón de al lado- y ella.. Fiona-era una yegua blanca.
Su voz sonó con una especie de carga emocional.
-Ella se llama por Fiona de Shrek, ¿no?-le pregunté esa obviedad con humor solo para divertirlo y sacarlo de esa burbuja triste, pude percibirlo, por varios motivos estar en este lugar lo ponía nostálgico.
-Así es-asintió con la cabeza-¿te gustaría montar?
-Nunca lo hice...-me sinceré-son buenos, ¿no?
-Sí, ¡son buenísimos!-Peter elevó sus cejas, se acercó al caballo blanco, le puso montura y estribos, me agarró y me condujo hasta donde estaba-sostenete bien, te ayudo a subirte-lo hizo, no estaba muy segura de andar a caballo pero lo hice más que nada por él.
Peter se subió a su caballo y les hizo ruidos para que empezaran a andar, automáticamente Fiona lo siguió, yo no solté las riendas, tenía un poco de miedo.
-Es buena, igual a veces necesita que tiren de ella porque quiere comer pasto y flores todo el tiempo, es glotona-Peter rió, yo iba con Fiona a su lado-este paseo en caballo es para principiantes
-¿Principiantes?-elevé mis cejas mirándolo.
-Fui corredor de caballos hasta hace unos años, igual lo hacía por hobbie-me contó, estaba confesándome tantas cosas, tanta información que me fue imposible no sorprenderme.
-Ni loca lo veía venir-le sonreí y Peter agarró la rienda de Fiona para que ella parara, había un estanque, el sol estaba por irse completamente.
Noté que Fiona se acercaba a Jerry y le hacía como mimos.
-Son el yin y el yang.. -Peter se me quedó mirando- por los colores, negro.. Blanco...
-Sí-el asintió con la cabeza- ¿queres volver?
-Podemos volver...-asentí con la cabeza.
Cabalgamos hasta llegar nuevamente al establo, cuando me bajé le acaricié la frente a Fiona, cuando me volteé Peter estaba mirándome detenidamente.
-¿Vamos adentro? Voy a prepararte la cena..-él estiró su brazo para que agarrara nuevamente su mano, la agarré completamente sorprendida, empecé a notar que era otro Peter, uno mejor, pero que todavía cargaba con varias cosas.
Cuando entramos a la casa Peter prendió la luz, había algo de polvo por todos lados.
-¿Nos vamos a quedar a cenar? Vamos a volver tarde y mañana...-empecé pero Peter me interrumpió.
-Nos vamos a quedar, para no volver tarde-asintió con la cabeza- así que relajate, ponete cómoda y mirá como cocino, si queres ayuda
Obviamente me puse a su lado y lo ayudé, hice cosas básicas como una ensalada y pelé papas para meter en el horno, Peter cocinó pollo que condimentó.
Esperamos a que esté listo tomando una copa de vino.
-Te hacía una persona medio alcohólica-Peter me sonrió.
-Yo... Soy medio alcohólica, solo cuando salgo a bailar-me sinceré y reí, terminé la copa de vino- más por favor
-Y no lo sos..-me molestó.
Cuando el pollo estuvo listo nos sentamos a comer afuera, al aire libre, ya era de noche.
Estábamos comiendo cuando vi unas luces.
-Luciérnagas-Peter me sacó la duda- de chico las perseguía, no las atrapaba, pero las corría por todo el campo.
-¿Te gusta mucho este lugar, no?-quise saber y él asintió con la cabeza.
-Hace tiempo no venía... Pero quería compartirlo con vos-él me miró de reojo y suspiró, busqué su mano con la mía y sostuve la suya.
-Peter yo estoy para vos...-me salió del alma decir eso, él puso una mano en mi mejilla y chocó su frente con la mía.
-¿Porque todo es tan complicado Lali?-me preguntó como si yo supiera la respuesta.
-No lo se.. Ni se de que hablas...
-Yo... Yo me entiendo-él suspiró y se alejó un poco de mí-¿postre?
Esa manía de cambiar siempre de tema.
Asentí con la cabeza y trajo un tarro con dulce de leche.
-Mi momento de la noche favorito-él me dio una de las cucharas a mí- estar al aire libre y comer esto
Él agarró con la cuchara y se la puso en la boca, hice lo mismo, no se como pasó que comimos medio tarro.
-Tenes...-le señalé la boca a Peter que se me quedó mirando- dulce de leche
No muy convencida me acerqué a él y me terminé decidiendo por hacerlo, le lamí los labios y nos quedamos peligrosamente cerca, nuestras narices se chocaron.
-Dios, te deseo tanto Lali-Peter me besó atrayéndome a su cuerpo y me sentí aturdida por la pasión, su confesión también me aturdió, me hizo desearlo más.
Lo seguí hasta la casa y caminamos hasta la habitación, torpes nos caímos sobre la cama, me quedé debajo de él, le acaricié la cara mientras estaba agitada, lo miré a los ojos, recorrí su espalda con una de mis manos, él se acercó más para dejar pequeños besos en mi cuello. No pude evitar cerrar mis ojos, odiaba estar sintiendo que él me importa, que cause sensaciones en mi cuerpo y mi ser, abrí mis ojos y encontré los suyos, y me perdí, por suerte dejé de pensar para disfrutar.

A primera vistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora