La Piedra de la Vida

Capítulo 3

Ya son las 9:45 de la noche , ¡Ufff! Qué día más largo, y eso que solo es el primero.

Me voy a mi habitación ha descansar cuando me retienen en una pared.

-¡No grites!- me susurra una voz conocida al oído e inmediatamente dejó de forcejear.

-¿Qué pasa?¿Por qué no me sueltas?

-Te estaba esperando. Vamos, no tenemos mucho tiempo. ¿Has conseguido el libro?

-¿Qué libro?

-Te dije que fueras a la biblioteca y buscaras información... es igual, vamos ahora mismo.

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Llegamos a la biblioteca, una sala inmensa que ocupa una cuarta parte de la Torre en la que estamos y al verla me parece que pasaremos una cantidad de horas considerable, pero cuando Hibbo entra va directamente a un bloque; yo lo sigo y de de repente lo pierdo de vista al pasar una esquina. Me empiezo a asustar porque no esperaba que esto ocurriera y no había estado sola antes, salvo para ir a clases y a mi habitación; pero respiro y me concentro en buscar un libro que hable sobre la historia del colegio y que parezca antiguo, hasta que doy con uno escondido entre las páginas de otro más grande; este tiene una tapa marrón rojiza bastante desgastada y sus páginas tienen un aspecto amarillento, textura apergaminada, y de la parte de arriba se sujeta una basta cuerda a modo de marcador. Da la sensación de que en su día este libro fue bastante bonito y elegante, pues todavía se notan unos cuidadosos bordados de oro que forman una llave con forma de hoja...¡ La misma que yo tengo colgada al cuello!

Abro el libro y aparece una extraña escritura "HALLA LA HOJA Y ENCONTRARÁS LA VIDA". La letra parece estar escrita a mano con una caligrafía singular.

Decido llevarme este libro a mi habitacion cuando justo a mi espalda me encuentro a Iván. Tiene un brillo de locura en sus ojos bicolores que da terror, pero aún así consigo mantener la calma.

-Hola Iván - guardo el libro en mi bolsa- ¿ Qué te trae por aquí ?

-Me interesa el libro que tenías en la mano hace un momento.

-¡Ah! ¿Este? Es que me lo voy a leer; en cuanto me lo acabe te lo paso, ¿vale?

-Grññ vale. Pero te aviso, no te metas donde no te llaman o traerás problemas. -Desaparece tan repentinamente como ha aparecido, aún gruñendo por lo bajo.

Salgo de la biblioteca con una sonrisa al haber logrado mi objetivo, pero al mismo tiempo asustada por la advertencia cuando me encuentro con Hibbo

-¿ Ya lo tienes? Venga, vamonos.

-¿A dónde...?

-¡Corre, que llegamos tarde! ¡Ya lo verás!

Salimos De la Torre y nos dirigimos al tercer torreón, la casa de Hibbo.

Llegamos. Hibbo entra por una puerta que nunca antes había visto, pues estaba tapada por su llamativo sofá.

Entramos y bajamos por unas interminables escaleras de caracol. Acabamos en una especie de cámara enorme que parece encontrarse a quinientos metros por debajo del tercer torreón. La cámara es especialmente oscura, pero Hibbo hace un movimiento con los dedos y unas piedras color verde esmeralda llenan de luz fantasmal todo el espacio posible. Hibbo se acerca a un extraño pedestal con el busto de alguien importante con unas inscripciones talladas con la misma elegante y singular caligrafía que ví en el libro.