FLAMES

Todos tenemos una historia que contar (Parte II)

Lo del accidente se había hecho público. Eran las diez de la mañana y la noticia ya salía en las portadas de todos los periódicos. Y en todos se decían auténticas burradas sobre mí.

Mis ojos estaban clavados en el blanco techo del despacho, mis manos estaban entrelazadas detrás de mi cabeza y mis piernas estiradas mientras daba lentas vueltas en el sillón. Al día siguiente iba a tener lugar la rueda de prensa que iba a acabar con todo esto. Iba a anunciar mi dimisión y lo único que pasaba por mi mente era: 'por fin'. Por fin se iba a acabar algo que nunca quise que empezara. El sonido del móvil me saca de esta tranquilidad momentánea.

Alba Reche

10:26. Nat, podemos hablar un rato?

10:26. Cuando puedas...

Lo sabía. Cuando me he pasado esta mañana por la sala de reuniones para saludarles, la había notado rara y sabía que algo estaba rondando por su cabeza. Ese mensaje sólo era la confirmación.

10:28. Claro!

10:28. Estoy en mi despacho, pásate cuando quieras.

Quince minutos después, no había ni rastro de Alba, así que supuse que se habría entretenido con otras cosas y se le habría pasado. Por eso cuando llaman, me sorprendo al ver su cara asomarse tras la puerta.

- ¿Puedo pasar? – Yo asiento con la cabeza como respuesta. Me consume la impaciencia, pero espero a que se siente en la silla antes de preguntar. La paciencia nunca ha sido mi fuerte.

- ¿De qué querías hablar? ¿Todo bien? – La veo dudar un poco, antes de dejar una carpeta encima de la mesa y acercármela.

- ¿Qué es eso? – Me pregunta mientras saco el contenido de la carpeta. Cuando veo de que se trata, me quedo blanca.

Ahí estaban. La carpeta que me acababa de dar Alba tenía las fotos de nuestra fábrica de India. De la segunda fábrica. '¿Cómo coño ha conseguido Alba estas fotos?' Me recupero enseguida de la sorpresa inicial y veo que, por la cara que está poniendo, no tiene ni idea de lo que significan estas fotos. Y yo no pienso contárselo.

- Son las fotos de la fábrica de India, antes del accidente. – Las voy pasando una por una y veo que absolutamente todas las fotos son de la segunda fábrica. Aunque lo estaba disimulando muy bien y mi cara no lo estaba reflejando, mi sorpresa no podía ser más grande. Era imposible, yo misma me había encargado personalmente de que no estuvieran en ningún sitio. La existencia de estas fotos era una cagada monumental, así que pienso salir de dudas. - ¿Y de dónde las has sacado?

- De una página un poco rara de Internet. He estado toda la noche buscando a ver si encontraba algo que nos pudiera ayudar y al final, he acabado en esa página y salían esas fotos. – Dice encogiéndose de hombros. – Estaba escrita en indio y el traductor no me ha ayudado mucho... - Sonríe tímidamente mientras lo dice. - Pero aparecía tu nombre, el nombre de la empresa y alguna cosa más. Por eso quería preguntarte a ver qué era. – Se queda unos segundos callada antes de volver a hablar. - ¿Por qué querías saber de dónde las he sacado?

- Porque me extraña que estas fotos existan. – Digo metiéndolas de nuevo en la carpeta y devolviéndosela a Alba. – Mi padre se encargó personalmente de que no se hiciera público absolutamente nada de esto. Y eso incluye fotos como éstas. – Hago una pausa antes de hablar, intentando quitarle importancia. – Supongo que se le pasarían.

- Vale...Entonces seguimos sin tener nada, estas fotos no nos sirven. – Dice un poco abatida.

- Da igual Alba, de verdad. Ni os molestéis. La rueda de prensa es mañana ya. – Le digo. – Dejadlo y seguid con vuestras vidas.