La llamada

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Me despierto al notar suaves besos en mi espalda y sonrío adormilada.

- Mmm... Buenos días.

Balbuceo contra la almohada. Miro de reojo cómo Alba se coloca sobre mí, sus manos acariciando mis costados. Noto cómo va subiendo por mi espalda, dejando besos por el camino.

- Buenos días. - Dice cuando llega a mi rostro, besando mi mejilla.

Giro la cabeza, dándole total acceso a mis labios, los cuales besa de inmediato. Sus manos ya están acariciando mi vientre y en mi cuerpo ya no queda ni rastro del sopor mañanero que me invadía minutos antes. Con sólo un par de besos y alguna caricia, Alba había conseguido encenderme.

Arqueo mi espalda y gimo levemente cuando Alba atrapa mi pecho con su mano, masajeándolo suavemente. Su otra mano estaba en la parte baja de mi vientre y estaba bajando cada vez más, Arqueo mi espalda y separo las piernas, para darle total acceso a mi intimidad. Estábamos completamente desnudas, porque el día estaba empezando igual que había terminado la noche anterior.

No estaba cómoda, así que en un rápido movimiento me doy la vuelta, quedando boca arriba en la cama. Sin darle tiempo a reaccionar, atrapo los labios de la rubia en un feroz beso que nos hace gemir a las dos. Nos besábamos con pasión, ninguna quería ceder el control a la otra y nos empezaba a faltar el aliento.

Enredo mis manos en el pelo de Alba cuando vuelve a besarme. Una de sus manos sigue masajeando mis pechos, mientras que la otra ya está jugando con mis pliegues.

- Joder, Nat. - Dice entre dientes.

Alba no tenía que hacer mucho más porque yo ya estaba completamente mojada. Río levemente y me separo un poco para mirarla.

- Ya sabes lo que tienes que hacer.

Digo antes de volver a atacar sus labios, haciendo gemir a la rubia. Sonrío internamente, apuntándome el tanto. Alba empieza a bajar por mi cuerpo, dejando besos húmedos por mi cuello, hasta llegar a mis pechos. Atrapa mi pezón en su boca, mordiendo y succionando. Arqueo la espalda, retorciéndome de placer.

Alba introduce dos dedos dentro de mí y empieza a moverlos lentamente, aumentando la velocidad poco a poco. Noto cómo mi cuerpo se va tensando y estoy a punto de perder la cordura.

- ¡Mmm! - Gimo aún más fuerte cuando noto la boca de Alba jugando con mi clítoris. Enredo mi mano en su pelo cuando introduce un tercer dedo. - ¡Joder!

No iba a poder aguantar mucho más. Me retuerzo de placer por las embestidas de Alba, mientras mi cuerpo se tensa por el orgasmo que estoy a punto de tener.

- Ven. - Digo como puedo, reclamando los labios de la rubia.

Alba me besa de buena gana, su lengua entra en mi boca sin pedir permiso y yo siento que muero al probarme en su boca. Alba aumenta el ritmo de las embestidas y entra una última vez en mí arqueando los dedos, haciendo que mi cuerpo explote en un orgasmo.

Después de unos segundos en los que apenas he recuperado el aliento, vuelvo a besar los labios de Alba con pasión. Ambas gemimos por ese beso y mi cuerpo se vuelve a encender, pero por el calor que desprende, Alba está más necesitada que yo.

En un hábil movimiento, intercambio nuestras posiciones sin romper el beso, quedando encima de ella y apretando mi rodilla contra su centro, arrancándole un gemido gutural que me eriza la piel.

- ¿Y me decías a mí? - Pregunto con media sonrisa burlona al notar lo mojada que está.

Alba no está para juegos, así que agarra mi cara y me vuelve a besar con urgencia.

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