Bea 3

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Bea


Despierto sola, así que me encargo de ir hasta la cocina, recoger mi desayuno y llevármelo al camarote. No pienso salir.

Así que también me aseguro que lleven mi almuerzo al camarote.

Como, me lavo y me acuesto en la cama con todo apagado, como si estuviese dormida.

Así que cuando Zack entra a la habitación ve que todo está apagado, y no hace nada más que acariciarme el cabello durante un rato y luego volver a irse.

Cuando reviso mi teléfono son las tres de la tarde, ya no tengo cobertura, y según escuche en la cocina, descargarían unas cosas y comenzaría el retorno a Los Ángeles.

Yo realmente adoro el lugar, adoro el barco y adoro a las personas que están aquí, específicamente a Zack.

Se ha portado muy lindo conmigo, pero creo que él no se merece eso de tirarle la mierda del sexo solo porque tenía casi un año sin follar.

— Párate de una maldita vez.

Aparta la sabana de mi cuerpo y enciende las lámparas.

— Ya Lety me dijo que has comido a escondidas.

Está furioso.

Miro sus ojos.

— Sí, es cierto.
— ¿Aja y que piensas? ¿Quedarte en cama todo el día?
— Si —respondo.

Con eso él se desnuda, y veo como me hace a un lado, echándome a su lado de la cama.

— Pues entonces vamos a quedarnos en la cama todo el día.

Dos horas después, enciendo la cámara de mi teléfono.

— Toma uno —digo a la cámara frontal— Son las cinco y treinta y seis minutos, el señor Zack Donovan aún no me ha metido mano y —comienzo a susurrar— Comienzo a sospechar de su orientación sexual — digo, para hacerlo enojar— Que sería una gran lástima, porque tiene un pene de infarto.

Lo enfoco a él, que tiene el ceño fruncido.

— ¿Qué dice en su defensa?
— ¿En serio estas grabando esto?
— Sí, lo usaré para cuando nos casemos.

En cuanto suelto esas palabras me retracto, él sonríe ampliamente.

— Pues en mi defensa, tu apetito sexual es insaciable, y aunque adoro oírte hablar dormida, voy a tener que meter mi pene de infarto en tu boca toda la noche para que me dejes dormir.

Comienza a doler.

— ¿En serio vas a ponerlo cuando nos casemos?
— Por supuesto —respondo yo.
— ¿Y si lo convertimos en un video porno?

Sonrío.

— Serias incapaz, no quieres metérmelo.

Siento sus manos sobre la sabana, apartándola de mi trasero.

— Zack —susurro, girando mi cara.

Veo como se arrodilla detrás de mí y separa mis piernas, y luego como quita su bóxer.

— Shsst, querías un video porno, ahí lo tienes.

Dejo el teléfono en el espaldar de la cama, aún grabando, y gimo cuando él se introduce en mi interior.

Apago el teléfono cuando terminamos de hacerlo, y aunque él me exige borrarlo le dije que después lo haría, solo después.

Estamos abrazados, y desnudos cuándo el comienza a ver mi cuerpo...

Sedúceme -SAGA HEREDEROS 1- BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora