Dylan 1

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Lauren


Desperté con dolor, cansancio y resaca. Tomé mi cabeza para sentarme pero me dolía tanto la entrepierna que no podía levantarme. Gemí de dolor y abrí mis ojos.

Unas manos me rodeaban y la calidez de su cuerpo desnudo me atrapó, yo también estaba desnuda.

Traté de recordar lo que se suponía que había pasado. Había llegado a las Vegas, era la dama y testigo de Bea y de Zack, con el estúpido, guapísimo y narcisista de su mejor amigo, Dylan Baker.

Mi cabello se enredó con algo en mi dedo, y cuando puse la mano en mi campo de visión, un anillo apareció. Era preciosísimo, era de plata rodeado de diminutos diamantes. Mi corazón comenzó a acelerarse, y quitándome la sabana lentamente descubrí un pequeño tatuaje en mi pecho, cerca de mi corazón,  con el nombre de Dylan

Las ganas de vomitar aparecieron y como pude me giré y comencé a vomitar en el piso. Si Dylan no recordaba lo que había sucedido, me sentiría tan patética...

Escuché unos balbuceos cuando limpie mi boca con el borde de la sabana y me voltee. Encontrándome con Dylan. Su cabello estaba perfectamente despeinado en color negro azabache. Su piel estaba ligeramente bronceada y tenía una barba perfecta. Algo se removió en mi interior. Abrió sus ojos y me miró, sus ojos brillaban desenfocados por la resaca y cuando miró como estaba, abrió los ojos como platos.

— ¡Joder! —Exclamó, pasándose la mano por el cabello— ¿¡Qué mierda pasó!?
— Eso es lo que yo te quiero preguntar a ti —escupí, enseñando mi mano. El palideció, y sacó su mano de la almohada. Bramó cuando vio un anillo parecido. Y cuando se retiró mi corazón se encogió.

Había como cuatro condones usados al pie de la cama, y los envoltorios rotos. Sangre. Sangre en mi entrepierna, sangre en su abdomen, sollocé, el me miró preocupado y yo negué con la cabeza, poniéndome de pie.

— ¡Lauren! —Dylan tenía cinco minutos tocando la puerta con fuerza, yo estaba en la esquina del baño, llorando como una posesa— ¡Tienes que ir al médico! —Lloré más fuerte, levante la mano y abrí el grifo, tratando de aliviar el dolor con agua caliente. La sangre seca comenzó a despegarse de mi carne, mientras yo yacía en posición fetal bajo la lluvia artificial. La puerta se abrió segundos después, Dylan entró preocupado y me miró— Dios santo, Lauren.
— ¡Me quitaste la virginidad! —grité, haciéndolo temblar— ¡Te odio!

Dylan se quedó de pie ahí, mi cabello ahora castaño se me pegaba en la cara. Si, ya no era rubia. Abrace mis piernas y lloré, necesitaba a Bea.

— ¡Lauren! —gritó una voz femenina, ella se metió en la ducha sin importar que se mojase y me abrazó— Nena, Dios. Perdóname —comenzó a llorar— Perdóname, yo no recuerdo nada, Dios Lauren.
— Quiero salir de aquí.
— Vamos al médico, ¿sí? Es mucha sangre, por favor —rogó, yo asentí y ella salió de la ducha empapada, tomando una toalla y cerrando el grifo.

Me puse de pie como pude y mis piernas flaquearon. No podía soportar más.

Unos brazos me rodearon y me subieron a un auto. Tenía bragas y apenas y pude ponerme una bata de baño hasta las rodillas. Dylan estaba temblando, cargándome.

Mis ojos se cerraron otra vez.

— ¿Está bien? —murmuró Dylan, el dolor volvió nuevamente y yo gemí, cerrando las piernas.
— Lauren, soy el doctor Price —dijo otra voz— Estas muy débil, estoy tratando de revisarte ¿Podrías colaborar? —dijo tranquilizándome. Abrí mis ojos y miré a Dylan que estaba a mi lado, mirando mis ojos. Estaba tan asustado como yo.

Sedúceme -SAGA HEREDEROS 1- BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora