Sedúceme -SAGA HEREDEROS 1- BORRADOR

Bea 1

Éste es el comienzo de algo maravilloso para cada uno.

Gracias por estar aquí, nuevos o viejos lectores, bienvenidos a mi mundo.

K. L. NAVA.

PREFACIO

Bea había pasado su vida en busca de un hombre que la complementara, de un hombre que realmente valorara todo lo que ella estaba dispuesta a darle a cambio de su amor.

Zack en cambio, no estaba buscando realmente a nadie, hasta que la vio.

Ahí descubrió que había pasado su vida como un alma en pena, y que ahora que la tenía en sus brazos, se comenzaba a sentir vivo.

Porque aquí, el amor, es lo que resplandece en estos dos.

Porque no importa qué tan grande sea el problema, con más amor podrán derribar cualquier barrera que se interponga en su amor.

La serie HEREDEROS empieza con esta maravillosa historia, en donde el final feliz es lo que importa.

Más Amor.

Porque nos lo merecemos, porque lo anhelamos, y porque aunque sea momentáneo, siempre pero siempre, lo tendremos.

Bea

Podría jurar que estaba muerta de miedo, mi mejor amiga se apresuraba a tomar el vestido que había escogido para la noche de hoy.

Mi cumpleaños. Treinta y uno de diciembre.

JUSTO ayer, le había prometido llevar pareja y adivinen...

Es una completa y grave mentira.

Observé mi atuendo y suspiré exhausta, el vestido me quedaba muy bien a pesar de mi escaso busto, al menos mi trasero firme y redondo; me subía la autoestima.

Al menos.

Como a todas las adolescentes que aspiran un cuerpo como el de alguna modelo de Calvin Klein, la pubertad me dijo "no, cariño. Para ti solo un poco de trasero y una cara bonita"

Y créanme que... lo aceptaba.

No iba a ponerme con eso de operarme, de ponerme implantes, de ésto, de lo otro. Porque eso era muy superficial.

A diferencia de mi mejor amiga, por supuesto.

Ella si estaba operada, y se veía maravillosamente.

Sus senos no eran tan grandes como pensé que serían, y se ven muy muy reales.

Se quitó la grasa del abdomen y se la inyectó en el trasero.

Lauren Coleman se ve preciosísima con ese cuerpo de infarto. Todos los hombres babeaban por esa mujer que hacía milagros para hacerlos ver más decentes y no unos cabrones siendo su publicista.

Retoqué mis pómulos, verificando el brillo.

Mi última adquisición fue teñirme el cabello de color plata. Y no me arrepentía en absoluto, hacía juego con mis ojos.

Y parecía una persona nueva.

Si, sé que ahora todos piensan que digo que las cirugías son para plásticas pero me tiño el cabello.

Oigan, soy maquilladora y estilista, debo probar los diseños en mi para poder decidir si a otro le quedará bien.

Y a mí me queda estupendamente.